Tomado de la cuenta de Facebook de la poeta, escritora y luchadora Siboney Del Carmen Rey
YULIMAR REYES:
Primera Mujer Mártir De “El Caracazo” y Ejemplo De Juventud Revolucionaria.
Poco se conoce sobre la vida de Yulimar Reyes, la primera mujer y joven mártir de "El Caracazo" (suceso sangriento social, acaecido el 27 de febrero de 1989, cuando el pueblo se volcó a las calles de Caracas, a protestar contra las medidas neoliberales y criminales del gobierno de aquel entonces, Carlos Andrés Pérez. El país fue hipotecado a los intereses del gobierno de los Estados Unidos, George Bush, padre).
Yulimar Reyes era estudiante de Letras, de la Universidad Central de Venezuela (donde fue una líder estudiantil). Entre sus compañeras/os, vecinas/os y conocidos, la llamaban con los sobrenombres de "La China" y “La Yoko”. Formó parte del Comité de Solidaridad con Nicaragua. Fue una chica humilde, de un barrio de Caracas (Parroquia Sucre), y a través de la literatura, ejercía una noble labor social en los barrios pobres de la ciudad, al llevar la poesía, los cuenta-cuentos y el teatro, a los niños, niñas y jóvenes, obsequiándoles libros, para enseñarles a leer y tuvieran interés por la lectura. También fue ambientalista y realizaba muñequitos y títeres, con materiales reciclados; como crear concientización al sembrar una matica. Su mayor alegría, era ver el rostro feliz de cada niño o niña, al tener una hermosa pieza con hecha con sus manos, y los enseñaba a elaborarlos.
Yulimar sentía en carne propia, la miseria que vivía cada hogar en esa época: el drama de las madres que no tenían como alimentar a sus hijos, ni cómo enviarlos a estudiar a una escuela, ni llevarlos a un médico, ni darles un techo digno; como el drama de los padres, sin tener un empleo digno (eran cruelmente explotados y caían enfermos, postrados en una cama, sin tener acceso al seguro social, ni mucho menos, a una póliza), por la pobreza extrema que vivían. En carne propia, ella misma vio lo que era la delincuencia desatada en los barrios y esa juventud invisibilizada que no tenían qué comer, ir a una escuela o liceo, caían en lo más bajo de las drogas y de la muerte.
En los sucesos del 27 de febrero, Yulimar salía de la UCV rumbo a Parque Central. Una bala la alcanzó, matándola en segundos. Fue la primera mártir. Su único delito fue revelarse ante las crueles medidas neoliberales del Gobierno de Carlos Andrés Pérez. Públicamente, ante las cámaras de televisión, rechazó enérgicamente la tortura y las muertes injustas, sumándose a la rebelión del “Caracazo”.
Si los estudiantes de estos tiempos, hablan de “represión”, deberían recordar esa época. El ejemplo de Yulimar Reyes, sigue vivo dentro de las filas revolucionarias, como de las mujeres constructoras del socialismo feminista.
A “La China”, sus compañeros la recuerdan como una joven de 22 años rebelde, sensible, soñadora y poeta comprometida. Nunca faltó en las concentraciones de calle, al lado de nuestro pueblo. Estuvo en la mira de los cuerpos represivos del Estado burgués. Ella representaba fielmente aquella frase dicha por el Comandante Ernesto “Che” Guevara: “Si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”.
En honor a Yulimar Reyes, en la Parroquia Sucre de Caracas, existe una organización de comunitaria, que lleva su nombre; como también, un Centro de Documentación e Información (adscrito al Banco de Desarrollo de la Mujer). El nombre de esta mártir debe prevalecer y estar vigente en los libros, en una canción, en un mural, en un Consejo Comunal, en una institución educativa, en un Urbanismo de la Gran Visión Vivienda Venezuela... ¡Y hasta en la Universidad Central de Venezuela! -aunque esté tomada por la derecha-, debemos homenajearla en su honor.
¡Honor y Gloria a Yulimar Reyes!
En honor a Yulimar, este poema que compuse para honrar su lucha y su legado:
YULIMAR REYES
A Yulimar Reyes
la muerte le sorprendió temprano.
Una bala vil y asesina,
la mató en “El Caracazo”.
Yulimar Reyes llevó en su corazón
a Don Quijote de la Mancha.
Soñaba con una patria próspera y pujante,
y dar su amor por la justicia,
e imaginó el rostro de una infancia feliz.
¡Feliz al tener un hogar
sin faltarle nunca el pan,
como una escuela
y muchos amigos con quien jugar!
¡Hasta soñar lo que serían
cuándo fuesen grandes!
Yulimar Reyes con su alma quijotesca
soñaba también por la liberación de los pueblos,
por un mundo libre de armas y de guerras,
por proteger el ambiente,
cultivar la paz
y la justicia persistente.
Sus grandes acciones se convirtieron en amor
por el más necesitado.
Ella llevaba la alegría y la buena vibra
en el barrio apartado,
compartiendo lecturas y poesías,
obsequiando libros,
cuenta cuentos a cada rato,
y elaborando títeres
con materiales reciclados.
¡Transmitías la esperanza y la vida!
Yulimar parecía ser hija de Andrés Eloy Blanco,
de César Rengifo,
de Ida Gramcko,
de Alí Primera,
del Grupo Madera,
del Chino Valera Mora,
de Orlando Araujo,
de Aquiles Nazoa,
de Salvador Garmendia…
El enemigo tan diabólico y atroz
te mato vilmente:
Fueron esos que jugaron con el hambre y la salud del pueblo,
echado al olvido y a la muerte.
Fueron esos que jugaron con el dolor de tantas madres
al buscar sus hijas e hijos desaparecidos.
Fueron esos que se llenaron de lujos y extravagancias,
sin importarles el obrero explotado,
el campesino y el indígena sufrido,
los niños de la calle,
la mujer maltratada,
o el viejito abandonado.
Fueron esos que se aliaron con el diablo
e hicieron de nuestra patria,
la sucursal del infierno
¡Qué traición tan cruel y depravada!
Fueron esos que despreciaron tus sentimientos,
tus nobles luchas,
tu corazón combativo,
tu firmeza hecha justicia,
tu amor por los pobres de la tierra.
En el despertar del nuevo siglo,
vendrán millones de jóvenes como tú Yulimar,
en hacer de la poesía el pan compartido.
De las diarias batallas por la vida,
la alegría incendiaria.
De ese infinito amor y solidario a nuestros semejantes,
la magia de ser feliz.
Te veremos en el rostro de los viejitos,
de los niños,
de las mujeres,
de los estudiantes,
de los trabajadores,
de los cultores,
de los indígenas,
de los campesinos,
de los deportistas,
de los soñadores…
¡Porque también llevan su alma de quijote
y nadie les quitarán la sonrisa de sus labios,
ni la construcción de sus sueños!
¡YULIMAR REYES VIVE!
¡LA LUCHA Y LOS SUEÑOS POR UN MUNDO MEJOR, SIGUEN!