Episodios hacia un Golpe de Estado (1/3)
Primer episodio: La muerte del teniente republicano José Castillo.
En febrero del 36 el Frente Popular, candidatura de partidos obreros y pequeño burgueses de izquierdas, ganó las elecciones. Esto no gustó nada a la derecha, a los jerarcas de la Iglesia y del Ejército, ni a los terratenientes, que no querían volver al periodo republicano-socialista, donde unas tímidas reformas sociales fueron contestadas con furia por los grandes poderes económicos y sociales. Viendo que por la vía de las elecciones no conseguían sus objetivos de acabar con la República y la resistencia obrera, decidieron pasar a la acción. Primero, provocar el desorden con la “dialéctica de los puños” como defendían los falangistas, para así provocar un alzamiento militar preparado con antelación.
Dicho desorden provocado por los fascistas tuvo el 12 de julio una trágica consecuencia: el asesinato por parte de pistoleros de la Falange del teniente de la Guardia de Asalto republicana José Castillo.
José del Castillo Sáenz de Tejada nació en Alcalá la Real un 29 de junio de 1901. Era hijo de Valeriano del Castillo, un importante abogado de reconocidas ideas liberales. Su madre descendía de una destacada familia aristocrática de raíces vascas, la de los Condes de Ripalda, y mantenía parentesco con Doña Concepción Sáenz de Tejada, madre de Don Jaime de Marichalar. Otras fuentes aseguran que por esta misma línea materna emparentaba con José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia, fundador de la Falange Española e hijo del general del mismo apellido.
Estudia el bachillerato en Granada, en el mismo colegio en el que lo hizo Federico García Lorca. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1919, en la que se gradúa en 1922 como alférez.
Destinado al Grupo de Regulares Indígenas de Tetuán nº 1, toma parte en la Guerra del Rif, donde por méritos de guerra consigue el grado de teniente. En 1925 tiene lugar el desembarco de Alhucemas, que precipita el final de la guerra, y Castillo es destinado a la península, al Regimiento de Infantería de Alcalá de Henares.
Con la proclamación de la II República , pasa a formar parte de la Guardia Civil. Comienza a concienciarse políticamente, llegando a tener ideas socialistas. Durante la Revolución del 34 en Asturias, es mandando en un regimiento hacia Villaviciosa, donde se niega a disparar alegando que “Yo me niego a tirar contra el pueblo”. Se le somete a un consejo de guerra y a un año de cárcel.
Tras el triunfo del Frente Popular en 1936, solicita su pase a la Guardia de Asalto. Su ingreso en este cuerpo se produce el 12 de marzo de dicho año, siendo destinado a la 2ª Compañía de Especialidades, con base en Madrid, en el cuartel de Pontejos (ubicado en la Plaza de Pontejos), junto a la sede del Ministerio de la Gobernación. En este tiempo se están produciendo continuos y violentos enfrentamientos entre militantes de izquierda y de derecha, especialmente falangistas y carlistas, así como una ola de atentados contra los militares pertenecientes a la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA) a la que Castillo se había afiliado tras salir de prisión y desde la que le fue encargada la instrucción de las milicias de las Juventudes Socialistas.
Durante las manifestaciones por el quinto aniversario de la República, el teniente Castillo muere el Guardia Civil de los Reyes, lo que hace que la derecha se envalentone aún más. El día de su entierro, muere, por disparos de uno de los hombres de la sección de Castillo, Andrés Sáenz de Heredia, primo del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera. El tiente Castillo es linchado a palos por los asistentes. Recibe amenazas de muerte en los siguientes y dos intentos de asesinato.
Así las cosas, el 12 de julio, tras asistir a los toros, es advertido por una militante socialista de que corren rumores de que esa noche se va a atentar contra su vida, pero Castillo, tras dar un paseo con su esposa, con la que se había casado el 20 de mayo, decide incorporarse a su puesto como cada día. No obstante, a las diez de la noche, cuando dobla la esquina de la calle Augusto Figueroa con Fuencarral, para encaminarse al cuartel, cuatro pistoleros de extrema derecha (carlistas pertenecientes al Tercio de requetés de Madrid, según el historiador Ian Gibson, o falangistas según otros autores como Paul Preston), le disparan sin darle tiempo a sacar su arma reglamentaria. Auxiliado por el periodista Juan de Dios Fernández Cruz, que casualmente pasaba por el lugar, es trasladado a una casa de socorro cercana donde ingresa cadáver.
Su asesinato vil provocó la reacción de sus compañeros de armas. Y al día siguiente, sería asesinado Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto. Lo que sería la excusa perfecta para los militares para actuar y realizar el Golpe de Estado.
Episodios hacia un Golpe de Estado (2/3)
El asesinato de Calvo Sotelo.
Los guardias de Asalto republicanos habían sido provocados por la reacción. Los meses posteriores a la victoria del Frente Popular habían sido de lucha entre una derecha contraria, ya abiertamente, a la República y un movimiento obrero que luchaba contra la reacción fascista.
El asesinato de Castillo provocó la ira de sus compañeros. Y decidieron acabar con la vida de algún dirigente de la derecha más radical. Gil-Robles, el líder de la derecha parlamentaria, de la CEDA, estaba de veraneo en Biarritz. Así que se decidieron ir a por José Calvo Sotelo.
Calvo Sotelo, el líder de Renovación Española, partido de carácter reaccionario y monárquico, fue siempre contrario a la proclamación de la República. Estudió Derecho en Zaragoza y Madrid y se doctoró con premio extraordinario en la universidad madrileña, por lo que ingresó pronto en el Cuerpo de Abogados del Estado, el año 1916. Inició su actividad política dentro del partido de Antonio Maura.
En el año 1919 consiguió su primer acta de diputado a Cortes, representando al distrito de O Carballiño, dentro de las filas del partido de Antonio Maura. En el año 1921, el gobierno de Maura lo nombró gobernador civil de Orense, lo que inició su arraigo con dicha provincia y con sus prohombres políticos. Seguidamente pasó a ocupar el mismo cargo en Valencia.
Pero la carrera política de Calvo Sotelo no alcanzó relevancia hasta el advenimiento de la Dictadura del general Primo de Rivera (1923-29), siempre sin romper con el “maurismo”, y guardando ciertas distancias con el antiparlamentarismo de Primo de Rivera. Calvo Sotelo se propuso colaborar con el régimen y así llevar a cabo las reformas del Estado que él consideraba necesarias. Fue puesto al frente de la Dirección General de la Administración, donde se propuso solucionar los problemas que embargaban a la administración local y provincial, las cuales se debatían entre la impotencia económica y el caciquismo heredado desde los tiempos de la restauración canovista. En el año 1925 fue nombrado ministro de Hacienda por el general Primo de Rivera, cargo que ocupó hasta el año 1929, donde intentó imitar el modelo del Estado corporativo del fascismo italiano.
Con la proclamación de la II República, se exilió en Lisboa y París, entre 1931 y 1934. En las Cortes Constituyentes fue elegido diputado por Orense, pero, dada su situación de exiliado político, se le impidió hacer acto de posesión formal del Acta de diputado. En las elecciones para la primera legislatura, celebradas en noviembre del año 1933, salió elegido diputado con dos Actas, por Orense y La Coruña, representando al partido Renovación Española. Finalmente, el 4 de mayo del año 1934, regresó del exilio en virtud de la amnistía decretada por el gobierno republicano derechista de Alejandro Lerroux y de Gil Robles, lo que le posibilitó acceder a su puesto de diputado por Orense y reanudar su actividad política. Intentó formar un grupo político pro-monárquico.
Tras la victoria del Frente Popular en febrero del 36, Calvo Sotelo fue uno de los más firmes defensores de la intentona militar, con frases desde el estrado del Congreso de los Diputados como:
-Sería loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse a favor de España y en contra de la anarquía, si ésta se produjese.
-Yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para el bien de mi patria. Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: ‘Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis’. Y es preferible morir con honra a vivir con vilipendio
-Antes una España rota que una España roja.
Por ello fue elegido por los Guardias de Asalto para darle muerte. Era una acérrimo defensor de lo que los militares llevaban preparando durante meses, el Golpe de Estado. La madrugada del 13 de julio, tras el asesinato del republicano José del Castillo, un grupo de oficiales se presentó en su casa en un coche del Gobierno. Calvo Sotelo fue obligado a acompañarles. Antes se despidió de su mujer, sospechando lo que le esperaba. A la mañana siguiente, su cuerpo aparecería en el depósito de cadáveres, muerto a tiros, donde sería identificado a mediodía. Y este fue la excusa para los militares de dar inicio al Golpe de Estado que llevaban preparado durante meses antes.
Episodios hacia un Golpe de Estado (3/3)
El viaje de Franco a Marruecos.
Tras la Revolución de 1934 en Asturias, que reprimió con la Legión que él controlaba, Franco había conseguido el mayor puesto en el escalafón militar: Jefe del Estado Mayor de la República.
Sin embargo, al llegar el Frente Popular al poder , sabiendo que Franco estaba dispuesto a realizar un golpe de Estado, lo mandaron a Canarias, lejos de las esferas de la jerarquía militar. Sin embargo, desde las islas seguía en contacto con los militares que estaban preparando la intentona golpista.
Aunque en ese momento estaba en un escalafón secundario en las conspiraciones, Franco, debido a sus tiempos en Marruecos y dirigiendo la Escuela Militar de Zaragoza, era una persona muy respetada entre el cuerpo de oficiales. Por lo que su apoyo al Golpe era fundamental para que este fuera exitoso.
Por ello, grandes capitales nacionales y extranjeros apoyaron el traslado de Franco de Canarias a Marruecos, donde dirigiría las tropas de África, un total de 45.000 hombres bregados en la guerra de Marruecos, tanto nacionales como “moros”, el mayor contigente militar del que disponían los golpistas.
El magante Juan March pagó de su bolsillo el alquiler del avión que llevaría a Franco hasta Marruecos, el conocido como Dragon Rapide. Y el 5 de julio, el marqués Luca de Tena, propietario del ABC, mandó a su corresponsal en Londres, Luis Bolín, que buscara el avión.
El avión despegó el 11 de julio del aeródromo de Croydon. Tres días más tarde aterrizo en el aeropuerto de Gando, en la isla de Gran Canaria. Pero tenía un inconveniente Franco, no tenía excusa para viajar hasta las Palmas de Gran Canaria e ir desde ahí a Marruecos. Tenía que estar el 17 de julio en tierras africanas para dirigir el Golpe.
Pero la suerte o la premeditación le acompañó. La mañana del 16 de julio, el general Amdeo Blanes, comandante militar de Gran Canaria, resultó herido de muerte al recibir un balazo en el estómago, cuando probaba unas pistolas en un campo de tiro. Nunca se supo si fue un accidente, suicidio o asesinato. Lo cierto es que su muerte permitió a Franco viajar a Las Palmas el 17 de julio. El 18 de julio viajó hacia Marruecos. Tras una noche en Tetuán, el 19 de julio se puso al mando de las tropas de África, que ya habían tomado Ceuta y Melilla en manos de los sublevados.
https://radiorecuperandomemoria.com/2016/07/13/episodios-hacia-un-golpe-de-estado-13/
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