miércoles, 24 de junio de 2020

19 junio 1764 Natalicio de José Gervacio Artigas. Uruguay


Uruguay.  José Gervasio Artigas en su natalicio

El Libertador oriental nació el 19 de junio del año 1764, en Ciudad Vieja, en Montevideo, que en ese entonces formaba parte del Virreinato del Perú del Imperio Español. Dio sus primeros pasos en la casa de sus abuelos, que le dieron una educación franciscana.

Artigas vivió muchos años en el campo de su familia, en la zona que hoy se conoce como Sauce, en Canelones, a unos 35 kilómetros del centro de Montevideo. Su estancia allí le sirvió para vincularse con los indígenas charrúas de la zona y aprender las tareas del campo.

Con 33 años se unió al cuerpo de Blandengues, una milicia autorizada por el rey de España que tenía la finalidad de proteger las fronteras. En esta función, Artigas participó del control de los avances portugueses en la frontera con el Brasil y en la lucha contra el contrabando y el pillaje.

José Artigas en la Ciudadela, Montevideo, Uruguay, pintura de Juan Manuel Blanes

No hay circunstancia capaz de inducirme a variar de opinión. Esclavo de mi grandeza, sabré llevarla a cabo, dominado siempre de mi justicia y razón. Podrán arrancarme la vida pero no envilecerme. El honor ha formado siempre mi carácter. Él reglará mis pasos.”
                                                                  José Artigas, carta al General Sarratea, 11 de febrero de 1813.

Febrero de 1811: ofrece sus servicios a la Junta de Buenos Aires. En abril cruza el Río Uruguay y desembarca en la costa de Paysandú. Enseguida asume el mando de la revolución oriental, y desde su cuartel general de Mercedes, el 11 de abril, dirige una proclama, a los revolucionarios:
“Leales y esforzados compatriotas de la Banda Oriental del Río de la Plata; vuestro heroico entusiasmado patriotismo, ocupa el primer lugar en las elevadas atenciones de la Excma. Junta de Buenos Aires, que tan dignamente nos regenta. Ésta, movida del alto concepto de nuestra felicidad, os dirige todos los auxilios necesarios para perfeccionar la grande obra que habéis empezado...
Dinero, municiones y tres mil patriotas aguerridos son los primeros socorros con que la Excma. Junta os da una prueba nada equívoca del interés que toma en vuestra prosperidad...
Para conseguir el feliz éxito y la deseada felicidad a que aspiramos, os recomiendo a nombre de la Excma. Junta vuestra protectora, y en el de nuestro amable jefe, una unión fraternal y ciego obedecimiento a las superiores órdenes de los jefes que os vienen a preparar laureles inmortales. Unión, caros compatriotas, y estad seguros de la victoria.
He convocado a todos los patriotas caracterizados de la campaña; y todos, todos se ofrecen con sus personas y bienes, a contribuir a la defensa de nuestra justa causa.
A la empresa caros compatriotas, que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea nuestra cifra; y tiemblen los tíranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del sur están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que a vivir con ignominia en afrentoso cautiverio.”

El 18 de mayo libra la batalla de Las Piedras donde despliega sus dotes de estratega, venciendo al ejercito español más numeroso y mejor pertrechado que el oriental. Al terminar el parte de dicha batalla desde su campamento del Cerrito nos dice: “Son los momentos en que me considero elevado por la fortuna al grado de felicidad más alta, si las armas de mi mando han podido contribuir a perfeccionar la gran obra de libertad de mi amada patria”
El 21 de mayo pone sitio a Montevideo.
El 23 de octubre, el pueblo oriental, con su jefe a la cabeza inicia el camino “de la Redota”, llamado después EXODO DEL PUEBLO ORIENTAL, el héroe lo dignifica con este pensamiento: “no quiero que persona alguna venga forzada. Todos, voluntariamente deben empeñarse en su libertad. Quien no lo quiera permanecerá esclavo”.

Durante once meses, desde el 11 de octubre de 1811 al 21 de setiembre de 1812, se completó la emigración de 700 familias de la campaña de Montevideo y sus vecinos en armas que cruzaron el Río Uruguay y se instalaron en el Ayuí.
Los Charrúas protegen cual escudo al éxodo que acompañan con 400 guerreros A fines de 1812, Artigas con su ejército de indios, negros y gauchos domina la campaña del Territorio de Montevideo. Se enfrenta al centralismo de Buenos aires. Porteños y portugueses unifican esfuerzos para combatir a los charrúas y debilitar a Artigas. El gobernador de Montevideo rompe el armisticio con Buenos Aires. Los porteños hacen un convenio con los portugueses para la evacuación de la Banda Oriental. En enero Artigas acampa en el Ayuí, Provincia de Entre Ríos. En octubre se produce el segundo sitio de Montevideo.
Artigas se incorpora a él el 21 de febrero de 1813. Sumándose los charrúas en el mes de agosto.
Propone en el Congreso de Tres Cruces el reconocimiento de la Asamblea de las Provincias del Río de la Plata. Dicta las famosas INSTRUCCIONES DEL AÑO XIII para los diputados orientales donde plantea:
  • Independencia absoluta
  • Gobierno republicano y federal y una confederación de provincias
  • Libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable
  • Igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y pueblos
  • Instauración de los tres poderes del Estado con independencia entre sí
  • Trabas constitucionales para prevenir y combatir el despotismo militar
En enero de 1815 se levanta la bandera de Artigas en Arerunguá.
En febrero, el 26, las fuerzas de Artigas entran en Montevideo.
En abril, las Provincias de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fé, Córdoba, Misiones y la Banda Oriental forman la LIGA FEDERAL y Artigas recibe el título de “Protector de los Pueblos Libres”
El 10 de setiembre Artigas promulga EL REGLAMENTO PROVISORIO PARA EL FOMENTO DE LA CAMPAÑA. Al hacer la entrega de tierras a aquellos que la trabajan aclara “con prevención que los más infelices sean los más privilegiados”.
En 1816, durante su gobierno, desde la Capital de la Liga Federal, a la que llaman Purificación, entre otras medidas, fomenta la colonización con indios Guaycuruses y Abipones venidos de Corrientes.
La compañera de Artigas en Purificación fue la paraguaya Melchora Cuenca.
Del mismo modo que protegió a los indios y contaba con su apoyo, tuvo una actitud similar con los de "raza" negra. En el ejército artiguista había una división de pardos. El estado mayor negro de Artigas estaba compuesto por Joaquín Lencina, más conocido por Ansina, líder de la comunidad afro-oriental, y un líder militar llamado Manuel Antonio Ledesma, quién siguió liderando a la comunidad negra que acompañó a Artigas al Paraguay. Que fueron conocidos comos los negros de Kamba-Kuá y que se denominaban los Artigas Cué (el pueblo de Artigas).
"Es Artigas... de conversación afable y decente. (...) Jugaba mucho a los naipes, bebía poco y comía parcamente. Tocaba la guitarra, cantaba y bailaba con bastante gracia. Era muy aficionado a las lindas muchachas y se dice que enamoraba a varias a un tiempo. Escribía con mucha naturalidad y era capaz de grandes concepciones...." Historiador Bartolomé Mitre/1876
El 26 de mayo apoya la formación de la Biblioteca en Montevideo diciendo: “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”.
En agosto se produce la invasión de los portugueses coligados con los reaccionarios de Buenos Aires. Artigas asigna a Misiones y a su Comandante, la misión de mayor riesgo.
En setiembre, con las acciones de Rincón, de la Cruz y Yapeyú, Artigas comienza la lucha contra los portugueses.
En 1817 Artigas le recrimina a Pueyrredón que apoye a los portugueses invasores mientras en la Banda Oriental se los combate.
En 1818, el 9 de abril, los portugueses ocupan Purificación (campamento de Artigas).
En 1819 San Martín escribe al director chileno O•Higgins para mediar en el conflicto entre Artigas y Buenos Aires.
El 22 de enero de 1920 los portugueses derrotan definitivamente a las tropas artiguistas en la batalla de Tacuarembó.
El 23 de febrero, en el Pacto del Pilar, Ramírez y López aliados de Artigas, llegan a un acuerdo con el nuevo gobernador de Buenos Aires, Manuel de Sarratea, por el que hacen la paz con los porteños, traicionando y desconociendo la autoridad de Artigas (Rivera había ofrecido su ayuda a Ramírez en 1820 para matar a Artigas). En setiembre Artigas cruza el río Paraná, junto con Ansina y un grupo de familias y lanceras y lanceros negros, internándose en el Paraguay.
El artiguismo fue derrotado por un Portugal militarista y cruel. Al darle la espalda los centralistas de Buenos Aires, las tropas gauchas fueron masacradas, y los portugueses se quedaron en la Banda Oriental. Artigas se fue al Paraguay. El repliegue no significó que el caudillo abandonaba voluntariamente la lucha. Muy por el contrario, se dirigió hacia el norte para concretar una alianza política y recomponer así su proyecto americanista, multicultural y multiétnico. Ansina, su gran compañero y amigo, lo expresa en uno de sus poemas: "Pronto nos verán regresar... Volverá a enrojecer... Nuestro ceibo notable... ¡Será la hora de volver!
Cuando en 1841 Rivera invitó a Artigas a volver, éste ni siquiera abrió el rollo del mensaje, tal vez influido por viejas amarguras de la traición de su antiguo lugarteniente.
En 1845, el nuevo gobernante del Paraguay, López, hace trasladar al prócer hasta las cercanías de Asunción, en la quinta de Ibiray. Allí recibe la visita de uno de sus hijos, José María, quien en vano intentó traerlo a la patria. Era en plena Guerra Grande y Artigas fue nuevamente invitado a volver por el Gobierno de Montevideo. Con los orientales divididos y en guerra, con su territorio prácticamente ocupado por las grandes potencias europeas y el ejército porteño, como era de esperar, se negó a volver.
Muere el 23 de setiembre de 1850 a los 86 años.
José Artigas dictándole a su secretario Jose Monterroso, pintura de Pedro Blanes Viale

Ansina Olvidado por la historia

“Ansina” es el apodo con que se conocía a african, antiguo esclavizado, que acompañó a José Artigas en su exilio en el Paraguay en el año 1820, donde fue su asistente personal hasta su muerte. El apodo de “Ansina” corresponde a una expresión del habla gauchesca sustitutiva del adverbio “así”.

Durante mucho tiempo se consideró que se trataba de Manuel Antonio Ledesma. uno de los soldados del ejército artiguista.
Existe un detenido estudio respecto de Ledesma, del que es autor el historiador Felipe Ferreiro, publicado en la Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, tomo V, Nº 2, págs. 731 a 752, en que discrepa con varias de las conclusiones que se sostienen a su respecto.

Los restos funerarios de Ledesma, fueron exhumados de Guarambaré y trasladados al Panteón Nacional, en Montevideo, en octubre de 1938.

Investigaciones más recientes, efectuadas a partir de un viaje de Marcel Dupuy a Paraguay en 1920, indican que en realidad el apodo de “Ansina” se aplicó a otro africano antiguo esclavo, llamado Joaquín Lencina.

Luchò por su libertad desde su nacimiento hasta sus ùltimos dìas en el exilio en Paraguay.

Joaquín Lencina, hijo de esclavos, habría nacido en 1760 (4 años antes que Artigas) en una estancia en la Banda Oriental, probablemente situada al sur del Río Negro, o tal vez en el actual Depto. de Durazno. En 1775, huyendo de la esclavitud se enroló en un barco pesquero, pero fue capturado por piratas cerca de las islas Malvinas; y luego vendido a ingenios azucareros en el estado brasileño de San Pablo.

Debido que allí participó en varias rebeliones e intentos de fuga, en 1795 fue vendido en Misiones — territorio fronterizo de las posesiones portuguesas y luego brasileñas a ambos lados del curso superior del Río Uruguay — categorizado como un “negro peligroso”. Fue comprado por el entonces Capitán de Blandengues, José Artigas, quien de inmediato le concedió su libertad y lo recomendó como soldado, al Batallón de pardos y libertos de Montevideo, en esa época al servicio del Rey de España. Luego de ello, es justificado suponer que Lencina se unió a las fuerzas revolucionarias de Artigas, y se mantuvo cerca de él en todas sus actividades posteriores.

También Lencina acompañó a Artigas al Paraguay, viviendo con él en Curuguaty; y cuando próximo a su fallecimiento, Artigas se trasladó a la población paraguaya de Guarambaré — que fuera fundada en 1569 por Juan de Garay, en el alto Paraguay — fué acompañado igualmente por Lencina y por Ledesma. Cuando Artigas falleció, en 1850, Lencina que tenía 90 años convivió con Ledesma, en la zona de Guarambaré, donde murió en 1859, casi al cumplir sus 100 años de edad.




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