Campaña libertadora de Nueva Granada
(Bolívar en Colombia)
Mapa “Campaña Libertadora (1.819)” en T. C. Camilo Riaño,
La Campaña Libertadora de 1819, Bogotá, 1969
La Campaña Libertadora de 1819, Bogotá, 1969
Camilo Torres Tenorio |
La independencia de Colombia fue un proceso largo y sangriento. Se trató de un conflicto que se libró a partir de 1810 para liberar el territorio que hoy es conocida como Colombia, cuando antes era conocida como Nueva Granada.
Parte de la guerra se debió a la invasión francesa a España que ocurrió en 1808. Desde 1810 a 1816 se caracterizo por años de constante luchas internas entre los defensores de la independencia y las fuerzas españolas. Cartagena fue la primera provincia en proclamar la independencia en el año 1811. En 1811, nació el Estado Libre de Cundinamarca, liderado por Antonio Nariño. Otras ciudades formaron la República de las Provincias Unidas de Nueva Granada, liderada por Camilo Torres.
Las Provincias fueron derrocadas en 1813, pero luego obtuvieron ayuda del Simón Bolívar, quien tomó Santa Fe de Bogotá con un ejército de 1.800 hombres en diciembre de 1814. Sin embargo, en 1816 los españoles la recuperaron y fusilaron a muchos patriotas como Camilo Torres y Francisco José de Caldas.
Entre las batallas que se lideraron en el periodo de 1811 a 1816 están; Batalla de Bajo Pelacé, Batalla de Cúcuta, Batalla de río Palo, Batalla de Cahirí y Batalla de Tambo.
Campaña libertadora de Nueva Granada
Desde 1817 el gobierno revolucionario tiene por sede a Angostura (hoy Ciudad Bolívar), provincia de Guayana, sobre el río Orinoco, y ha logrado importantes logros sobre los españoles, comandados por el general Pablo Morillo, aunque sin llegar a tomarse Caracas de forma definitiva. Bolívar toma la determinación de liberar la Nueva Granada, por la necesidad de cambiar la línea de operaciones, conociendo la liberación de Chile por el general José de San Martín y teniendo en consideración que Casanare era la única provincia granadina en poder de los patriotas.
En la proclama del 15 de agosto de 1818, dirigida a los granadinos desde Angostura, dice en tono premonitorio:
“¡Granadinos! El día de América ha llegado, y ningún poder humano puede retardar el curso de la naturaleza, guiado por la mano de la Providencia. Reunid vuestros esfuerzos a los de vuestros hermanos: Venezuela conmigo marcha a liberaros. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas algunas provincias de vuestro territorio, y esta misma vanguardia, poderosamente auxiliada, arrojará en los mares a los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período, sin ver en todo vuestro territorio altares levantados a la libertad”
El plan que había elaborado para la campaña: el grueso entrará por Cúcuta; el general Santander entrará por Soatá y se unirá al grueso; el ejército de oriente cubrirá el oriente de Venezuela y amenazará al general Pablo Morillo que se halla en Calabozo; si este se mueve contra Bolívar ocupará los valles de Aragua y si posible a Caracas. La división Urdaneta marchará al Apure y cooperará con el ejército de oriente; desde el Apure apoyará a Bolívar con material de guerra; José Antonio Páez quedará con las fuerzas de occidente como reserva y seguridad estratégicas.
Santander partió de Angostura el 27 de agosto con hombres y municiones, y el 19 de noviembre llega su destino, Guanapalo, sobre el río Meta, desde donde sube a Pore, recibiendo el mando de Paéz. En el cuartel general de Pore, toma las medidas para asegurar la legitimidad del gobierno rebelde, restablecer la disciplina, elaborar un plan de defensa, organizar un cuerpo de caballería, arreglar las finanzas, etc. El 18 de diciembre con los notables de la provincia firma un documento en que Casanare asume la representación de la Nueva Granada, asume de Bolívar como capitán general de los granadinos y renueva la alianza con Venezuela con la perspectiva de unirse en un solo país.
Estando Santander en Casanare, en abril de 1819, la tercera división del ejército español, con base en Sogamoso, y al mando del coronel José María Barreiro, bajó al Casanare por Labranzagrande, Paya, Morcote y Pore, con 1.256 infantes y 542 jinetes, pero el Ejército Patriota lo hostilizó con guerrillas a tal grado que lo hizo devolver, sin dar una batalla grande.
Simultáneamente, los patriotas se movieron sobre La Salina de Chita, Paya y Valle de Tenza, triunfando en los dos primeros y siendo derrotados en el último. Así, los nuestros mostraron que era posible la invasión del Reino e hicieron proclamas entre la población en este sentido.
En el otro lado de los Llanos, en el mismo abril, Páez asentaba un duro revés a Morillo en las Queseras del Medio, sobre el río Arauca; lo que llevó a Morillo a retirarse y buscar cuarteles para acampar en el invierno que se avecinaba.
En mayo de 1819, Bolívar reunió la asamblea de jefes de la campaña en la aldea de Setenta, y todos acordaron seguir adelante.
Junta De Guerra En La Aldea de Setenta (La pintura es del alemán Erwin Oehme) |
“El 23 de mayo, en marcha al Mantecal –escribe el historiador O’Leary- convocó Bolívar a una junta de guerra a los jefes del ejército. Asistieron a ella Soublette, Anzoátegui. Briceño Méndez, Carrillo, Iriberren, Rangel, Rooke, Plaza y Manrique. En una choza arruinada de la aldea de Setenta, a orilla del Apure, se decidió la invasión de la Nueva Granada. No había una mesa en aquella choza, ni más siento que las calaveras de las reses que para racionar la tropa había matado, no hacía mucho, una guerrilla realista”.
En la reunión, Bolívar les explicó la necesidad de aprovechar la temporada de lluvias, para moverse: el grueso del ejército, comandado por Páez y Anzoátegui irían por Cúcuta y Santander haría una diversión por Casanare. Todos estuvieron de acuerdo. Se reservó el verdadero plan.
El 26 de mayo de 1819 se puso en marcha el ejército de 1.186 efectivos desde Mantecal hacia Guasdualito, esta última, una población fronteriza con Colombia, a orillas del río Arauca. Este constaba de cuatro batallones de infantería: Rifles, al mando del coronel Arthur Sandes; Barcelona, al mando del coronel Ambrosio Plaza; Bravos de Páez al mando del coronel José de la Cruz Carrillo y la Legión Británica, al mando del coronel James Rooke que tenía entre 160 y 200 hombres,12 sumando entre todos los batallones 1.332 hombres. Adicionalmente contaba con 40 hombres de artillería que disponían de 4 piezas ligeras al mando del coronel Bartolomé Salom y la caballería con 814 efectivos, distribuidos en tres batallones: Húsares, Llano arriba y Guías al mando entre otros, de los coroneles Juan José Rondón, Leonardo Infante, Lucas Carvajal, y Guillermo Iribarren que desertó el día 3 de junio con el escuadrón húsares.
Estaban en plena época de lluvias. Los caños estaban rebosados y debían pasarse con el agua al pecho. Aún para un personal de llaneros, acostumbrados a los ciclos del Llano, la situación era penosa.
El ejército de Bolívar cruzó el río Arauca el día 4 de junio de 1819, entrando a territorio granadino en la entonces provincia del Casanare. Arribó a Tame el día 11 de junio, donde se hallaba acuartelado el general colombiano Francisco de Paula Santander, quien había reunido un ejército de unos 1600 hombres de infantería y 600 hombres de caballería. Al momento del encuentro de los ejércitos Bolívar arriba con unos 700 hombres, se reunió una cifra aproximada de 4.300 efectivos, Sin embargo otras fuentes señalan que el número total de efectivos para entonces, solo ascendía a 2.500.13 La travesía desde Guasdualito hasta Tame sumaron unos 200 km, realizada en pleno invierno, donde las tropas sufrieron penurias a causa de los ríos crecidos, lluvias constantes e inundaciones en todo el recorrido, la escasez de alimentos y la incapacidad para aprovisionarse de los mismos; adicionalmente debían mantener secos el armamento y la escasa munición con la que contaban.
El ingreso al altiplano de la cordillera Oriental estaba resguardado por los efectivos de la tercera división, que contaba solo en la ciudad de Tunja con 2.400 hombres de infantería y 400 de caballería, comandados por el coronel de artillería José María Barreiro.14 En Tame Bolívar tenía tres opciones para marchar sobre la ciudad de Tunja, la primera por la salina de Chita que era la idea inicial de Bolívar, el camino más corto y cómodo para la tropa por la existencia de pueblos para pasar la noche, pero también el más custodiado por las tropas realistas que se apostaban en esa zona conscientes del la amenaza que representaba Santander desde los llanos orientales, la segunda vía era por Labranzagrande, para llegar a Sogamoso, donde se hallaba el cuartel realista, y la tercera ruta, por el páramo de Pisba, el camino más inhóspito, pero no vigilado por los españoles, que era el propuesto desde un inicio por Santander, lo cual le daría factor sorpresa sobre las tropas realistas al ingresar al altiplano.
El 15 de junio se definió la organización del Ejército Libertador, de la siguiente manera:
Comandante en jefe: General Simón Bolívar
Estado Mayor: general Carlos Soublette
División de Vanguardia, comandante: general Francisco de Paula Santander
Infantería: Primer batallón: teniente coronel Antonio Arredondo
Segundo batallón: teniente coronel Antonio Obando
Infantería: Primer batallón: teniente coronel Antonio Arredondo
Segundo batallón: teniente coronel Antonio Obando
División de Retaguardia, comandante: general José Antonio Anzoátegui
Primera Brigada: coronel Francisco de Paula Alcántara, tenía bajo su mando el Batallón Rifles, compuesto por negros franceses de Santo Domingo.
Segunda Brigada: coronel James Rooke, quien tenía a su cargo la Legión Británica.
Caballería: a cargo de los coroneles Juan José Rondón y Leonardo Infante
Segunda Brigada: coronel James Rooke, quien tenía a su cargo la Legión Británica.
Caballería: a cargo de los coroneles Juan José Rondón y Leonardo Infante
Tras cuatro días de descanso en Tame las tropas se pusieron en marcha todavía bajo fuertes condiciones invernales hacia Pore, la capital de la provincia de Casanare, sitio al cual arribaron el día 22 de junio de 1819, encontrándose en este sitio de frente con la rama oriental de la cordillera de los Andes colombianos.
Bolívar le escribió a Páez que los españoles habían reforzado el sitio de La Salina, cerca de Chita, la que queda con 600 hombres, y que el resto había evacuado Sogamoso retirándose para Santafé. Y le informó que, pese a lo anterior, había decidido marchar por la Salina, ruta en que su tropa estaría más resguardada, para caer sobre Sogamoso el día 27. Al mismo tiempo le pedía que tomara Cúcuta un poco antes, entre el 25 y el 27.
El General realista Barreiro escribió el 25 de junio que “El paso de la cordillera no lo pueden ejecutar por otros puntos, que por los de Salinas, Paya, Puebloviejo, Miraflores y todo el Valle de Tenza y Medina. Son de páramos y de montañas muy fragosas y en la estación presente, hombres que no están acostumbrados al frio serían destruidos por sí mismos”, por lo que estos sitios se defenderían solos.
No tuvo en cuenta el páramo de Pisba ni la voluntad de un pueblo, ansioso de libertad. Dice el teniente coronel Camilo Riaño, en su obra La Campaña Libertadora de 1819, que
“La [ruta] del páramo de Pisba, muy fragosa, y que a partir de Nunchía une las poblaciones de Morcote, Paya y Pisba, transmonta el páramo y llega a Sochaviejo, población situada en el altiplano cundiboyacense. Su ruta bordea el río Payero por su margen izquierda”.
Y sigue “La elección de la vía era la decisión más importante de la campaña, pues las fuerzas españolas podían, con muy pocos soldados, defender los pasos y desfiladeros de la cordillera, impidiendo el movimiento del ejército o causándole varias pérdidas; además, era necesario escoger un camino que facilitara la marcha de tropas en su mayoría faltas de entrenamiento para esta clase de operaciones”.
“La menos transitada de todas –continúa- era la de Pisba; solitaria y fragosa, recorría la mayor zona de páramos, trasmontando sucesivas alturas. Por ella no se podía conducir ganado y por consiguiente carecía de importancia comercial. Quizá por esto era la menos defendida, pues a excepción del destacamento español de Paya, no contaba con ninguna otra fuerza que impidiera la progresión del movimiento”.
En sus Memorias, el capitán Daniel Florencio O’Leary escribió sobre esta jornada:
“Los soldados al ver hacia atrás las elevadas crestas de las montañas cubiertas de nubes y brumas hicieron voto espontáneo de vencer o morir, antes que emprender por ellas retirada, pues más temían ésta que al enemigo, por formidable que fuese”.
Bolívar en Socha tomó las medidas necesarias para poner el ejército en condiciones de continuar la campaña, que en la enumeración de Camilo Riaño fueron:
“1. Organización de un hospital en Tasco.
2. Emisión de órdenes a los alcaldes de los pueblos circunvecinos para recolectar los auxilios necesarios.
3. Envió al coronel Lara al paramo para que con una partida de paisanos ayudara a las tropas y sacara bagaje y armamentos abandonados.
4.Inclusion de voluntarios en los cuerpos.
5.Envío de oficiales a las provincias de Socorro y Pamplona para comunicar la feliz nueva y organizar batallones.
6.Organziación de una armería en Socha para el arreglo de fusiles y fabricación de lazas”
BATALLA DE TOPAGA Y GAMEZA
El día 10 de julio arribaron a Corrales de Bonza y a Gámeza por las márgenes izquierda y derecha, respectivamente; el día 11 de julio, en Corrales de Bonza, el coronel Justo Briceño al mando de un escuadrón ataca a los realistas, obligándolos a replegarse hacia Tópaga y en Gámeza una compañía del ejército libertador sufre el ataque de los españoles, replegándose con fuertes bajas, Bolívar ordena el contraataque de la vanguardia al mando de Santander, que los obliga a replegarse también hasta Tópaga, dejando libre el paso a Gámeza, donde se reúnen con los españoles que combatieron en Corrales de Bonza. El ejército de Bolívar a su vez se reorganiza en Tasco bajo el fuego enemigo y rápidamente se ubica en formación de batalla, pero el ejército realista viendo la superioridad del enemigo rehúye el combate y se repliega a una altura llamada El Molino en donde espera refuerzos y obtener una posición más ventajosa para el combate, finalmente tras ocho horas de acciones Bolívar suspende el ataque y se desplaza a Gámeza donde reunió todo el ejército. A este conjunto de acciones militares se le conoce históricamente como la batalla de Tópaga.
Batallas del Pantano de Vargas y del Puente de Boyacá
Luego de la Batalla de Gámeza, el ejército libertador, se repliega a Tasco nuevamente el día 12 de julio y entra a Corrales de Bonza el día 20 de julio, ordenado en orden de batalla buscando el encuentro con Barreiro, pero este rehúye el combate parapetado en las alturas; en estas circunstancias, en la madrugada del 25 de julio, Bolívar ordenó la marcha en dirección a Paipa, con el ánimo de cortar la comunicación del ejército realista con Santafé de Bogotá: percatado Barreiro movilizó sus tropas para impedirlo, para enfrentarse finalmente en el pantano de Vargas. Para el día de la batalla, el 25 de julio, Bolívar tenía unos 2.200 hombres. Las tropas independentistas se situaron frente a las españolas; éstas últimas, sin embargo, tenían ventaja de terreno y al menos 3000 efectivos, que inclinarían la batalla a su favor. Bolívar envió dos batallones de infantería al mando de José Antonio Anzoátegui por la derecha y el resto de la infantería al mando de Santander por la izquierda, y en la retaguardia dejó la caballería a su mando. Barreiro a su vez ubica sus fuerzas en tres líneas aprovechando a su favor el declive del terreno. Los dos bandos enviaron batallones de infantería en sucesivos ataques y contraataques, al final del día, habiendo los dos ejércitos utilizado los últimos recursos en la batalla y con la balanza inclinándose a favor de los españoles. En este momento angustioso Bolívar vio cómo sus fuerzas caían. “Se no vino la caballería y se perdió la batalla”, dijo. A lo que contestó el coronel Juan José Rondón, que estaba cerca “¿Cómo se va a perder si ni yo y mis jinetes hemos peleado. Déjenos hacer una entrada”. Bolívar contestó “Haga lo que pueda; salve, pues, usted a patria, coronel”. Y Rondón, con 14 jinetes llaneros, se lanzaron sobre los dragones y reserva de infantería española y en una acción intrépida lograron sembrar el desorden en las fuerzas enemigas.
Este ataque sorpresivo, unido al ataque que lanzaron sobre el camino principal y a las espaldas de los españoles, terminó por voltear la situación a favor de los patriotas, en medio de un aguacero en horas de la noche, dejando en tablas la contienda, pero con un triunfo moral del lado insurgente. Los historiadores actuales calculan los muertos en 300 del ejército rebelde y entre 400 hombres del bando realista. Los heridos fueron muchos y los caballos que se perdieron también.
Los patriotas se retiraron a Bonza y luego a Duitama, al otro lado del río Chicamocha, donde fue decretada la Ley Marcial, que permitió al ejército reforzarse con 800 rústicos indígenas, y recibió 680 milicias de El Socorro.
En la noche del 4 de agosto todo el ejército, más de 2.000 hombres, pasó a las espaldas del coronel Barreiro, y al día siguiente estaban en posesión de Tunja. Fueron 45 kilómetros de marcha. Este sorpresivo movimiento fue decisivo para la acción que seguiría, pues permitió a Bolívar cortar las líneas enemigas, reabastecer las tropas de vestuario, víveres, municiones y armamento.
Barreiro, al enterarse de la sorpresiva maniobra de Bolívar, ordenó el regreso a Tunja y el día 6 de agosto, a pesar de la lluvia que caía, estaban en Motavita, a hora y media de Tunja, desde donde le dio al virrey Sámano la noticia.
En la madrugada del 7 de agosto salió Barreiro de Motavita con destino a Santafé, y rodeando Tunja, fue a dar al Puente de Boyacá a las 2 de la tarde, y se estableció en la Casa de Teja.
Desde el alto de San Lázaro Bolívar vio el paso de los españoles, y ordenó a Santander y Anzoátegui que lo interceptaran. Llegaron a las 2 de la tarde al campo de Boyacá.
El lugar de la inminente contienda es un pequeño valle que sigue el curso del río Teatinos, que, aunque pequeño, da paso solo por algunos lugares porque en sus orillas se inclina formando acantilados.
Barreiro ordenó atacar a la vanguardia y se empeñó el combate en el puente. Luego intervino Anzoátegui y se trabó el combate cerca de la Casa de Teja. Los patriotas unidos en una banda del río Teatinos, atacaron a los españoles en dos frentes, incomunicados entre sí. Los españoles fueron pronto derrotados: la caballería huyo y la infantería se desbarató. Un último bastión que buscaba proteger la vía a Santafé, fue interceptado por Santander.
“Todo el ejército enemigo quedó en nuestro poder”, dice el parte del Ejército Libertador del 8 de agosto. En él también se registra que se capturó al jefe español Barreiro, y además a casi todo el cuerpo de oficiales, 1.600 soldados y material de aprovisionamiento. Solo escaparon 50 hombres, algunos de caballería. Dice también este parte, que en las filas patriotas hubo 13 muertos y 53 heridos.
BATALLA DE BOYACA
PEDRO PASCACIO MARTINEZ |
Luego de la Batalla del Pantano de Vargas, Bolívar reorganiza y da descanso al ejército hasta el día 4 de agosto cuando ordena regresar a Venezuela, pero en la noche contramarcha de manera furtiva hacia Tunja, tomando la ciudad el día 5 de agosto a las 11:00 a. m. Enterado de la situación, Barreiro se ve obligado a movilizarse para impedir que el ejército libertador tome Santafé; se desvía entonces de la ruta e intenta tomar la vía más rápida a Bogotá, por el largo puente de Boyacá, para reunirse con Sámano y organizar la defensa de la ciudad. En la madrugada del 7 de agosto, Bolívar se percata del movimiento de los realistas y los intercepta antes de que logren pasar dicho puente.16 Las tropas republicanas contaban con 2.850 efectivos y los realistas con 2.670. Fue una batalla de 2 horas de duración (2:00 a 4:00 p.m.), corta e intensa, donde el ejército español fue sorprendido y dividido donde se destaca el ataque a la vanguardia de Santander. Al no poder combatir en forma coordinada fueron finalmente rodeados y obligados a rendirse. Al final de la jornada hacían en el campo de batalla 66 hombres entre muertos y heridos del ejército de Bolívar y unos 250 del ejército español, siendo capturados aproximadamente 1.600 hombres, pudiendo escapar solamente unos 800 soldados. El mismo día de la batalla de Boyacá, el coronel Barreiro fue capturado por un joven campesino llamado Pedro Pascasio Martínez quien lo entrega a Bolívar siendo Barreiro ejecutado con otros 37 oficiales españoles prisioneros el 11 de octubre de 1819 Con la Batalla de Boyacá finalizó el dominio español en la Nueva Granada e inspiró los triunfos posteriores para la liberación de los demás países con las victorias decisivas en Junín, Pichincha, Carabobo, Ayacucho y la Batalla naval del Lago de Maracaibo.
Enterado por dos oficiales que habían escapado de Boyacá, el virrey Sámano –que no salía de la sorpresa- salió en la madrugada del 9 de agosto hacia Honda, con destino a Cartagena, acompañado de los miembros de la Audiencia y un grupo de emigrados, llevado consigo algunos pocos caudales. Su segundo, Calzada, con 400 hombres, marchó por la vía de Neiva, para unirse con las fuerzas de Popayán.
Terminada la batalla, el día 8 Simón Bolívar salió con el escuadrón Llano Arriba para Santafé. El 9 marchó la infantería. El 10, en el Puente de Común, se enteró que el día anterior el virrey Juan Sámano había abandonado la ciudad. Apuró el paso, y llegó a la capital, casi solo, a la 5 de la tarde. Cuando los vecinos se dieron cuenta, lo recibieron con júbilo.
El 10 de agosto de 1819 el libertador Simón Bolívar entra triunfalmente a Bogotá. Esta batalla abrió paso para que se llevaran a cabo las campañas libertadoras de Venezuela, Quito, Perú y alto Perú.
Las Batallas
Batallas Fecha Comandante patriota
Paya 27- 06-1819 Simón Bolívar, Antonio Arredondo
Gámeza 11-07-1819 Simón Bolívar, Joaquín París, Antonio Arredondo
Pantano de Vargas 25-07-1819 Simón Bolívar
Boyáca 07-08-1819 Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, José Antonio Anzoátegui, Carlos Soublette,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario