martes, 28 de abril de 2020

28 abril 1989 Muere Raúl Sendic. Francia

Raúl Sendic el tupamaro, su pensamiento revolucionario (prte1)


Presentación
A partir de la presente edición y durante tres o cuatro ediciones "El Muerto" va a publicar el ultimo capitulo (el X) del libro de Jorge Zabalza sobre el pensamiento revolucionario de Raul Sendic intitulado " La ultima mirada del guerrillero". Trata de la toma del Regimiento 3 de Infantería de La Tablada, en Buenos Aires, República Argentina, hecho este acaecido el 23 de enero de 1989 y que generó un vendaval político, militar y , naturalmente, mediático tanto en Argentina como en Uruguay.
Para la gran mayoría significó la reaparición de la guerrilla en el Cono Sur, en medio de la que se había denominado la "democracia primaveral". Las condenas desde las tiendas de la derecha, desde la fascista a la llamada "liberal" fueron -por supuesto unánimes. Era de esperarse ya que la derecha política tenia bien aferrado el timón de la "democracia primaveral" y de la llamada "transición". Fue motivo de atención, sin embargo, la practicamente también unánime condena a la acción revolucionaria por parte de la izquierda en ambas margenes del Plata, y sorpresivamente , la de ciertos sectores , o dirigentes de la izquierda revolucionaria, en lo que vendrá a ser como un prematuro anuncio de lo que veríamos procesarse en el seno de esa izquierda, en el transcurrir de los decenios posteriores hasta hoy en día.
Cuando las discusiones se volvieron ásperas y las condenas cada vez mas unánimes,
y en consecuencia la confusión de adueñó de la militancia, una vez mas, como a comienzos de los años 60 y de ahí en adelante, se alzo altivo el análisis orejano que poniendo los principios revolucionarios por encima de todo, reclamo solidaridad con los combatientes y denunció la cobarde masacre implementada por las fuerzas represivas. Una vez mas era Raul Sendic quien usando su facón ideológico ponía las cosas en su lugar y daba una lección de entereza al costo que fuese necesario pagar.

De esto trata este ultimo capitulo del Libro, muy acertadamente elegido por el autor para cerrar el ensayo con lo que el titula "La ultima mirada del guerrillero".
En vida física de Raul Sendic. Porque su mirada guerrillera sigue recorriendo los campos y ciudades en Uruguay, pero no solamente, también lo hace en toda América Latina, ya que esa mirada guerrillera esta presente hoy en dia en la resistencia en Honduras, en las luchas populares en Panamá, en la rebelión mapuche en Chile, en los sin tierra en Brasil , en Colombia y en la larga lista de combates populares que se vienen desarrollando en todos los países latinoamericanos.
Luchas populares las hay en abundancia, por doquier, organizaciones y dirigentes populares también, pero todavía escasean los visionarios como Raul Sendic, que puedan ver a largo plazo, desentrañar lo fundamental y actuar en consecuencia, para tratar de que estas luchas populares logren alcanzar un estadio superior en su combate liberador. En ese sentido el divulgar hoy en dia en Uruguay y en toda América Latina el pensamiento revolucionario de Raul Sendic es un aporte de mucho valor a todas las luchas de liberación , adonde sea que se den y bajo las variadas formas que adopten.

Este ultimo Capitulo que hoy se pone en manos de los lectores tiene la virtud, ya antes señalada, de colocar los principios revolucionarios por encima de cualquier otra consideración táctica, de momento, o de interés egoísta de las organizaciones. Trata, ni mas ni menos, sobre una acción armada, guerrillera, que atacó el nido de víboras del fascismo replegado pero no derrotado, en plena "democracia primaveral" con legalidad burguesa, elecciones y hasta (en aquel momento) legisladores de izquierda haciendo estremecer las paredes del Olimpo parlamentario con sus encendidos discursos contra la pobreza y las injusticias.
Como se verá a través de los documentos y artículos de la época que se reproducen en este capitulo, hubo una voz que se alzó , inclaudicable, como en los tiempos de la clandestinidad, y dejo mudo al coro que ya entonces iba adquiriendo forma y que reunía desde "ex" torturadores a "ex" guerrilleros. Pensaban que esas voces se habían apagado, para siempre, en las mazmorras, los chupaderos, las salas de tortura, las cárceles y los calabozos, y que el "realismo" , al fin se había impuesto.
Se habían equivocado, una vez mas, porque el dilema sigue planteado. Hubieron "elecciones" en Colombia con millares de campesinos asesinados y siete bases militares yanquis, hubieron "elecciones" en Honduras con la mayoría de la población excluida y los militantes y dirigentes de la Resistencia asesinados uno a uno, día a día. Como el dilema sigue en pie y seguirá siendo actual tal como lo indica el ramillete de bases militares yanquis que va poblando los países latinoamericanos, es de gran actualidad observar con atención "La ultima mirada del guerrillero". Y si no lo cree, lea lo dicho y sostenido en 1989.
Queda agradecer a Jorge Zabalza y a la Editorial Letraenie por nuevamente poner en manos de la militancia popular estos materiales, tan actuales, lo repetimos. Y también agradecer al Blog "El Muerto" por la oportunidad de poder hacer esta presentación.
Rosendo
LA ÚLTIMA MIRADA DEL GUERRILLERO
Buenos Aires, 23 de enero de 1989. Un grupo de combatientes revolucionarios tomó por las armas el Regimiento III de Infantería de La Tablada. La reacción de la policía bonaerense no se hizo esperar pero, extrañamente, se limitó a cercar el cuartel, sin intentar el desalojo de los ocupantes, a la espera que el ejército argentino se hiciera cargo según posteriormente declararon a los medios los jerarcas policiales.
A su vez, el ejército demoraba su intervención hasta no contar con una orden presidencial que la autorizara, autorización que contravenía las leyes y la Constitución argentinas, pero volvía al presidente Alfonsín cómplice de la carnicería en curso. Chasque va, chasque viene, el cuartel permaneció 36 horas en manos de los revolucionarios.
Cuando el ejército entró en acción, los blindados y la artillería destruyeron casi totalmente las instalaciones de La Tablada, las tropas asesinaron heridos y prisioneros, de pasada mataron a los conscriptos que los ocupantes mantenían como rehenes. Los revolucionarios que sobrevivieron fueron salvajemente torturados luego de su detención, otros fueron desparecidos forzosamente.
La portada de la revista “Somos” difundió unas imágenes horrorosas de prisioneros que fueron ejecutados con las manos en alto, sin embargo ellas no fueron suficientes para despertar a parlamentarios y gobernantes, que siguieron con sus ojos cerrados&nbsp &nbsp para no ver los crímenes, ni tampoco a la enorme mayoría de los periodistas que repetían puntillosamente la información&nbsp “oficial”, con la misma impavidez que hoy lo hacen con las atrocidades de los israelíes en Gaza.&nbsp
Debieron transcurrir una decena de años para que la justicia argentina y los organismos internacionales de Derechos Humanos, iniciaran la investigación de los hechos y condenaran los crímenes de La Tablada, crímenes consentidos por el presidente Alfonsín, el parlamento, los partidos y la gran prensa.
Jorge Baños
Semanas antes de La Tablada. A fines de 1988. Jorge Baños, argentino, abogado, vocero del Movimiento Todos por la Patria, había cruzado el Río de la Plata para dar una conferencia de prensa, en la sede del MLN (T), en Montevideo. Ante numerosos periodistas de ambas orillas, denunció que los&nbsp “carapintadas” preparaban otro golpe de estado en la Argentina, asimismo, hizo públicas las reuniones secretas que los conspiradores sostenían con el peronista Carlos Menen, presumiblemente presidente de la república a la brevedad.
Meses antes, en ese mismo 1988, estos herederos del terrorismo militar de los ’70&nbsp habían sacado los tanques a la calle, echando un balde de agua fría sobre quienes los creían derrotados cuando, en realidad, simplemente habían dado un paso atrás. Fué el millón de argentinos autoconvocados a la Plaza de Mayo en defensa de la novísima y endeble formalidad democrática representada por Alfonsín, los que frenaron la&nbsp asonada golpista de “Semana Santa”.
Aún después de fracasada su aventura golpista, los alzados contaron con la pasividad cómplice del ejército cuyos mandos, obviamente, veían con buenos ojos el retorno de los aprendices de brujos, respaldo que colocó a los aventureros en inmejorables condiciones&nbsp para negociar con Alfonsín y obtener nexplicables concesiones que dejaron en sus manos buena parte del poder político.&nbsp
A esa altura, los argentinos tenían muy claro que las “libertades constitucionales” estaban vigiladas, controladas y tuteladas por las fuerzas armadas, que el futuro político del país estaba sujeto a las veleidades y caprichos de los “carapintadas”, que no habían sido tan audaces ni tan valientes a la hora de pelear contra las tropas británicas en Las Malvinas.
Para los compañeros del MTP, la resistencia popular a los “carapintadas” caracterizaba la coyuntura, lectura que los llevó a pensar que la mejor manera de detener el golpe era tomar La Tablada, principal reducto “carapintada” del ejército argentino, sobretodo después que su comandante proclamó obediencia a Seineldín, el jefe de los golpistas.
Con el asalto, Enrique Gorriarán Merlo jugaba a anticiparse al golpe, confiando ciegamente en que pueblo argentino saldría una vez más a la calle, pensaba que el hecho de enfrentar a mano armada a los golpistas serviría para detonar un levantamiento popular. Este análisis de coyuntura hacía agua por varios lados, pero el eje de su análisis no estaba errado como Raúl Sendic expresó gráficamente en MATE AMARGO:
“Sería bueno que los que ahora, cuando se ataca a ese cuartel, hablan de un ‘ataque a la democracia argentina’, explicaran como puede haber, no ya un jefe de cuartel,&nbsp sino un jefe de tropas en un país democrático, que se declare adicto a otro jefe que está preso por intentar un golpe contra ese gobierno y esa democracia. Precisamente, esas declaraciones del jefe de La Tablada, así como el evidente y previsible avance de los jefes golpistas, a partir de que consiguieron un aumento para todas las Fuerzas Armadas, con el simple expediente de insubordinarse,&nbsp corroboran en parte las denuncias presentadas por Jorge Baños, de que se estaba gestando un golpe militar con muchas probabilidades de éxito, que incluía, entre otras cosas, un genocidio de los militantes de izquierda (por lo menos que no me digan que es ‘delirante’, porque ya sucedió y ha quedado impune)”.&nbsp &nbsp
Falta de serenidad y coraje
Los hechos de La Tablada repercutieron de inmediato en Uruguay, donde se vivían los días previos al plebiscito para anular la Ley de Impunidad. La derecha aprovechó la oportunidad para desempolvar fantasmas que guardaba en su buhardilla y revolearlos para atemorizar con la amenaza del regreso de la dictadura, haciendo que la izquierda más pusilánime se sintiera muy presionada.
El 27 de enero, el Consejo Editorial del semanario BRECHA hizo la reverencia que le pedían: …“aún en la mejor de la hipótesis para los asaltantes –el propósito de hacer abortar un golpe- la acción era militarmente suicida y políticamente estúpida (…) Hay, con todo, un fuerte olor a emboscada en todo esto. La acción es demasiado delirante y da frutos tan espléndidos a la casta militar que, o fue decidida a su favor por la providencia o fue minuciosamente instigada por los servicios de inteligencia que tendieron una cama mortal a un grupo de incautos.”
El domingo 29, Esteban Valenti transmitió la posición del Partido Comunista del Uruguay en un editorial del periódico EL POPULAR, sin escatimar gruesos epítetos:&nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp &nbsp (…) “La acción parece tan absurda, tan increíblemente estúpida políticamente, que viene la tentación de tratarla como un abceso patológico, como el desvarío de un grupo de energúmenos o de suicidas. Sería un grave error. (…) Cualquiera que conozca superficialmente la Argentina y la hipertrofia de esos aparatos (los de los servicios de inteligencia) sabe que su larga mano seguramente tuvo una directa participación en el montaje, en el tendido de la trampa, en el envión de esta aventura.(…) Para que los servicios puedan actuar en política a estos niveles, para que puedan servile a la derecha en bandeja de plata un regalo tan preciado como el ataque al regimiento III de La Tablada, hace falta que grupos como los que operaron el pasado 23 de enero se sitúen por encima de la gente, se sientan iluminados de un mandato casi divino y se lancen a la acción de ‘guiarnos’ a todos. De lo contrario no hay sertvicio de inteligencia que pueda distorsionar la política tan profundamente. Por más eficiente que sea”.
continúa con tres entregas

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