Engrosó las filas de la diáspora republicana, cruzando la frontera francesa. Falleció tan solo un mes después, en una modesta pensión de Colliure. Machado murió "ligero de equipaje", su poesía engrosará el nuestro de por vida
Joan Manuel Serrat canta Antonio Machado 1969
Antonio Machado. Biografía
En Madrid participa del mundo literario y teatral, formando parte de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. En 1907 obtiene la cátedra de Francés en Soria. Tras un viaje a París con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar filosofía con Bergson y Bédier, fallece su mujer - con la lleva casado tres años - y este hecho le afecta profundamente. Pide el traslado a Baeza, donde continúa impartiendo francés entre 1912 y 1919, y posteriormente se traslada a Segovia buscando la cercanía de Madrid, destino al que llega en 1932. Durante los años que pasa en Segovia colabora en la universidad popular fundada en dicha ciudad.
Paco Ibáñez interpreta "Tus ojos me recuerdan", de Antonio Machado
Antonio Machado, era republicano hasta la médula. Sus escritos dan fe de ello: “Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la mano. La naturaleza y la historia parecen fundirse en una clara leyenda anticipada o en un romance infantil...”
Con el estallido de la Guerra Civil , Antonio se ve obligado a huir de Madrid. Junto a su familia se aloja en Villa Amparo, en la levantina Rocafort. Aquejado de una grave enfermedad bronquial, fruto de un arraigado tabaquismo, el poeta está extenuado. La ruta del exilio no hace sino minar aún más su afección. En marzo de 1938, el avance de las tropas franquistas le lleva hacia Barcelona, donde la familia Machado se aloja en el Hotel Majestic, uno de los más lujosos de la ciudad, repleto de personajes comprometidos empujados como él al exilio por su ideología política, como los escritores León Felipe o José Bergamín. El poeta se halla apesadumbrado: la marcha de la guerra no le convence y la separación de su amada Guiomar,(su esposa, Leonor Izquierdo Cuevas) sumada a su precaria salud, acentúan dicho estado.
El 25 de abril, los Machado deciden abandonar las dos habitaciones que ocupan en el Majestic y se instalan en la Torre Castanyer, en el señorial barrio de Sant Gervasi.
El poeta continúa publicando en La Vanguardia, colaboración iniciada en 1937 que se prolongará hasta 1939, concretamente hasta el 6 de enero de dicho año, fecha en la que publica su último artículo en nuestro diario, máximo exponente de la prensa republicana de la época.
Pero el 22 de enero, la familia Machado decide huir ante la inminente toma de Barcelona por las tropas franquistas, algo que ocurriría tan solo cuatro días después.
Un convoy repleto de intelectuales les trasladará a Francia. Tras seis días de trayecto, alcanzan la frontera de Portbou y, como aquellos miles de republicanos que protagonizaron uno de los más trágicos éxodos de nuestra historia contemporánea, se ven obligados a convertirse en refugiados de guerra. Finalmente, el 28 de enero logran llegar a Colliure donde se instalan en la modesta pensión Bougnol-Quintana a la que les conduce el periodista Corpus Barga.
EL trayecto, plagado de infortunios, mella la ya mermada salud del poeta y, apenas un mes después de su llegada, fallece. En un bolsillo de su gabán se encuentra un trozo de papel en el que Machado había garabateado su último verso, un canto al pasado, una rememoración de la niñez perdida: ‘Estos días azules y este sol de la infancia’.
La bandera republicana que defendió hasta el fin de sus días se convierte en su mortaja.
Señor ya me arrancaste - Amancio Prada canta a Antonio Machado
Poemas de Antonio Machado
El libro perdido que Machado dedicó a Leonor
Puede que parezca excesivo, y hasta lo sea, dedicar a la corta vida de Leonor Izquierdo, la jovencísima esposa de Antonio Machado, un libro de más de 350 páginas*. Puede que sea excesivo, y hasta lo sea, calificar de biografía a lo que apenas son cinco años y pocos meses acerca de la protagonista. Lo cierto es que Miguel Ángel Baamonde, admirador y estudioso de la obra y amores de don Antonio, nos ofrece el más completo y actualizado estudio sobre Leonor.
Hay en este libro, en cuya primera parte se desarrolla el material específicamente biográfico, tres episodios sobre los que de seguro se centrará el interés de quienes lo lean. El primero no puede ser otro que la circunstancia en que todo un circunspecto profesor de instituto, que ya había cumplido los 30 años, manifiesta sus sentimientos a una tierna adolescente de apenas 14 años, que se limitaba a tontear con los muchachos de poca más edad por las orillas del Duero, ante el incipiente atisbo de celos del poeta. Un poema, ese de la monjita tan bonita que muchos hemos leído, cuyos últimos versos aluden a la niña que quiere casarse con un mocito barbero, parece ser –según todos los biógrafos de don Antonio– el que sirvió de amorosa e indirecta declaración, una vez la aludida lo halló sobre la mesa del poeta, en presencia de este.
Otro episodio, que posiblemente también impacte en la sensibilidad del lector, es el que tiene por escenario París, ciudad a la que había ido Machado en su juventud y a la que, desde el momento en que se casa con Leonor, ésta siente la ilusión de ir, muy entendible a poco que su marido le informase de los encantos de la Ciudad Luz. Para plantearse un viaje y estancia ha de conseguir don Antonio, previamente, una beca que permita al matrimonio el sostenimiento de su residencia durante el año 1911. Los primeros meses discurrirán felizmente, con don Antonio asistiendo a las clases de Bergson en la universidad y su esposa haciéndose a una vida cada vez más independiente.
Así hasta que, el 14 de julio, el mismo día en que se conmemora la fiesta nacional de Francia, Leonor cae enferma de hemoptisis. Fechas antes había sufrido una mojadura a causa de un intempestivo chaparrón que la sorprendió de regreso de los Almacenes Samaritana, adonde había vuelto tras notar que había olvidado el bolso que le regaló su marido. Tras ser internada en un hospital parisino, se impuso el regreso a España, para lo cual Machado hubo de pedirle a su amigo Rubén Darío un préstamo de 300 francos.
Como no podía ser de otro modo, una vez declarada la enfermedad, las páginas finales de la biografía tienen por asunto el declinar vital de Leonor en Soria, desde septiembre de 1911 hasta su fallecimiento el 6 de agosto del año siguiente. Conmueve especialmente la imagen del poeta empujando hasta el alto del Mirón, en las afueras de la ciudad y donde más limpio y tonificado era el aire, el sillón de ruedas donde iba su esposa, ignorante posiblemente de la gravedad de su mal. ¿Fue entonces cuando el poeta escribió aquellos versos dedicados a las hojas verdes del olmo viejo, hendido por el rayo: “Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera”?
Ese milagro no se produjo. El único consuelo que tuvo don Antonio, antes del fallecimiento de su esposa el 6 de agosto de 1912, fue la edición de su libro Campos de Castilla, que casi había alboreado con su llegada a la ciudad castellana en 1907 y el posterior conocimiento de Leonor. Todos sus biógrafos coinciden en señalar que uno de esos ejemplares llegó a manos de Machado con una lujosa encuadernación y que el autor lo dedicó a su mujer agonizante. Pérez Ferrero señala que en esa ocasión hasta se le permitió a la enferma manifestar su contento, rompiendo el régimen de silencio que se le había impuesto para no fatigar demasiado sus dañados pulmones. Nada se sabe de ese ejemplar. Llevaba esta dedicatoria: A mi Leonorina del alma, Antonio.
La biografía escrita por Baamonde se completa con dos opúsculos: Presencia de Leonor en la poesía de Antonio Machado y Proyección de la figura de Leonor en la inquietud de Antonio Machado.
*Memoria de la niña-esposa Leonor. Miguel Ángel Baamonde. Ediciones Rilke, Madrid, 2016.
Texto publicado en 2017 en la revista Quimera y recogido en el volumen de Félix Población La memoria nombrada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario