martes, 5 de mayo de 2020

5 mayo 1818 Nace Carlos Marx. Alemania

Carlos Marx


Carlos Marx

El genial fundador del comunismo científico, el gran maestro y guía del proletariado mundial, inspirador y organizador de la Primera Internacional, la “Asociación internacional de los Trabajadores”. Carlos Marx nació el 5 de mayo de 1818, en Alemania, en la ciudad de Tréveris. Su padre era abogado. Tras de cursar la enseñanza primaria en Tréveris, Marx estudió primeramente en la Universidad de Bonn y luego en la de Berlín, donde perteneció al grupo de tendencia revolucionaria de los discípulos del filósofo alemán Hegel que eran conocidos con el nombre de “jóvenes hegelianos” (ver). Egresado de la Universidad, escribió la tesis para su doctorado sobre el tema: La diferencia entre la filosofía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro (ver). En este trabajo tenía todavía posiciones idealistas. Marx defendió brillantemente su tesis doctoral y volvió de Berlín a Bonn, de donde, a fines de 1842, se trasladó a Colonia, entrando a trabajar allí como redactor jefe del diario La Gaceta Renana, órgano de la burguesía radical. El período de trabajo de Marx en La Gaceta Renana es caracterizado por Lenin como el período en el que apunta su paso del idealismo al materialismo y del democratismo revolucionario al comunismo. A principios de 1843, La Gaceta Renana, que bajo la dirección de Marx sostenía una línea democrático-revolucionaria, y sufrió siempre la censura más severa, fue prohibida. En la primavera del mismo año, Marx contrajo matrimonio con su amiga de la infancia Jenny de Westfalia, trasladándose a París, donde en compañía de Arnoldo Ruge comenzó a publicar los Anales Franco-Alemanes, para los cuales escribió los formidables artículos: “Introducción a la crítica de la filosofía hegeliana del derecho”, y “La cuestión judía”. Lenin hace notar la enorme importancia de estos artículos. «En los artículos de Marx que publica la revista, nos aparece ya como un revolucionario que propugna “la crítica implacable de todo lo que existe” y, sobre todo, “la crítica de las armas”, que llama a las masas y al proletariado» (Lenin). En septiembre de 1844, tuvo lugar en París el encuentro entre Marx y Engels, comenzando desde entonces su lucha en común por la causa de la clase obrera. En 1845 publicaron en colaboración La Sagrada Familia (ver), libro dirigido contra el jefe de los jóvenes hegelianos, Bruno Bauer y consortes. En la Ideología Alemana (ver), escrita en 1845-1846, Marx y Engels exponen, ya formada, su nueva teoría del comunismo científico. En París, Marx se dedicó a un profundo estudio de la economía política y de la historia de la revolución francesa, sin suspender su gran trabajo revolucionario. A instancias del Gobierno prusiano, Marx fue expulsado de París por revolucionario peligroso, trasladándose a Bruselas, donde publicó su obra Miseria de la Filosofía (ver) en 1847, dirigida contra el libro del anarquista y socialista pequeño-burgués Proudhon, Filosofía de la Miseria. En Bruselas, Marx perteneció a una sociedad secreta de propaganda, la “Liga de los comunistas”, tomando una participación destacada y dirigente en su Segundo Congreso, por encargo del cual Marx y Engels redactaron el programa de la Liga. Así nació el famoso Manifiesto del Partido Comunista (ver) que vio la luz pública en febrero de 1848. “Esta obra expone con una genial precisión y claridad la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente que se extiende también a los dominios de la vida social, la dialéctica presentada como la ciencia más vasta y más profunda de la evolución, la teoría de la lucha de clases y del papel histórico revolucionario del proletariado, creador de una nueva sociedad, la sociedad comunista” (Lenin). En Bélgica, Marx prosiguió la lucha contra el Gobierno prusiano, que nuevamente exigió su expulsión, y cuando en Francia estalló la revolución de febrero de 1848, el Gobierno belga, atemorizado por los movimientos populares que comenzaran en Bruselas, arrestó y desterró a Marx, quien se trasladó a París. Después de la revolución de marzo de 1848 en Alemania, pasó a Colonia, donde fundó la Nueva Gaceta Renana. Triunfante la contrarrevolución en Alemania, Marx fue entregado a los tribunales y desterrado. Marx se dirigió nuevamente a París, de donde también fue expulsado tras las jornadas de junio de 1848. Fue entonces a Londres, viviendo allí hasta su muerte. Después del golpe de Estado en Francia (1851), Marx publicó su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en la que hizo el resumen de la revolución de 1848-1851. Los años que siguieron a la revolución fueron para Marx años de un trabajo intenso en la creación de su principal obra científica, El Capital (ver). Fruto de las investigaciones económicas de Marx, se publicó en 1859 la primera edición de su Contribución a la crítica de la economía política. “Esta obra contiene la primera exposición sistemática de la teoría marxista del valor, incluyendo también la teoría del dinero” (Engels). Ocho años después, en 1867, apareció en Hamburgo el tomo I de El Capital, “la principal obra de Marx que expone los fundamentos de sus concepciones económico-socialistas, así como los fundamentos de su crítica de la sociedad existente, del modo capitalista de producción y de sus efectos” (Engels). Los últimos años del trabajo de Marx en El Capital fueron al mismo tiempo años de febril actividad revolucionaria práctica. En relación con el movimiento obrero, que comenzó a reanimarse a principios de la década del 60, Marx emprendió la realización de su idea de crear una asociación de los obreros de los países avanzados del capitalismo. En 1854 fue fundada en Londres la “Asociación Internacional de Trabajadores”, la Primera Internacional. Su inspirador y dirigente ideológico era Marx. Redactó el Manifiesto de Fundación de la Internacional y escribió casi todos sus documentos más importantes. Con la creación de la Primera Internacional, Marx echó los cimientos para la lucha proletaria internacional por el socialismo. Dirigiendo la Internacional, Marx batallaba por superar la diseminación del movimiento obrero y crear, en lugar de las diversas sectas socialistas y semisocialistas, “una efectiva organización de la clase obrera para la lucha”. En la lucha intransigente contra el oportunismo en el movimiento obrero, contra los proudhonistas, bakuninistas y demás representantes del socialismo no proletario, Marx forjó la táctica revolucionaria de la lucha de la clase obrera. En 1871, Marx escribió su famosa obra “La guerra civil en Francia”, en la que dio un análisis genial de la experiencia de la Comuna de París, enjuiciándola, según expresión de Lenin, “en términos tan penetrantes, tan apropiados, tan brillantes, tan activos y tan revolucionarios”. A raíz de la reacción subsiguiente a la caída de la Comuna de París, el Consejo General de la Primera Internacional fue trasladado a América. Más tarde, en 1876, declaróse disuelta la Internacional. Desde entonces, Marx se dedicó a terminar El Capital. Se daba clara y perfecta cuenta de la enorme importancia de esta obra para la revolución proletaria, para la clase obrera internacional. Al mismo tiempo prosiguió su intenso trabajo en pro de la organización del proletariado. Marx era el centro de atracción de todas las fuerzas revolucionarias del mundo. Este fue el último período de la vida y actividad de Marx que ya no duró mucho tiempo. Las expulsiones, a las que periódicamente era sometido por parte de los gobiernos reaccionarios; la extrema miseria de la que no pudo salir durante toda su vida y que sólo era aliviada en parte gracias a la ayuda material de Engels; la lucha enconada que sostuvo contra las diversas corrientes no proletarias y antiproletarias; el esforzado trabajo teórico; todo ello minó las fuerzas de Marx, y el 14 de marzo de 1883, a las tres menos cuarto de la tarde, se detuvo la vida del más genial de los hombres geniales, que personificó el cerebro y el corazón del proletariado, de la clase más avanzada en la historia de la humanidad, llamada a realizar un cambio radical en la historia. “Murió admirado, querido, llorado por millones de compañeros de armas, revolucionarios de toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California…” (Engels). Marx fue el creador de la teoría y de la táctica de la revolución proletaria. Junto con Engels, creó la concepción revolucionaria del mundo del proletariado, el materialismo dialéctico (ver). Haciendo extensiva esta concepción filosófica al terreno de la historia social, Marx creó el materialismo histórico (ver), teoría de las leyes que rigen el desarrollo social, de las leyes que rigen la lucha de clases. Pertrechado con el materialismo dialéctico e histérico y el conocimiento más profundo de la historia universal, y estudiando en todos sus aspectos la vida económica y política de la sociedad burguesa, Marx descubrió genialmente el proceso de la generación del capitalismo, las leyes y tendencias de su evolución y las condiciones de su muerte. Marx demostró el carácter históricamente transitorio del régimen capitalista y la inevitabilidad de la victoria del nuevo régimen, el régimen del comunismo. Partiendo del hecho del carácter irreconciliable de los intereses de clase del proletariado con los de la burguesía, partiendo del análisis de la misión histórica del proletariado como sepulturero del capitalismo y creador de la nueva sociedad comunista, Marx sacó a luz la idea de la dictadura del proletariado, como instrumento de la transformación revolucionaria del capitalismo en socialismo. La teoría de la dictadura del proletariado es lo principal y fundamental del marxismo. Marx creó la teoría del comunismo científico en oposición a las diversas teorías, hasta entonces existentes, del socialismo utópico (ver). Todos los aspectos de la doctrina de Marx están relacionados entre sí interna e indisolublemente. “La doctrina de Marx es omnipotente, porque es exacta. Es completa y armónica, da a los hombres una concepción del mundo íntegra, inconciliable con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa” (Lenin). La doctrina de Marx es inmortal. Después de la muerte de Marx y Engels, su doctrina recibió su ulterior desarrollo en el leninismo (ver: Marxismo-leninismo), que es el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias.

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