martes, 30 de junio de 2020

26 junio 1967 Muere Carlos Coello. Bolivia



“Tuma”, el escolta cubano del Che

Solapas principales

El 25 de junio de 1967 el Che mandó a situar una emboscada en el camino a Florida. Al día siguiente, ordenó a cuatro hombres, entre ellos el cubano Carlos Coello Coello (Tuma, el escolta del Che), a relevar a los emboscados para que descansaran y comieran.

Al día siguiente, en el momento en que los guerrilleros llegaron a la emboscada, también arribó el ejército. No hubo tiempo para relevo. Todos tuvieron que quedarse allí. Los soldados avanzaron, abrieron fuego y cuatro cuerpos quedaron tendidos en el lugar.

Salvado por sus compañeros, Tuma fue inmediatamente trasladado a la Comandancia donde es intervenido quirúrgicamente. El Che personalmente, con el Médico de la columna, trataron de salvarle la vida, pero fue inútil.

Antes de morir solo le pidió a su Comandante que le quitara el reloj y lo guardara para su hijo (recién nacido), del que apenas había acabado de tener noticias. El Che recogió el reloj. Cuando lo matan, tenía dos relojes en la muñeca, uno era el de Tuma.

Fue tanto su dolor, que el Guerrillero Heroico se quedó toda la noche, en silencio, junto al cuerpo de Coello.

Sobre este hecho, en su Diario de Campaña, el Guerrillero Heroico anotó: “Día negro para mí. (...) llegó la noticia de dos heridos: Pombo y Tuma en el vientre. (...) La herida de Pombo es superficial (…), la de Tuma le había destrozado el hígado y producido perforaciones intestinales; murió en la operación. Con él se me fue un compañero inseparable de todos los últimos años, de una fidelidad a toda prueba y cuya ausencia siento desde ahora casi como la de un hijo”.

Tres días después de su muerte, el Che lo vuelve a mencionar en su diario, cuando reseña la conversación que había tenido con la tropa guerrillera sobre este duro golpe y reitera: “lo consideraba casi como a un hijo”.

Los restos de Tuma fueron hallados el 16 de junio de 1996 y trasladados a Cuba, junto a los del Che y los del Destacamento de Refuerzo. Recibió, de su pueblo, el merecido tributo de Héroe de la Patria.

Carlos Coello Coello nació el 2 de diciembre de 1940 en Manzanillo, actual provincia Granma. Su madre, Ángela, enfrentó sola la crianza de Carlos y de la hermana mayor. Era un hogar de trabajadores pobres del campo.

Con solo ocho años de edad ayudaba en la lechería de la finca donde nació, trasladando y atendiendo al ganado. No conoció de estudios.

Ya joven se dedicó a cortar arroz y chapeaba campos durante largas jornadas por poco más de un peso. Ayudaba su madre, quien lavaba y planchaba como sirvienta, para que no tuviera que ir hasta Manzanillo a llevar la ropa.

Tan dura vida le curtió el espíritu. Con solo 16 años, junto a varios amigos armados de escopetas y revólveres, se sumó a un grupo rebelde. Atraído por la lucha de liberación en la Sierra Maestra, próximo a cumplir los 18 años de edad, empezó a colaborar con los rebeldes realizando funciones de mensajero.

Así conoció a los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara. Ya no era un simple colaborador, formaba parte de la tropa revolucionaria.

En la última etapa de la lucha insurreccional, verano de 1958, aseguró pertrechos al Comandante Camilo Cienfuegos y participó en los combates.

Cuando se organizó la Columna Invasora No. 8 Ciro Redondo, al mando del Che, lo asignaron como ayudante de una ametralladora calibre 30.

La solidaridad, el compañerismo, la honradez, la valentía, fueron característicos en Tuma. Nunca abandonó a un herido y hasta a riesgo de su vida rescató el cuerpo de un compañero caído.

A inicios de 1959 formó parte de la escolta del Comandante Guevara. Junto a él recorrió el país en visitas a centros de trabajo, actos políticos, movilizaciones, trabajos voluntarios en el corte de caña, en los centrales, en la construcción, visitas a los puertos y en viajes al exterior.

Fue seleccionado, en 1966, para integrar el grupo de combatientes cubanos que junto al Che cumplirían una misión internacionalista en tierras de América.
En las fichas que elaboró el Comandante Guevara de cada combatiente que partirían con él a Bolivia, Tuma era el número tres de la guerrilla. Su misión continuó siendo la misma que cumplió en Cuba y en el Congo: responder por la seguridad personal del Guerrillero Heroico.

Ya en el país suramericano, participó en todas las actividades del destacamento: construyó cuevas, caminos y trincheras; realizó exploraciones, cacerías, guardias; fue ayudante de cocina, buscó leña y agua; trasladó –a pie-  armamento, municiones y equipos hasta el campamento central.

Fue parte de la marcha de entrenamiento y exploración. Asistió a las clases culturales, necesarias para el contacto con los habitantes de la zona. Compartió, con estoicismo y carácter, los sacrificios del Comandante Guevara.

Sus compañeros lo describen como un hombre de extraordinaria nobleza, de carácter alegre y jovial, dicharachero, valiente, disciplinado, trabajador, solidario, honrado y de una fidelidad a toda prueba.

Carlos Coello Coello, Tuma, murió el 26 de junio de 1967. Solo tenía 27 años de edad. Su misión principal y gran orgullo era cuidar la vida del Che y la cumplió a cabalidad. Sus restos fueron encontrados el 21 de junio de 1996.

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