lunes, 15 de junio de 2020

13 junio 2009. Fallece Otilio Galíndez. Venezuela



OTILIO GALINDEZ

Otilio Galíndez (Yaritagua, Yaracuy, 13 de diciembre de 1935 - Maracay, estado Aragua, 13 de junio de 2009), fue un compositor popular venezolano. Ganador del Premio Nacional de Cultura Venezuela 2001, Mención Música.

Otilio Galíndez - Biografía, historia y legado musical ...

Inicios y carrera artística


Otilio Galíndez, poeta y cantautor venezolano, nació en Yaritagua, estado Yaracuy, un 13 de diciembre de 1935. Desde muy niño demostró su vocación por la música, la cual con el transcurrir del tiempo quedaría plasmada en su habilidad para el canto y la interpretación del cuatro. Desde niño mostró su afición por la música, ayudado por su madre en la canción y la poesía, en 1957. Transcurrida su adolescencia le corresponde cumplir con el Servicio Militar, tiempo durante el cual compone sus primeras obras, que luego descarta, por considerar que no tenían fuerza poética ni melódica. A sus 20 años empezó a poner en práctica su capacidad de invención, y comenzó a escribir temas con letra y música de su propia cosecha.
En 1957 ingresa como empleado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde pasaría a formar parte del Orfeón Universitario, con profesores como: Antonio Estévez, Inocente Carreño y Modesta Bor.

Gran lector, Galíndez trabajó como corrector de textos para reconocidos economistas y otros profesionales, oficio que, según su amigo, el también músico Raúl Delgado Estévez, “sólo podía hacer gracias a haber leído gran variedad de textos, desde Marcial Lafuente Estefanía y sus historias de vaqueros que cargaba en el bolsillo, hasta Cervantes y Kafka”.
Durante su paso por el Orfeón Universitario, Galíndez se codeó con destacados músicos como Antonio Estévez, Inocente Carreño y Modesta Bor, de quienes se dejó influenciar. Organizó junto con amigos un grupo de parrandas al que llamaron “Los Piratas”, iniciativa que dio origen a las primeras producciones navideñas de Otilio Galíndez.

Otilio Galindez | micuatro.com

Entre sus temas predominaron las canciones navideñas, los aguinaldos y las parrandas, que lo dieron a conocer en el repertorio venezolano, pero también compuso obras adscritas a ritmos como el vals, el bambuco, el galerón, el pasaje, la canción de cuna, las tonadas, el merengue, el joropo y el danzón. Parte importante de su actividad laboral la realizó en el Núcleo Universitario de la UCV en Maracay. Allí conformó un grupo coral para interpretar sus canciones navideñas, al cual denominó "El Parrandón Universitario" integrado por personal docente y administrativo de las Facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias, realizando incluso presentaciones en varios lugares del país. Demostró a lo largo de su vida una sensibilidad particular por la composición y la belleza musical. Entre sus obras se encuentras canciones navideñas. Su primera canción fue La Restinga, dedicada a la laguna salobre de la isla de Margarita, en el Caribe venezolano. También compuso valses venezolanos, serenatas, bambucos y joropos como "Pueblos Tristes", "Flor de Mayo", "Mi Tripón (Canción de cuna)", "Caramba", etc.

Otilio Galíndez, fallece a sus 73 años. Este ilustre autor, quien por mucho tiempo sufrió de diabetes e hipertensión arterial, abandonó este mundo durante la noche del sábado 13 de junio de 2009, mientras dormía en su residencia, ubicada en la ciudad de Maracay.

Demostró a lo largo de su vida una sensibilidad particular por la composición y la belleza musical. Entre sus obras se encuentran también canciones navideñas.


Pueblos tristes

Qué piensa la muchacha que pila y pila,
qué piensa el hombre torvo junto a la vieja,
qué dicen campanas de la capilla
en sus notas, qué tristes, parecen quejas.

Y esa luna que amanece
alumbrando pueblos tristes,
qué de historias, qué de penas,
qué de lágrimas me dice.


En el fondo hay un santo de a medio peso,
una vela que muere en aceite sucio.
Más allá, viene un perro que es puro hueso
con ladridos del hambre que Dios le puso.

Otilio Galíndez, un cantautor venezolano interpretado por muchos


Portada de un disco de Otilio Domínguez.

Con una admirable habilidad para el canto y la interpretación del cuatro, Otilio Galíndez demostró desde niño su vocación por la música. Llegó a Caracas muy joven y se dedicó a lustrar zapatos y vender billetes de lotería. Luego, años más tarde, cumplió con el servicio militar. Durante su estancia en ese lugar compuso sus primeras piezas musicales, que luego desechó por considerar que no tenían fuerza poética ni melódica.

 

Su talento fue tan elogiado que canciones de su autoría han sido interpretadas por reconocidos artistas venezolanos como Simón Díaz, Lilia Vera, Soledad Bravo, Morella Muñoz, Jesús Sevillano, El Cuarteto, Ensamble Gurrufío, Biella Da Costa, Esperanza Márquez, Cecilia Todd e Ilan Chester, así como la mayoría de las corales del país, y cantautores internacionales como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Perez y Mercedes Sosa.



CECILIA TOOD....



“El supo conjugar sencillez con profundidad, cosa muy difícil de lograr. Decir mucho en pocas palabras es de genios. Igual pasa con su música, es como sentarse, libres, y mirar estas montañas.” 


"Su ternura es infinita. Definitivamente, es uno de los más grandes compositores que hemos tenido en Venezuela. Entrañable."

"Es un compositor único en Venezuela. ¡Es que hacía unas canciones tan bellas! Solamente él podía hacer esas canciones, de una poesía muy simple, pero a la vez muy profunda, muy intimista, muy amorosa."
“Mi tripón” es una de las canciones más lindas del mundo...


 





Caramba


Caramba, mi amor, caramba,
lo bello que hubiera sido
si tanto como te quise
así me hubieras querido.

Caramba, mi amor, caramba,
pasar este invierno triste
mirando caer la lluvia
que tantas cosas me dice.

Caramba, mi amor, caramba.

Caramba, mi amor, caramba,
las cosas que nos perdimos,
los chismes que solo escucho
entre las piedras del río.

Caramba, mi amor, caramba,
el viento con las espigas,
aroma de caña fresca
y amargos de mandarina.

 En una entrevista que le hicieron, sobre el origen de su canto, el maestro respondió:

“…las canciones que mi mamá cantaba y que aún canta, tienen una gran categoría, un buen gusto, son exquisitas… yo no sabía que en realidad mi mamá me estaba dando una clase de estética, además del placer de la música diaria. Vino otra mujer hermosa, tan hermosa como ella, fue la madre naturaleza: los ríos, los montes, los campos, la gente, los árboles, las matas, las flores, todo eso que ayudó a mi mamá cuando estaba pequeña también me ayudó a mí… eso es lo primero que a uno lo asombra y que uno ama, la madre y la naturaleza.”

Una arista de la personalidad de Otilio Galíndez resulta su amplitud de criterios, de visiones, de panoramas, seguramente armada tras su gran afición lectora. Esta característica le permitió escribir canciones en distinto géneros como valses (Candelaria, Ahora, Allá en la tierra, Son chispitas, Sin tu mirada, En Silencio), tonadas (Flor de mayo), aguinaldo (El niño es el mismo, El poncho andino), merengue (Y ni ná, ni ná), danza (Pueblos tristes,  Caramba), gaita (La Restinga), parranda (Luna decembrina), canción (O tal vez).

Tal vez uno de sus mayores filones creativos, el que más lo inspiraba, el que más le hacía explorar la profundidad de su fibra musical era el género de la canción infantil, entre las muchas obras de este género destaca la canción de cuna Mi tripón. “Duerme mi tripón, vamos a engañar la lechuza, y engañar al coco, que ya no asusta. Duerme mi tripón, que mañana el sol brillara en tu cuna y te contará como fue que un día perdió la luna.
Duerme mi tripón, ya se fue la tarde cansada y llegó la noche fresquita y muda”.


Nunca cobró por la autoría de ninguna de sus obras, que llegaron a 

ser plagiadas y hasta vendidas por grandes comerciantes de la 

cultura nacional y extranjera. Supo de la felicidad que está en la 

sencillez, de la vida en armonía con la naturaleza, en el placer de 

darse a los demás.





“El pintor musical de América Latina”, Otilio Galíndez.
Así lo define la cantautora venezolana, Lilia Vera, quien compartió con Otilio el placer de interpretarlo y de quererlo como amigo “sensible y sencillo”.
“Era muy introvertido, excepto para la composición. Cuando Otilio escribía, con muy pocas palabras, decía todo … combinaba la palabra y la musicalidad”
Lo define como un hombre de izquierda y asevera que sus canciones no son panfletarias, pero si son de denuncia.
Para Lilia Vera Pueblos Tristes es una canción que sigue vigente y que refleja la realidad de muchos países de América Latina, “aunque él decía que los pueblos no son tristes porque quieren, sino porque los han hecho ser tristes”.
“Él era el novio de la navidad en nuestro país, porque era un parrandero en esencia” agrega Vera, quien recuerda que la “Luna Decembrina” o “La Restinga” sonaron primero en los pasillos de la UCV con un grupo fundado por el poeta llamado “El parrandón universitario”, conformado por docentes y trabajadores ucevistas.
"Cuando yo tenia como 11 años, yo vivía en Los Rosales. El balconcito de mi casa, daba hacia una casa de 3 pisos, y mi papá me decía ‘escucha lo que tocan en esa casa’ porque siempre había música y fiestas”, explica la cantautora quien aclara que descubrieron en 1995, más de 30 años después, que quien vivía en aquella casa era Otilio.
“Quizás no era un académico pero fue realmente un gran pintor de la palabra y la musicalidad”
Sigue Lilia Vera: Otilio Galíndez puede no estar físicamente “pero espiritualmente siempre anda conmigo, porque él era un militante de la vida (…) no puedo hablar de él en pasado, porque él se le sembró a uno en el alma”
 

FABIOLA JOSE




Son Chispitas / Sueño con Serpientes - Natalia Barahona Chile




 





https://www.cancioneros.com/co/1874/2/la-ternura-de-otilio-era-infinita


https://www.cancioneros.com/in/4/573/articulos-relacionados-con-otilio-galindez


https://iamvenezuela.com/2018/12/otilio-galindez-el-enorme-cantor-de-las-pequenas-cosas/


https://contrapunto.com/cultura/otilio-galindez-el-pintor-musical-de-america-latina/



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