domingo, 10 de mayo de 2020

10 mayo 2007 Muere Aníbal Sampayo. Uruguay

El gran Aníbal Sampayo
https://www.nodo50.org/exilioargentino/cambio2013CEAM/2007/mayo2007/murio_sampayo.htm

Murió el gran Aníbal Sampayo
Reproducción de la nota de Clarín
Fue compositor y poeta esencial del Río Uruguay. Creador del clásico "Kichororó", pagó con el exilio su militancia en Tupamaros.
VOCES MERCEDES SOSA, CAFRUNE, LILIANA HERRERO Y OTROS CANTARON SUS CANCIONES "DE RIO".

Mariano del Mazo
mdelmazo@clarin.com
mdelmazo@clarin.com
Logró aquello que, como se dice, es la aspiración postrera de un artista popular: volverse anónimo. Exquisitas canciones como Kichororó y Río de los pájaros habían dejado de pertenecerle y refulgían en voces como las de Mercedes Sosa, Liliana Herrero, Silvia Iriondo. La noticia seca dice que el cantautor uruguayo Aníbal Sampayo murió en las últimas horas del miércoles en la ciudad donde había nacido, Paysandú, 378 kilómetros al norte de Montevideo, a los 80 años.

Sampayo estaba aquejado de Alzheimer desde hace dos años, y en los últimos tiempos permaneció internado en una residencia para ancianos, visitado puntualmente por su compañera Estela.

Era poeta, compositor, cantante, admirador de Atahualpa Yupanqui y Raúl Sendic y amante del Río Uruguay, al que le cantó en variadas obras inmortalizando aquello de que "el Uruguay no es un río: es un cielo azul que viaja".

Había nacido el 6 de agosto de 1926. El año pasado, Paysandú le realizó un gran homenaje por sus 80 años. El amor por el pago no contradecía su espíritu peregrino. A los 18 se radicó en Paraguay donde llegó a trabajar en un circo. Ahí hizo sus primeras armas como cantante y guitarrero; después, corrido por la dictadura de Stroessner, vivió en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. El conocimiento de las miserables condiciones sociales de los mineros le despertó una conciencia que, con los años, derivaría en su adhesión a los Tupamaros.

Pagó su militancia con años de cárcel durante los cuales, dijo, aprovechó para leer y cultivarse. Después que le dieran libertad vigilada, asfixiado, se exilió en Suecia. Ya era un artista conocido en las dos márgenes del río. Jorge Cafrune fue uno de los más tenaces difusores de su obra. En Suecia crecieron sus hijos, tuvo nietos y se relacionó de otro modo con el Uruguay. "El exilio no es ni blando ni duro, es exilio nomás. Debo decir que Suecia nos recibió con mucha calidez y nos hicieron todo muy llevadero", decía.

De regreso a su pueblo, la muerte de un hijo y luego el Alzheimer hicieron mella en su salud física y psíquica. Su muerte, que no fue sorpresiva, invadió de pena a todo el Río Uruguay. Hasta Jorge Busti, gobernador de Entre Ríos, expresó su dolor. La Intendencia de Paysandú declaró Duelo Departamental. Y los pescadores, las torcazas, los camalotes, se quedaron, de alguna manera, sin voz. Una voz severa pero serena, precisa, inquebrantable.



Lo que sigue es parte de una extensa conversación que mantuvimos con el “poeta del río de los pájaros” en el verano de 2001 en la ciudad uruguaya de Paysandú

...........Teníamos un conjunto (Miscelánea Criolla) de ocho integrantes con dos arpas y en los carnavales sacamos el primer premio. Trabajé en la radio El Espectador hasta que en 1956 me fui a grabar a Buenos Aires en los sellos Odeón y Pampa y tres años después pasé a Microfón donde estaban casi todos los artistas folclóricos de la época. En 1958 me casé y me radiqué en Paysandú, en esta misma casa.

Entre 1960 y 1963 grabaron mis canciones Jorge Cafrune y Mercedes Sosa. Ya había como treinta grabaciones de “Río de los Pájaros” entonces agarré unos pesos por derecho de autor que me permitieron seguir componiendo.

-¿Desde cuando se define de izquierda?
-Me fui haciendo, pero yo no entré a la política por los libros. Entré por la vida misma. En mis canciones están los que viven al lado del río, los hacheros, el paisaje del hombre del litoral abandonado, solo con su frío y su hambre sobreviviendo en benditos o cayampas. Me dolía América Latina y llevé ese dolor a la música. Sobre todo después de estar con los mensú en los yerbatales y ver como los reventaban en la selva. En esos viajes recogí material para hacer lo que debería hacer cualquier cantor o compositor: cantar a su tierra y a su gente.

Cuando en Uruguay surge el Frente Amplio –en 1971– canté en casi todo el país en sus actos. Había mucho lío con las bandas fascistas y a nosotros nos tenían marcados, pero nuestra custodia era la gente

-¿Qué lo decidió a integrarse el movimiento tupamaro y que significó la cárcel en su vida?
-Conocí a Raúl Sendic (líder histórico de los tupamaros), lo admiré, lo seguí y luego vino la cárcel donde pasé casi nueve años. Para mí fue como una escuela. Después de andar tanto, en la cárcel ordené mis ideas y leí mucho. Al principio no nos daban ni lápiz ni papel, pero cuando nos lo dieron escribí la cantata a Leandro Gómez* que fue un artiguista. Y yo soy un artiguista. Cuando fui al Paraguay lo primero que hice fue ir a conocer el sitio donde murió Artigas.

-Después vino el exilio.
-Cuando me soltaron estuve un mes o dos en Paysandú hasta que crucé para el Brasil por el Chuy con mi compañera y mi hijo que tenía doce años. Debía presentarme al cuartel a cada rato entonces decidí irme. Una vez un teniente me dijo que venía mucha gente a mi casa. Yo le dije que sí, que venían mis amigos, artistas, de Entre Ríos, de muchos lados. Y él me dijo que no podían venir más. Así –le dije–, entonces voy a poner un cartel en la puerta de mi casa que diga que los militares no me dejan recibir a mis amigos, que no nos dejan trabajar en la música. El teniente se enojó y me dijo: “Usted no puede cantar ni “Las Margaritas”. Hasta esa rancherita era subversiva. Entonces a fines de los 80 me les pelé.

Me contacté con funcionarios de la embajada sueca. Les mostré los diarios para que vieran que nos corrían. Ahora ya llevo 20 años yendo y viniendo de Suecia. Me voy en el invierno uruguayo a ver a mi familia. Allá están mis hijos y mis nietos.

Suecia fue la puerta de la libertad porque en Brasil no estábamos seguros y teníamos que vivir medio escondidos. El exilio no es ni blando ni duro es exilio nomás. Suecia nos recibió con mucha calidez y nos lo hicieron todo muy llevadero. Pero a mí me salvó que esté donde esté llevo a mi país adentro. Sí señor, donde vaya me llevo el monte, el río, entonces puedo escribir en cualquier lado.

En Suecia nos encontramos con compatriotas. Había que aprender el idioma pero los compañeros me dijeron que me precisaban para cantar así que aprendí muy poco. Es muy difícil el sueco.

-Así que la cárcel no le cortó su carrera artística
-No porque después que salí seguí haciendo giras para defender a los presos. Recuerdo que fui a España y allí decían en esa época que en Uruguay podía haber una apertura democrática. Apertura de cráneos, les decía yo. En mi país se seguía torturando a los presos y los podían matar en cualquier momento. Había que hacer algo por ellos. No era cuestión de salir y a otra cosa.

-¿Hay algún arrepentimiento de su participación en el movimiento tupamaro?
-No me arrepiento de nada. Yo caí preso con más de cuarenta años. Era un hombre, no un chiquilín y sabía lo que hacía. Soy un luchador social con guitarra.

Hay miseria en mi país y eso me duele. Cuando regreso de Europa voy a ver mi compañero río y allí está el pobrecito, contaminado, triste. He escrito sobre mi río y su gente que sufre porque ya no puede sacar su sustento de él.

-Sus canciones son populares, se cantan en las escuelas y en los actos oficiales.
-Hay que diferenciar. Mis canciones son, primero y antes que nada, música de pueblo. Una cosa es la canción popular y otra es la canción de pueblo y esto conviene tenerlo claro ahora que hacen popular a cualquiera. Música popular es la que se escucha mucho. Hay cantores que son populares porque el pueblo los conoce como a Palito Ortega, pero no dejan nada profundo, entonces no son de pueblo. La canción folclórica debe tener sus raíces bien hundidas en el pueblo aunque no sea popular.

-En sus temas ¿puede haber un modelo tomado de otros artistas?
-No. Como modelo tengo el mío. He sido un creador de mi forma con las canciones del litoral. Lo mío siempre ha tenido que ver con el hombre litoraleño en su entorno. Este canto abrió cancha y Cafrune fue un gran impulsor de mis canciones. Al principio –aunque estaba en dos radios de Uruguay (El Espectador y Carve)– se me conocía poco, pero después otros cantores vistieron mis temas con sus ropajes. Estoy muy agradecido a canciones como “Ki chororó”, “Río de los pájaros”, “Cautiva del río” y El río no sólo eso” que cuenta de un turista que se arrima al río y lo ve muy lindo y conversa con un pescador, don Argueyo, quien le dice “por qué no preguntan que me trajo aquí/ por qué ando en el agua como un surubí/ por qué me quitaron la tierra y después crecieron los campos de un mister inglés”. Mucha gente viene de turismo a ver el paisaje y no se da cuenta que adentro de aquel lindo ranchito blanco que se ve está la miseria, la vinchuca asesina, el mal de Chagas por la mugre, por la falta de sanidad.

-¿Qué hace con sus días?
-Me voy de pesca con mis amigos. No soy un gran pescador pero me gusta. Hago giras. Camino hasta dos horas por día. Y caminando creo esas coplitas que después hay que pulir mucho, redondearlas bien redonditas. Una cuarteta, de entrada, puede parecer linda, pero siento que le falta una palabra, entonces camino y camino hasta que la encuentro. Ahora toco la guitarra muy poco; tengo los dedos medio chuecos de cosas que han pasado y del reuma que avanza con el tiempo.

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

1 de agosto de 2005


* Jefe de la resistencia de Paysandú durante el sitio de brasileños y uruguayos a esa plaza. Fue fusilado el 2 de enero de 1865.


I Poeti Nomadirevista de escritura on line
ANÍBAL SAMPAYOEl pasado miércoles 9 de mayo, a eso de las 10 de la noche,
fayecía en una clínica de Paysandú,
República Oriental del Uruguay,
nuestro querido, admirado y respetado companiero,
Aníbal Sampayo.Poeta, compositor, músico, recopilador
y cantor popular de los de mayores tayas humanas,
fijó en el corasón de nuestros castigados países
su impronta lírica fluvial e imborrable.
Una vez más, en ejemplos prístinos
como el este del sanducero universal,
 la poesía
- como lo hemos ido aprendiendo y deletreando -
es la filosofía de América Latina.Rindiendo un tributo senciyo pero leal y conmovido,
editamos en
I Poeti Nomadi:
Una resenia biográfica difundida por SERPALServicios de Prensa Alternativa ).
 Un dibujo con la imagen del guitarrero aguerrido:
" QUE TIEMBLE EL VERDUGO OPRESOR!
EL BUITRE INSACIABLE DEL MAL"
( "El escarabajo Durito"Resumen Latinoamericano, 2002 )
y la letra de una canción de mi autoría del anio 1973,
dedicada al poeta y militante,
 entonces en la cárcel.

Ahora, aguardemos que ustedes recojan
este elemental y sincero envío fraterno
como si fueran cardúmenes vivísimos
en un lindo río de esperanza y lucha!

Salud y poesía!

Enea Biumi y Martín "Poni" Micharvegas
www.ipoetinomadi.com

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