La canción de Luis Mariano Rivera sabe a cerecita
Luis Mariano Rivera Font fue un cultor popular que le cantó al mango, a la cerecita silvestre y a las flores sin nombre de su pueblo Canchunchú, (Carúpano, estado Sucre en el oriente de Venezuela). Canción inocente que lo eterniza en el patrimonio musical venezolano.
“A mí me gusta cantar / canciones para mi pueblo / canciones que tengan gracia / y alegría por dentro (…) en mi cantar solo busco / en mi cantar solo quiero / cantar las cosas sencillas / que tengan sabor eterno”. Luis Mariano Rivera.
Luis Mariano Rivera (1906 – 2002) es uno de los poetas, músicos y compositores populares más entrañables y prolíficos de Venezuela. Su nombre siempre aparecía entre paréntesis al lado de los temas que la potente voz de Gualberto Ibarreto popularizó en las décadas de los 70 y 80. Pero Luis Mariano Rivera fue mucho más que el compositor de la letra y música de esas canciones que enriquecieron el cancionero popular venezolano. Sintetizar las brasas de un fogón, rasgar los sabores de las frutas de Canchunchú, alegrar el ambiente de las calles de Carúpano, fueron manifestaciones tan recurrentes en su vida, que Luis Mariano se convirtió en traductor espontáneo de las emociones populares.
Luis Mariano Rivera Font nació el 19 de agosto de 1906, en Canchunchú, Carúpano, un poblado del estado Sucre, en el oriente venezolano. Hijo de María Rivera y Antonio Font, solo estudió hasta tercer grado de primaria. Pero el desamparo hizo el resto: desde muy pequeño fue huérfano de madre y tuvo que trabajar como peón en la hacienda de su padre para colaborar en la economía familiar.
«Allí empecé a crecer entre la pobreza y conmigo los piojos, la nigua y todos esos males que hicieron presa de mí. Pero pasaba algo en mis adentros: sentí amor por todas las cosas, nunca llegué a odiar, ni siquiera a mi padre, a quien todavía guardo respeto. Así crecí, entre el amor y el dolor porque el dolor es una escuela. Todo eso que yo viví hoy lo traduzco en mis canciones y en mis versos«.
La burla de un niño alentó su formación
Se casó con Maximina Marsella y tuvieron seis hijos. Tal vez el punto de inflexión de su vida ocurrió a los 38 años de edad, cuando la corrección ortográfica que le hiciera un muchacho por haber escrito “depocito de yelo” en vez de “depósito de hielo”, le motivó a inscribirse en una escuela donde aprendió a leer y escribir apropiadamente.
Poco a poco fue teniendo acceso a variados materiales bibliográficos, al tiempo que registraba con sus nuevas herramientas, los elementos y particularidades de su entorno. Hasta que a los 48 años empieza a mostrar sus facultades de músico, poeta y hasta dramaturgo. Decía que siendo un viejo fue que logró “meter un poco de luz” en su pensamiento.
De esa manera los acordes musicales y los poemas aparecieron en su vida. Fue autodidacta y un hombre más de acción que de palabras. Eso sí, de una gran sensibilidad. Contaba que su experiencia inicial con la música ocurrió de manera casual: “Fue un diciembre. Mis amigos querían cantar una nueva parranda, pero no tenían idea de por dónde empezar, así que escribí una canción para ellos».
Leyendas de Canchunchú
Canchunchú florido, interpretada por Gualberto Ibarreto en 1975.
En la canción Canchunchú florido Luis Mariano Rivera retrata bellamente su paisaje vital, en ella está contenido el hombre para quien «el amor es fuente de todo lo hermoso y bello de la vida». Amor que prodigó a las cosas y seres más humildes, como a su perro callejero o a la guácara (caracol) que sació su hambre de niño pobre, o a la escoba de monte que limpiaba su casa precaria.
La profunda imagen poética contenida en su canto refleja una gran dedicación y devoción por su entorno, una especie de compromiso pendiente que se había propuesto hacía muchos años, una obstinación por componer canciones bien escritas, con armonía y cautivadora melodía.
Como cultor de las tradiciones populares, levantó al mejor pedestal las costumbres, los juegos, las parrandas, las diversiones infantiles. Sin embargo, cuentan que de adulto siempre fue muy severo y estricto en su trato con los niños y jóvenes. Se dice que era capaz de protagonizar los altercados más intensos cuando sorprendía a cualquier muchacho lanzando piedras o moneando los árboles frutales de su patio.
La única opción de probar una de esas frutas era tomarlas del suelo, de lo contrario prefería que las guayabas, nísperos y cerezas permanecieran para atraer los pájaros de mejor trinar a su patio, aun a riesgo de que las frutas se pudriesen en las ramas. La molestia era tal que se podía enfrascar en la más acalorada discusión hasta con los padres de los muchachos.
Tal vez alguno de aquellos encontronazos sirviese de inspiración para componer Cerecita, una de sus canciones emblemáticas: “Cerecita de mi monte/ rutica sabrosa y pura/ nadie siembra tu semilla/ nadie riega tu arbolito…”. Se siente un reclamo, una especie de solicitud de requisitos para tener derecho a disfrutar de las frutas de los árboles.
Su legado
Algunas de las composiciones cimeras de Luis Mariano son Canchunchú Florido, La Guácara, Mi coma’e Juana María, Juana Francisca, Cerecita, Carúpano tierra mía, Cundeamor, El mango, El Sancocho.
Su trayectoria inspiró a otros compositores musicales como Rafael Salazar, quien le dedicó la pieza A Luis Mariano, o al cantautor Alí Primera, quien le dedicara La canción de Luis Mariano, un tributo en vida que alegró mucho al maestro: «Con brillos de pumarrosa y con olor de guayabas/ la canción de Luis Mariano/ es canción entre dos aguas/ entre el agua de su mar/ y el cocotal de la playa (…) Es tierna como las manos/ de mi abuela en su plegaria/ la canción de Luis Mariano/ es canción de la esperanza/ porque mi pueblo sea un pez/ reventador de atarrayas…»
La canción de Luis Mariano, tributo de Alí Primera.
Artistas venezolanos consagrados han interpretado sus canciones, como Morella Muñoz, Jesús Sevillano, Gualberto Ibarreto, Juan Carlos Salazar, Cecilia Todd, Lilia Vera y Simón Díaz, y grupos como Serenata Guayanesa y Un Solo Pueblo.
Entre las satisfacciones más grandes que experimentó está la versión de su pieza Juana Francisca por el famoso director de orquesta Paul Mauriat, a raíz de esto esa canción se convirtió en un éxito de la música instrumental en Japón. También se sintió honrado cuando Canchunchú florido fue interpretada por la Orquesta Filarmónica de Londres.
Y el gran Simón Díaz le haría, junto con Gualberto y Barreto, una visita en su casa de Carúpano en el marco del capítulo Simón cuenta y canta / Sucre, del programa producido por el canal RCTV que transmitía la televisora Televen. Durante 10:29 minutos el trío de gigantes cantó canciones y contó anécdotas, y donde Luis Mariano a partir del minuto 8:35 le responde a Díaz que el secreto de su longevidad es «alimentar más el espíritu que la materia (…) Tú eres notable porque sientes amor cuando estás creando una canción». Con ello hablaba también de sí mismo.
Luis Mariano Rivera, Simón Díaz y Gualberto Ibarreto. Video subido a Youtube por Francisco Zilander Linares Palomo el 28 de mayo de 2013.
Como promotor cultural, Luis Mariano Rivera creó los grupos musicales Alma Campesina y Canchunchú Florido, y en 1984 fundó la Casa de la Cultura de Canchunchú.
El amor franciscano que profesaba por los olores, sabores, gentes y criaturas de su campo lo sostuvo durante toda su vida, hasta que su cuerpo no pudo más y partió de este mundo, a los 95 años, el 15 de marzo de 2002. Ya había regado por toda Venezuela, y más allá, la dulzura de su espíritu.
Luis Mariano Rivera por Alfredo Rajoy. En albaciudadorg, 18 de agosto de 2014.
ReconocimientosLuis Mariano Rivera se hizo merecedor del Premio Nacional de la Cultura Popular en 1991.La Fundación Pampero, la Universidad de Oriente, Cementos Caribe y la Fundación Tradiciones Caraqueñas han realizado producciones discográficas antológicas para enaltecer las creaciones del “Cantor de Canchunchú”.También, distintos colegios universitarios y universidades de Venezuela le han otorgado la distinción de profesor honoris causa. La Universidad de Oriente, el Instituto Universitario Tecnológico Jacinto Navarro Vallenilla, el Colegio Universitario de Carúpano y la Universidad Central de Venezuela, a través de la Orden José Félix Ribas, han homenajeado merecidamente al poeta.Luis Mariano también ha sido distinguido con las órdenes Francisco de Miranda, Andrés Bello y Antonio José de Sucre, todas en su primera clase, que otorga la presidencia de Venezuela.Llevan su nombre la Universidad Politécnica Territorial de Paria Luis Mariano Rivera de Carúpano y el Teatro Luis Mariano Rivera de Cumaná.En 1966, la Dirección de Cultura de la Universidad de Oriente le publicó el ensayo titulado Canchunchú Florido, valle mágico.El 15 de abril de 1994 fue declarado como Patrimonio Cultural Viviente del estado Sucre.
Fuentes consultadas
Ali Primera- La cancion de luis mariano (folklore venezolano). Un canto al oriente venezolano. Video subido a Youtube por alexcaracas69.
Luis Mariano Rivera. En Wikipedia.org. Consultado el 13 de febrero de 2019.
Luis Mariano Rivera Font. En el blog Venezuelaehistoria. Consultado el 13 de febrero de 2019.
Colina Marín, Egly. Luis Mariano Rivera, compositor venezolano. En el blog eglycolinamarinprimera. Consultado el 13-02-2019.
Linares Palomo, Francisco Zilander. Luis Mariano Rivera, Simón Díaz y Gualberto Ibarreto (video). En Youtube, 28 de mayo de 2013. Consultado el 11 de marzo de 2019.
Pololosky. Luis Mariano Rivera_Parte 1 (video). En Youtube, 10 de junio de 2008. Consultado el 11 de marzo de 2019.
Recordamos al Compositor Venezolano Luis Mariano Rivera a 15 años de su muerte. En Panorama.com.ve. Consultado el 13 de febrero de 2019.
Trejo Villarreal, Rafael. Perfil/ Luis Mariano Rivera: El Compositor que le cantaba a la esperanza. En Globovisión. Consultado el 13 de febrero de 2019.
Investigación: Alfonso Tusa, @natural30.
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