jueves, 28 de mayo de 2020

Proletarios Del Mundo Unios (005) Partido Revolucionario de Los Trabajadores. Argentina


PROLETARIOS DEL MUNDO UNÍOS. (005)


Reseñas de las organizaciones revolucionarias del mundo

Nota: Tercera entrega de la sección de este blooger llamada PROLETARIOS DEL MUNDO UNIOS , donde se publican artículos que den una reseña histórica de los movimientos revolucionarios emblemáticos que han hecho vida o hacen, alrededor del mundo; así como de sus órganos propagandísticos (periódicos, revistas, radios etc), esto con la finalidad de tener siempre viva la memoria histórica de nuestras luchas. estos artículos irán saliendo de acuerdo a alguna fecha histórica de la organización a reseñar. (entrega anterior: Fracción Del Ejercito Rojo, Alemania. Próxima entrega:Movimiento 26 de Julio. Cuba)

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES

 EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO

ARGENTINA


“Por la segunda y definitiva independencia: A Vencer o Morir Por La Argentina”.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) fue una organización política revolucionaria que actuó en las décadas de 1960 y 1970 en Argentina. De inspiración marxista-leninista, se planteó la lucha por la conquista del poder político con el objetivo de instaurar un Gobierno Obrero y Popular y desarrollar una Revolución Socialista, como parte de una revolución continental. Esta fue la única organización en Argentina que, en su época, puso sobre la mesa de la política nacional la cuestión del poder revolucionario como algo complejo, articulado a través de múltiples facetas, entre las que la cuestión armada era una. Y esto a diferencia de las organizaciones armadas peronistas, que tenían una visión bastante más confusa, que vinculaba (de distintas maneras) la toma del poder con el retorno del general Perón.

El día en que el general PERÓN ordenó exterminar uno a uno a los ...

La "Revolución Libertadora" de 1955 que dio el golpe de gracia a la experiencia peronista -que ya venía mostrando sus limitaciones-, impulsó una política económica social con planes que facilitaron el proceso de concentración monopólica. Para ello, proscribió o reprimió a las fuerzas que expresaban a la clase obrera y al campo popular; trató de debilitar o dividir al movimiento sindical; facilitó la penetración de los capitales transnacionales; orientó una política de achicamiento del mercado interno con sensibles caídas del poderadquisitivo de los trabajadores, etc.
Las más importantes expresiones de la burguesía nacional que se habían desarrollado vigorosamente con la política del gobierno de Perón, se fueron integrando paulatinamente a los grandes monopolios internacionales, al mismo tiempo que avanzaron en un proceso de monopolización asociándose y absorbiendo a otros sectores productivos. Se agudizaron en todo el período las luchas entre los sectores de la burguesía que impulsaban la concentración del capital y los que resistían su destrucción y absorción, lo que motivó una acentuada inestabilidad social y política. Era manifiesta todavía la debilidad de los nuevos sectores monopólicos para definir otro proyecto hegemónico.

Elecciones presidenciales 1958

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Arturo Frondizi

La campaña para las elecciones presidenciales de 1958 contó con un alto activismo de los militantes, fue la campaña más costosa que se hizo hasta ese momento en la historia argentina. La dictadura militar dispuso prohibir en las elecciones de 1958 al Partido Peronista. Asimismo no se les permitió participar en la elección a los ciudadanos de las provincias de La Pampa y Misiones.

La mayoría de los historiadores aceptan que hubo algún tipo de entendimiento secreto entre Perón y Frondizi para que el voto peronista proscripto se volcara a favor del candidato de la UCRI (Unión Cívica Radical).

Frondizi, con su política desarrollista, llegó al gobierno pactando con el peronismo proscrito, impulsando los planes del capital monopólico menos comprometido con las transnacionales; pero vio frustrado su intento de erigirse en dique de contención de los reclamos de las masas. Los enfrentamientos entre «azules y colorados» (dos proyectos de Partido Militar) en 1962 reflejaron asimismo los conflictos en lo interno del bloque dominante, donde aún no habían logrado imponerse totalmente los grupos monopólicos más ligados a las transnacionales. Se daba una aguda competencia entre ellos y una amplia gama de sectores industriales productores para el mercado interno (numerosos pero no los más poderosos económicamente), afectados por la política promonopólica que se impulsaba.
Biografia de Arturo Umberto Illia
Arturo Illia

Arturo Illia llegó a la presidencia de la Nación en 1963, elecciones controladas por las Fuerzas Armadas en las que se proscribió al peronismo y mientras estaba detenido el anterior presidente constitucional Arturo Frondizi. Durante su gobierno intentó anular los contratos petroleros firmados por el expresidente Frondizi con compañías extranjeras, pero terminó por anular unos pocos acuerdos, renegociar algunos y la mayoría de las empresas siguieron produciendo.
En ese breve período constitucional, el gobierno radical (UCR del Pueblo: 1963-66) intentó implementar una línea económica y política que respondía a la burguesía menos concentrada, a contramano de la que determinaban los grupos burgueses que gradualmente controlaban los aspectos fundamentales del aparato productivo del país y del sistema financiero. La crisis capitalista se agudizó; el proceso de concentración continuó aunque no fue el eje de la política económica oficial; el Partido Militar se fue homogeneizando; la dirigencia cegetista acosó al gobierno. El período se cerró con el golpe militar del Teniente General Juan Carlos  Onganía (junio de 1966) que contó con el respaldo de la burocracia sindical peronista y con el expectante y transitorio crédito que le abrió el propio Perón.


Desde la dictadura, el Ministerio de Economía orientó medidas que facilitaron el natural proceso de concentración propio del capitalismo. Esas medidas, a la vez que centralizaban el capital en pocas manos, crearon condiciones para el desarrollo de las grandes concentraciones obreras y el crecimiento de la clase obrera de la gran industria automovilística, siderúrgica, petroquímica, etc., que fue convirtiéndose en la fuerza motriz fundamental del campo popular, a la vez que se incremento la pauperización de las capas medias.


La revolución cubana, una revolución a contragolpes | LIT-CI
Trascendentales acontecimientos internacionales en el período conmovieron y esclarecieron a los sectores más politizados de la clase obrera y las masas populares: el triunfo de la Revolución Cubana, la victoria del pueblo cubano en Playa Girón y la definición socialista de la Revolución; invasión norteamericana a República Dominicana ; la intervención norteamericana en VietNam; las experiencias del Ernesto Che Guevara.


El peronismo y los partidos políticos tradicionales que no representaban al sector dominante de la gran burguesía monopólica, sino que más bien expresaban todavía a capas burguesas que iban siendo destruidas o desplazadas, fueron incapaces de definir propuestas superadoras de la crisis. El Partido Comunista, como lo reconoce en la autocrítica de su XVI Congreso, había perdido de vista el objetivo del poder y no levantaba una propuesta independiente que interpretase los intereses históricos de la clase obrera.


En tanto, numerosos sectores comunistas, socialistas o «marxistas independientes»  «descubren» al peronismo, originando tendencias de acercamiento que en numerosas circunstancias los condujeron a un descarado «entrismo» o al «seguidismo» de la dirigencia política peronista o de la burocracia sindical. En este camino, orientan políticas de concesiones, rebajándose postulados teóricos fundamentales hasta olvidar principios esenciales de la ideología marxista-leninista.
La carencia de representación política de los nuevos sectores sociales que generaba el desarrollo capitalista en su etapa monopólica trata de ser cubierta por distintas organizaciones y grupos de diversos matices. Entre esos grupos se encuentran los que dieron origen al Partido Revolucionario de los Trabajadores.

NACE EL PRT

El PRT se fundó el 25 de mayo de 1965 en Buenos Aires a partir de la fusión de dos agrupaciones políticas: el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) y Palabra Obrera (PO). Esta confluencia se produce a partir de la relación de Mario Roberto Santucho (referente del FRIP) con Leandro Fote, dirigente azucarero miembro de Palabra Obrera, aunque con el tiempo se supo que previamente se había contactado con el sector de esta última organización dirigido por Ángel Bengochea.
El FRIP fue fundado en julio de 1961 en la ciudad de Santiago del Estero, accionando además, en las provincias de Tucumán, El Chaco y Salta. Era políticamente heterogéneo, compuesto por estudiantes, intelectuales de la pequeña burguesía y trabajadores del noroeste argentino.
Sus integrantes provenían mayoritariamente de corrientes nacionalistas antiimperialistas que gradualmente fueron siendo influenciadas por el marxismo. 
Por su parte, Palabra Obrera se trataba de una expresión del movimiento trotskista en Argentina, y su política estaba orientada, básicamente, hacia la lucha sindical.
El liderazgo de Palabra Obrera era ejercido por Hugo Bressano (más conocido por su seudónimo Nahuel Moreno).
Los trabajadores de los obrajes santiagueños, los obreros de los ingenios azucareros, peones del surco y campesinos pobres santiagueños y tucumanos, eran sectores sumamente combativos y con una prolongada tradición de luchas sociales, habían apoyado fervorosamente el proyecto peronista, lo que no fue obstáculo para que durante su gobierno lo jaquearan con luchas masivas como la histórica huelga azucarera de 1949. La inserción del FRIP en esos sectores enriqueció su práctica y fue creando condiciones favorables para la adopción ulterior de la ideología del proletariado.
Un referente importante para el grupo de jóvenes del FRIP fue la Revolución Cubana. Los sectores del nacionalismo antiimperialista del FRIP creyeron encontrar en la experiencia cubana SU revolución, «patriótica», «americana», contra el imperialismo. 

La Justicia rechazó una indemnización para las hijas de Roberto ...Mario Roberto Santucho, renuente a incorporarse al Partido Comunista a quien criticaba por su falta de vocación de poder y de confianza en la capacidad revolucionaria de las masas; jugó un papel fundamental en la lucha ideológica que se produjo dentro del FRIP en esa coyuntura. En 1961 viajó a Cuba y durante dos meses vivió momentos culminantes de aquel proceso, las primeras definiciones políticas por el socialismo y el esfuerzo popular para la construcción de la nueva sociedad. A su regreso, participó activamente en el FRIP con la decisión de dar la lucha interna para convertirlo en un embrión del partido revolucionario en Argentina.
La Revolución Cubana demostraba que era posible la victoria del pueblo, y sus logros y avances: sus dificultades y bloqueos eran vividos como propios.
Las reivindicaciones rompían los moldes de la petición o la demanda. Eran consideradas como parte de una lucha más profunda, del combate de fondo de dos clases: la contradicción Capitalismo-Socialismo ponía una divisoria de aguas que arrinconaba al reformismo y al oportunismo.
El avance del Capitalismo Monopolista destruía fuerzas productivas (tradicionales) y la concentración expulsaba a miles y miles al exilio interno, a la migración. La injusticia y la explotación eran enfrentadas en todo del país. Los trabajadores azucareros de Tucumán y de todo el Noroeste estaban en lucha permanente. Son estas las bases que determinan la necesidad y por ende la creación de un Partido Revolucionario.
En un muy corto plazo, el Partido va tomando un destacado papel, erigiendo a muchos de sus hombres y mujeres en dirigentes queridos y admirados. Desde Mario Roberto Santucho, Secretario General Histórico, hasta los «desconocidos» obreros de los cordones industriales, los dirigentes barriales, estudiantiles e intelectuales.

Un homenaje que tardó 50 años en llegar
Angel Bengoechea
Un punto de discrepancia en el naciente partido era el referido a la lucha armada, aunque al principio el enfrentamiento sobre el tema quedó soslayado con un aparente acuerdo tácito. El tema ya había sido objeto de debates muy agudos en el seno de los militantes provenientes de Palabra Obrera donde un grupo, al frente del cual estaba Angel Bengoechea, intentaba preparar «las Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional» y comenzar a actuar en el norte tucumano generando un foco guerrillero, tratando de reproducir las experiencias de la revolución cubana. El troskista Nahuel Moreno, el dirigente máximo de Palabra Obrera, rompió con la corriente de Bengoechea quien ya había empezado a influir sobre obreros tucumanos, decepcionados de una lucha reivindicativa sin perspectivas.
Mario Roberto Santucho impulsó una fuerte lucha contra el planteo foquista entre los sectores que debatían el terna de la lucha armada, presentando con todo vigor la necesidad de construir un partido revolucionario, desarrollarlo entre las masas para, después, con su participación, iniciar la lucha armada. Bengoechea se separa y conforma un grupo armado llamado Fuerzas Armadas De La Revolución Nacional (FARN).
Con la incorporación del PRT a la troskista IV Internacional, sectores provenientes de  Palabra Obrera pretendía, además, la definición de partido trotskista, lo que nunca llegó a darse. El PRT se definió en el IV’ Congreso «Partido marxista de la revolución» y, a partir del VI Congreso, partido marxista-leninista.
El PRT, fundado en 1965, constituía una expresión de lo que la clase obrera como tal fue capaz de desarrollar en esa etapa. Fue producto de la experiencia histórica de la lucha de clases ante el agotamiento del proyecto democrático de la burguesía nacional y a la falta de un proyecto revolucionario por parte del P.C. Surgió al margen de éste y del Movimiento Comunista Internacional, lo que le privó originariamente de utilizar la experiencia acumulada por la revolución mundial.



¿Qué es y cómo nace el “Ejercito Revolucionario del Pueblo”?

E.R.P. - El Ejército Revolucionario del Pueblo, nació y... | FacebookEl ERP nace como consecuencia de una decisión política del IV congreso del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) realizado en julio de  1968, inició el pro­ceso que culmina con la creación del ERP al expulsar a la fracción derechista de Nahuel Moreno; se abre entonces una intensa etapa de lucha ideológica contra las tendencias reformistas y sindicalistas del partido ‘por parte de quienes buscan consolidar la propuesta de organizar un “partido para el combate”.
En un proceso a veces confuso y que hemos definido como de “lucha de clases” dentro del partido se da la batalla contra: a) una corriente reformista que por entonces subsiste en ciertos sectores de la organiza­ción, y b) contra una tendencia que esconde su ‘Centrismo detrás de la defensa de la concepción ‘Clásica del “partido bolchevique”. En estos dos años el partido avanza confusa pero firmemente: incorpora la expe­riencia de la revolución continental en la década del sesenta, incorpora y discute los principios del “maoísmo” y de las estrategias del “mari­-ghelismo” y de los “tupamaros”, lo que indica una radicalización perma­nente.


Argentina radiografía de una técnica contraguerrilla - Noticias ...Al mismo tiempo, en el terreno de la práctica y pese a las dificultades internas hay acciones de todo tipo que no se firman (expropiaciones, pertrechamiento, etc.) que aceleran las contradicciones de la organiza­ción. Diecisiete presos en Tucumán por apoyar con acciones de violencia una huelga general y otros tantos en Rosario por acciones contra desta­camentos policiales muestran esa voluntad de lucha. También la intención del partido de pelear por sus militantes caídos en poder del enemigo como se evidenció en las acciones de rescate de prisioneros.
Así se llega al V Congreso en julio de este año, con la firme decisión de limpiar el camino de contradicciones internas para asumir un nuevo nivel de lucha. El Congreso reafirma entonces esta tesis central: “Conso­lidación de un partido clasista y revolucionario, ideológicamente socialista y partícipe activo de la Cuarta Internacional que dirigen Ernst Mandel, Pierre Franck y Alain Krivine, entre otros. En el mismo Congreso se decide organizar el Ejército Revolucionario del Pueblo, que debe ser un ejército ‘proletario por su composición social básica, revolucionario por su práctica y que por tener que operar en el marco de una guerra civil popular asumirá la forma de una organización de masas.

El ERP no es el brazo armado del PRT. Es una organización de masas para la guerra civil. Sus filas están ‘constituidas por todos los militantes del Partido más aquellos combatientes de diferentes capas sociales y disímiles extracciones políticas que aceptan pelear por el programa del ERP; este programa es antiimperialista, anticapitalista y democrático mientras que el programa del PRT es clara y definidamente socialista. Para resumir podemos decir que el ERP tiene un programa “mínimo” mientras que el PRT levanta un programa “máximo”. El PRT es la dirección político-militar del ERP, pero no reduce su función a ser un estado mayor “elitista” sino que se plantea operar y crecer como un instrumento político en el seno de las masas.

El ERP concibe la guerra revolucionaria como una guerra popular, que demanda la construcción de un ejército que para contener al pueblo en armas debe proponerse como una organización de masas, la que lleva necesariamente al desarrollo de un partido revolucionario que lleve el timón de la guerra revolucionaria como una extensión de la política de masas.

Se enfocaban en que los combatientes y militantes compartieran su vida diaria con las masas, en sus barrios y villas; estos vínculos permiten asentar la clandestinidad de nuestra acción en las masas debilitando así el papel estratégico de las aparatos. Se trata de una clandestinidad “abierta” producto del trabajo político.

La lucha del ERP era por constituir un gobierno revolucionario y popular mientras que el PRT era una organización marxista leninista, ligada a la Cuarta Internacional que lucha por un gobierno Socialista. La única condición para incorporarse al ERP es la decisión de com­batir y el odio a la dictadura y el imperialismo. En todos los grupos armados del ERP hay “comisarios políticos” del PRT que son el núcleo y la dirección política, pero no siempre tienen la dirección militar.

El ERP sostuvo una estrategia de guerra popular prolongada, entendiendo el foco como parte de la guerra, así como las insurrecciones y puebladas como puntos de esta misma. A partir de estos primeros enfrentamientos se esperaba que se iniciara una guerra revolucionaria de carácter popular y prolongado, según los conceptos maoístas y del Vietcong.
Si bien los miembros del Buró Político del PRT siempre bregaron por la necesidad del desarrollo cualitativo y cuantitativo como estructura política, el ERP, su estructura armada, acrecentó su representatividad en virtud de la repercusión de las acciones militares desplegadas, logrando ampliar considerablemente su convocatoria de militantes y cuadros desde esta nueva perspectiva, desplegando su máxima actividad entre los años 1970 y 1975.

El legado revolucionario del chileno Miguel Enríquez | Noticias ...Los objetivos declarados por el Ejército Revolucionario del Pueblo ERP eran lograr inculcar el socialismo, además de extender sus ideas al resto de América Latina. 
Para esto último el ERP, formó la Junta de Coordinación Revolucionaria, que también integraban el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) de Uruguay, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia



HIMNO DEL ERP
Por las sendas argentinas va marchando el ERP incorporando a sus filas al pueblo que tiene fe.
Va marchando al combate en pos de la revolución que entregue al pueblo el mando de esta grandiosa nación.
Adelante, compañeros, adelante sin parar, que con nuestro pueblo en armas nada ya nos detendrá.
Va marchando al combate por el camino del Che con su bandera en la mano y sin dejarla caer.
Por la Patria Socialista como consigna final, la etapa capitalista para siempre morirá.

Adelante, compañeros, hasta vencer o morir por una Argentina en armas de cada puño un fusil.




El PRT-ERP fue una experiencia excepcional de desafío al capitalismo en la Argentina", escribió el historiador y docente Pablo Pozzi, en su exhaustiva investigación Por las sendas argentinas.
Pablo Pozzi – De Igual a Igual
Pablo Pozzi


¿Qué elementos destacarías de tu investigación sobre el PRT-ERP?

-Si tengo que rescatar algo de mi investigación, con todas las limitaciones que puede tener, es que todo el mundo habla de la guerrilla pero muy pocos investigan. La intención es plantear la discusión desde otro lado: basta de impresionismo, basta de testimonios... Datos, algo más científico. Y la segunda cuestión, que es más importante: lo que yo descubrí sobre la guerrilla implica que tenemos que repensar la historia argentina. Que la sociedad argentina no es como pensábamos que era y que el proceso de politización de la gente dice muchísimas más cosas de las que nosotros pensamos. Por ejemplo, encuentro que un montón de guerrilleros provienen de pueblos chicos. Encuentro que el PRT-ERP incorpora muchísima gente que viene de familia peronista, que la estructura social del PRT-ERP reproduce en gran medida la estructura demográfica nacional. O sea, que el PRT-ERP es nacional no porque tenga gente en La Quiaca, sino porque deriva gente de todos los sectores sociales en proporciones similares a la demografía histórica del país. Esto implica algo importante: significa que recluta militantes entre peronistas, radicales católicos, etc. ¿No era que el marxismo era extranjerizante? ¿Cómo es que estos tipos, que además de ser muy antiperonistas, eran muy abiertamente marxistas, lograron semejante inserción? ¿Qué pasó para que a muchos de estos militantes que provenían de esos orígenes no les fuera contradictorio su peronismo-catolicismo-marxismo?

El PRT-ERP hizo algo importante: una ruptura con continuidad, donde no era contradictorio que el padre Nelio Rouggier de Córdoba fuera del ERP. O que los obreros peronistas de la seccional Clodomira de ferroviarios fueran del ERP. ¿Cómo puede ser eso? Mi hipótesis en ese sentido es que la visión del marxismo que manejaba el PRT era poco ortodoxa; era dinámica, viva, interesante, abrevaba de diversas corrientes. Eso fue fundamental y correcto científicamente, pero en el caso de nuestra cultura es algo muy extraño. Por eso logra desarrollarse tanto, sobre todo entre los obreros industriales y particularmente en el interior, en una forma mucho más importante que Montoneros, lejos.

-Muchos no se sumaban al PRT-ERP por coincidencias ideológicas, sino por la simpatía ante esta cuestión de priorizar el "hacer"...

-Totalmente. En Argentina tenés una escisión profunda entre discurso y práctica. Una de las virtudes del PRT-ERP fue transformarse en una de las pocas (sino la única) organizaciones políticas con la cual la gente común podía decir que estas nociones, estos sentidos culturales, no eran discursivos sino efectivamente prácticos. La admiración por Santucho no era tanto por si era buen o mal orador, sino porque era un tipo que lo que decía, lo hacía. Y esto era algo por un lado distinto y por el otro, admirable.


Si tenés semejante heterogeneidad de gente que se acerca, es evidente que nuestra vieja imagen tanto militante como intelectual de que el programa es lo importante no es tan así: la mayoría de la gente se acercó por el corazón y no por la cabeza. La cabeza viene después. Es decir, la calidad del militante era fundamental. No quiero decir que la línea fuera irrelevante, hay una articulación entre ambas cosas. Lo que quiero decir es que vos ganabas a la gente, no tu línea. Si la gente te quería, escuchaba tu línea; pero si no te quería, y aunque tu línea fuera adecuada, no te daban pelota. Durante la investigación, así como encontré militantes del PRT maravillosos y queridos hasta el día de hoy en barrios, encontré otros que por favor... Pero la línea era la misma en los dos lados.

PROGRAMA DEL EJÉRCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO (ERP)

comunicado del 01 septiembre 1970
Queremos la liberación nacional y social de nuestra patria.
Queremos:
1°- En lo político.
a) Ruptura con los pactos que nos comprometen con EE.UU. y otros países extranjeros, su publicación y su denuncia.
b) Establecimiento de un sistema de gobierno de Democracia Social, Gobierno Revolucionario del Pueblo, dirigido por la clase obrera.
c) Juzgamiento de los delincuentes políticos, usurpadores del poder, etc.
d) Plena participación en el poder de todo el pueblo, a través de sus organismos de masas.
2°- En lo económico.
a) Ruptura de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y todo otro organismo de control y penetración imperialista.
b) Expropiación sin pago y nacionalización de todas las empresas de capital imperialista y de los capitales nacionales que lo apoyen.
c) Nacionalización de la Banca y el Crédito.
d) Nacionalización del Comercio Exterior.
e) Reforma Agraria.
I) Administración obrero-estatal de todas las empresas nacionalizadas.
3°- En lo social.
a) Reforma Urbana. Expropiación de todas las viviendas alquiladas, propiedad de grandes capitalistas, y entrega en propiedad a sus inquilinos.
b) Alfabetización de todo el pueblo, establecimiento posterior de la enseñanza secundaria obligatoria y apertura de las universidades al pueblo mediante programas masivos de becas.
c) Eliminación de la desocupación y reapertura de las fábricas cerradas en la última década por el interés de las grandes empresas, en perjuicio de obreros y poblaciones.
d) Jornales, pensiones y jubilaciones dignas que eliminen la miseria popular.
e) Absoluta libertad de cultos religiosos.
4. En lo militar:
a) Supresión del ejército burgués, la policía y todo otro organismo represivo y su reemplazo por el Ejército Revolucionario del Pueblo y las Milicias Armadas Populares, es decir, por el pueblo en armas.
b) Todo militar o funcionario patriota que abandone los órganos represivos tiene su puesto de lucha en la fuerza militar popular y será incorporado a ella respetando su grado y antigüedad.
ARGENTINOS: El Ejército Revolucionario del Pueblo convoca a todos los patriotas a asumir sus responsabilidades, a ocupar su puesto de lucha en nuestra guerra revolucionaria del Pueblo, en esta guerra de la Segunda Independencia. El General San Martín y el Comandante Guevara son nuestros máximos ejemplos: seguir e imitar su pensamiento y acción y el de nuestros héroes y mártires del pasado y el presente es la tarea de la hora.

¡A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA!

Si bien desde su propio surgimiento, adscribiendo al modelo leninista de organización, el PRT se postuló como partido clandestino de cuadros, estimuló, a su vez, la formación de distintos “frentes” –expresiones legales de sus alianzas y acuerdos con diversas agrupaciones políticas, gremiales y sociales así como con dirigentes independientes– con el objetivo de canalizar y orientar la movilización popular y alcanzar una mayor gravitación en la arena política nacional. Los frentes más destacados que impulsó e integró el PRT-ERP fueron el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), que realizó seis congresos entre 1972 y 1974, y el Movimiento Sindical de Base (MSB), integrado por agrupaciones sindicales y comisiones internas. En el espacio de la cultura conformó el Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura (FATRAC) que núcleo a artistas e intelectuales entre 1968 y 1971, aproximadamente. A su vez, organizó la Juventud Guevarista (JG), agrupación de superficie del PRT para los jóvenes. Paralelamente, mantuvo una política activa de promoción y participación en organizaciones de solidaridad con los presos políticos y sus familiares: tal fue el caso, por ejemplo, de la Comisión de Familiares de Presos Políticas, Estudiantiles y Gremiales (COFAPPEG) y del desempeño profesional de militantes perretistas en la Asociación Gremial de Abogados, orientada, fundamentalmente, a la asistencia jurídica de presos políticos. A mismo tiempo, el PRT-ERP mantuvo una intensa actividad de “agitación y propaganda”, tanto a través de las tradicionales “volanteadas” en puertas de
fábricas, facultades o barrios, como a través de su propia prensa que editó cocon sobresaltada pero importante regularidad,  teniendo en cuenta que durante la mayor parte de su vida activa, la organización estuvo proscripta Según Pablo Pozzi, entre mayo y agosto de 1973 (es decir, durante el período de legalidad) la prensa partidaria alcanzó su punto más alto: El Combatiente, órgano de difusión del PRT, de edición quincenal, vendía alrededor de 21.000 ejemplares, en tanto Estrella Roja, órgano de difusión del ERP, alcanzó durante el mismo período la cifra de 54.000 ejemplares. Por su parte, María Seoane estimó la tirada clandestina media de uno y otro en 10.000 ejemplares, aproximadamente.
Por otro lado, habiendo incorporado la lucha armada como estrategia para la toma del poder, el PRT-ERP realizó una gran cantidad de acciones militares de diversa envergadura, naturaleza y suerte: desarmes a policías, ataques a comisarías y puestos camineros, “expropiaciones” (de vehículos, de dinero, de alimentos) repartos de bienes de primera necesidad en barrios pobres, “ajusticiamientos” de represores y empresarios, secuestros extorsivos, atentados con explosivos, entre otras. Menos numerosos pero de mayor repercusión fueron los ataques a cuarteles y guarniciones militares (registrándose un total de siete entre febrero de 1973 y diciembre de 1975). Finalmente, dentro de este amplio abanico, a comienzos de 1974, el PRT-ERP estableció un frente militar en el monte tucumano, la “Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez”, que sería prácticamente aniquilado hacia 1976.

Inicio del fin

Hacia 1975, el PRT-ERP contaba con 600 militantes, 2000 simpatizantes activos y un área de influencia de más 20.000 adherentesTambién para la misma fecha, había logrado alcanzar una presencia orgánica en prácticamente todas las ciudades del país y, más importante aún desde sus propios objetivos, constataba un crecimiento aún pobre pero sostenido entre los trabajadores industrialesParadójicamente, 1975 es también el año que marca el comienzo del fin, de un fin tan vertiginoso como definitivo y del que ciertas determinaciones partidarias no fueron del todo ajenas. El recrudecimiento del accionar represivo legal e ilegal asestaba golpes cada vez más duros a la organización. Mientras la militancia perretista se encontraba cada vez más asediada en las ciudades –con el consecuente saldo de muertos, prisioneros y desaparecidos–, en Tucumán, la Compañía de Monte, cercada por las tropas del Operativo Independencia, comenzaba su errático sangrado de desventuras. Y al tiempo que el PRT-ERP anunciaba con certera clarividencia que aquello era el preanuncio de una represión sanguinaria sin precedentes, emprendía la acción armada de mayor envergadura.

El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas encabezaban el último golpe de Estado de la historia argentina. Mientras ese miércoles amplios sectores de la población escuchaban con inmenso alivio el primer comunicado de la Junta Militar, Santucho escribía la editorial de El Combatiente desde cuya tapa alentaba “¡ARGENTINOS A LAS ARMAS!”. Una semana más tarde, la última reunión del Comité Central partidario era sorprendida por las fuerzas policiales y una docena de cuadros perdían allí la vida. Finalmente, la misma suerte correrían los más destacados miembros de la dirección partidaria (Mario Roberto Santucho, Domingo Menna y Benito Urteaga) el 19 de julio de 1976. Y aún entonces, el objetivo primordial de la organización siguió siendo “el entrenamiento de oficiales combatientes”10. Lo que siguió fue la historia de una agonía. El momento de las re-consideraciones políticas y las “autocríticas” comenzaría varios meses después y adquiriría como epílogo, en un par de años, la disgregación partidaria. Algunos militantes
continuarían su epopeya armada en otras tierras; otros, asumirían la responsabilidad de intentar un balance que permitiera explicar la propia derrota. Finalmente, algunos más, en una rectificación significativa de sus propios posicionamientos políticos, se orientarían hacia las prácticas de denuncia impulsadas por el movimiento de derechos humanos. Pero para ese entonces, la suerte de miles de hombres y mujeres que habían abrazado la certeza de que “en toda revolución se triunfa o se muere cuando es verdadera”, estaba trágicamente sellada.

El 28 de marzo de 1976, cuatro días después de la llegada de los militares al poder, el Comité Central del PRT se reunió en una quita de Moreno para evaluar la situación política del país, en un encuentro que contó con la presencia de más de 60 cuadros de la organización, entre ellos Santucho y los principales dirigente de su estructura.

Efectivos del Ejército y la Policía asaltaron la quita y capturaron a varios militantes, no obstante, Santucho y la cúpula del ERP lograron escapar.

"Fue un error armar una reunión tan grande con la represión que se estaba dando. Muchos nos criticaron por eso. Fue otro golpe duro, que se sumó a las caídas que sufrieron los compañeros que estaban en Tucumán, en el monte. Ante esa situación asumimos que debíamos cambiar la estrategia después de haber cometido errores tácticos, que hoy sabemos que fueron decisiones políticas equivocadas" admite Mattini.

A principio de julio de ese año, el Buró Político del PRT decidió que debía replegarse con la finalidad de preservar a sus cuadros y la estructura operativa que aún conservaba.

"La idea era que la conducción saliera del país con Robi (Santucho) a la cabeza. Nos íbamos a instalar en Cuba, donde pretendíamos entrenar a 100 oficiales de la organización, que estarían dispuestos a sumarse a la lucha armada cuando la conflictividad social en Argentina se incrementara. Era lo que creíamos", repasa Mattini.

Un sector de la conducción querían que Santucho saliera del país de forma inmediata, pero el santiagueño decidió que dejaría el país el 20 de julio, pues tenía una cita con Mario Firmenich, jefe de Montoneros, en la que abordaría la conformación de la Organización para la Liberación de Argentina (OLA), una entente que nuclearía a las organizaciones armadas que enfrentaban a la dictadura militar.

"Robi había prometido que iba a reunirse con Firmenich y creía que era una cita impostergable. El encuentro se realizaría el 19 y un día después saldría del país con destino a Cuba. La idea era dejar el país por Paraguay. Mientras tanto decidió irse a vivir al departamento del (Domingo) 'Gringo' Menna, en Villa Martelli", apunta Mattini al referirse a otro de los integrantes de la conducción del ERP.

El 19 de julio era una jornada fría y gris, en ese Buenos Aires signado por una represión ilegal que se hacía visible en las calles y en la vida cotidiana, y al mediodía, un grupo de cuatro hombres al mando del capitán del Ejército Juan Carlos Leonetti llegó en un auto sin patentes a Venezuela 3149, la dirección de ese edificio de 13 pisos donde se hallaban Santucho y Benito Urteaga, número dos en la dirección del ERP.

Es probable que Leonetti, quien tenía desde hacía un año asignada la misión de capturar a Santucho, llegara a esa vivienda ubicada cerca del cruce entre la avenida General Paz y la Panamericana sin saber que se iba a encontrar con el hombre más buscado de Argentina, en caso contrario, "hubiera llevado más tropas", especula Mattini.

Todos vestidos de civil, el grupo de tareas abordó al portero en la entrada del edificio y lo obligó a que los guiara hasta el departamento B del cuatro piso, donde irrumpen y se produce un tiroteo con los ocupantes de la vivienda.

En medio de la balacera, caen Santucho, Urteaga y Leonetti, además son capturadas Liliana Delfino -la segunda esposa del comandante del ERP- y Ana María Lanzilotto -la compañera de Menna, embarazada de ocho meses-, quienes están desaparecidas desde entonces.

El Gobierno de Jorge Rafael Videla informó que Santucho, quien entonces tenía 40 años, murió en Villa Martelli, pero investigaciones posteriores determinaron que el jefe guerrillero llegó muy mal herido a Campo de Mayo, y el destino de sus restos aún se desconoce, producto de un pacto de silencio entre represores que la Justicia no logra desentrañar.

"Ese día yo estaba en Martínez y quise ir a despedirme de Robi antes de que se fuera de país. Así que antes llamé por teléfono al departamento y pasé una contraseña: 'Hola, habla Flores', le dije a quién me atendió. 'Ahhh, Flores, ¿cómo anda? Venga, lo estamos esperando', me contestaron y supe que había sucedido lo peor", repasa Mattini.

Nacido bajo el nombre de Juan Arnold Kremer Balugano, Mattini cuenta que ese día fue designado al frente de una nueva conducción junto con Eduardo Merbilhaá, Jorge Oropel, Daniel Martín y Enrique Gorriarán Merlo.

"Salimos hacia el exterior en busca de contactos con los cubanos. Queríamos seguir con el repliegue y que nos dieran entrenamiento militar para formar una nueva oficialidad. Después de varios meses, nos juntamos con ellos en Praga, Checoslovaquia. Nos dijeron que lo mejor era preservar a los militantes y sacarlos al exilio. Gorriarán volvió al país y se encargó de la tarea de convencer a los compañeros. Las caídas se habían multiplicado en esos meses así que emprendimos ese camino", aporta Mattini.

En 1979, lo que quedaba del PRT-ERP se fragmentó, Mattini y un grupo permanecieron en Europa, en tanto que Gorriarán lidera una avanzada que se trasladò a Nicaragua para tomar parte de la naciente revolución Sandinista.

Un año después, Gorriarán dirigiría la operación que se cobró la vida del dictador nicaragüense Anastasio Somoza, en Asunción del Paraguay, y años más tarde regresaría clandestinamente a Argentina para fundar el Movimiento Todos por la Patria, la agrupación que llevaría a cabo en 1989 el frustrado y descabellado intento de tomar el regimiento de Caballería Mecanizada de La Tablada, durante los últimos meses del gobierno democrático de Raúl Alfonsín.


"Con la muerte de Robi perdimos algo más que un líder. Fue el principio del fin de un proyecto, que aun con errores políticos y desaciertos, intentó cambiar la realidad. Pertenezco a una generación de militantes que se jugó por sus convicciones", enfatizó Mattini.



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