miércoles, 1 de julio de 2020

27 junio 1910 Nacimiento de Jesús Faría. Venezuela



JESÚS FARÍA: «ASÍ FUE CÓMO INGRESÉ AL PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA»

En las oficinas del Ministerio del Trabajo, defendiendo los intereses de los obreros, de Izquierda a Derecha: Jesús Faria, Max García, Manuel Taborda, Millán y Pedro Ortega Diáz
En las oficinas del Ministerio del Trabajo, defendiendo los intereses de los obreros, de Izquierda a Derecha: Jesús Faria, Max García, Manuel Taborda, Millán y Pedro Ortega Diáz

Especial de Tribuna Popular

¿Cómo ingresé al PCV?

Me lo pregunta quien debería contarnos cómo lo hizo, puesto que él no es obrero y yo sí lo soy; aunque para mí es obrero todo, aquel que dedica su vida a la causa de la revolución proletaria, sea cual fuere su origen social.

Ingresé al Partido Comunista cuando de éste existía sólo un embrión.

Obrero petrolero y en 1935, nada sabíamos de comunismo. No habíamos oído hablar de política. Así, pues, no ingresé al Partido Comunista después de oír algo sobre marxismo-leninismo. Conmigo el trabajo de capacitación resultó breve y sencillo.

Corrían los agitados días cuando los gomecistas, ya sin Gómez, se aferraban al poder y disparaban a matar contra el pueblo, como después lo hicieron los betancuristas, apoyados por Caldera y no sólo por éste.

— “Tenemos que hablar”, .me dijo Antonio Granados.

— ¿”De qué se trata”?

—”Ven por aquí”, y me apartó de los otros.

– “Estamos organizando su Partido Comunista” -dijo amigo- mi, “y que querernos con nosotros.”

— ¿“Qué es eso”?, pregunté en tono amistoso.

Me habló muy breve de Lenin y Stalin, de la Unión Soviética. Me dijo: “Allá no hay desempleo y todos saben leer. El zar y los otros gomecistas de allá, fueron pasados por “filadelfia”… Las fábricas son del Estado y la tierra es de los campesinos”.

Aquel relato brilló como una luz en la oscuridad, Nunca había oído nada igual, tan cautivador. Por una cosa así, vale la pena ayudar, pensé.

“Anótame”, le dije, sin dar rienda suelta a la emoción.

¡Poder trabajar por un programa como ese de los soviéticos y con la solidaridad de éstos!

¡Lenin! ¡Stalin! ¿Cómo serían esos dirigentes?

Poco más tarde me explicaría Rafael Contreras: “Si admites ante la policía que eres comunista, te esperan 20 años de presidio y otras menudencias…”

Hablamos de un tango de moda y soltamos la risa.

Un semanario pedía la pena de muerte para los comunistas.

Y Espartaco González escribía “DE PIE, QUE HAN ASESINADO CINCO OBREROS”; aunque la verdad es que, desalojar a los gomecistas costó más de cien vidas, la mayoría vidas de obreros.

Guiados por intelectuales, quienes copaban la “…pequeña pero inteligente y sabia Dirección del Partido Comunista…”, corno lo decía la revista “SIC”, los obreros forjaban su propio Partido y los sindicatos.

Los dirigentes comunistas eran unos 50 hombres da talento y coraje, brillantes columnistas y oradores. Discutían y yo entendía poco de lo mucho que se decía. Eran cosas de táctica política.

En la primera Conferencia de los comunistas venezolanos, agosto de 1937, me impresionaron por su jovialidad y su dialéctica, Miguel (Otero Silva), Kotepa (Delgado) y (José Antonio) Mayobre. Me obligaron a dar mi opinión y voté por sacar la cara.

Dentro del Partido Comunista he disfrutado muy variadas emociones: La pelea con Medina y los medinistas, las luchas fraccionales, las grandes huelgas, mí primer viaje a la URSS en 1949, mi encuentro con Jorge Saldivia Gil y muchos otros.

Sin embargo, nada me ha producido tanta dicha como mi primer encuentro con Luis G. Pietri, ministro del Trabajo de López Contreras.

Vine a Caracas a conocerlo y a buscar la boleta, de legalización de la UNION SINDICAL PETROLERA DE VENEZUELA. Fue después de la Conferencia de los comunistas en Maracay. En !a Oficina del Trabajo me presentaron un burócrata llamado Rafael Caldera.

Caracas me fascinó, pese a que dormía sobre una mesa y sin cobija, en la Central Sindical, Y, mis gastos de restaurant no podían pasar de tres reales por día.

Cuando me entregaron boleta de legalización de la USP, me preguntó Rojas Guardia si yo quería saludar al Ministro. Le dile que no había pensado tal cosa, pero que si él consideraba necesario, podíamos saludarlo.

El mismo sonriente Director del Trabajo abrió la puerta del lujoso automóvil.

En un saltico estuvimos frente al poderoso Ministro del Trabajo.

— Qué piensan los obreros del general López?, preguntó aquel personaje de ojos azules como un gringo.

— Pensamos que es un traidor, respondí con naturalidad. López Contreras se vendió a las compañías petroleras y nos robo victoria…

El Ministro trató de entrar por otro lado pero la respuesta fue igual.

Se levantó en silencio del mullido asiento y se marchó sin decir palabra. Rojas Guardia también había cambiado por completo. Yo salí rumbo a la Casa Sindical donde me felicitaron calurosamente por haber dicho lo que dije al Ministro.

En realidad, lo que pensaban los obreros de López Contreras era bastante peor de lo que yo expresé.

Muchos años después, Ignacio Luis Arcaya me presentó a Luis G. Pietro. Esta vez ni era ministro ni López era presidente.

En toda mi vida, creo que es éste el momento más dichoso que he disfrutado: Darle mi opinión y las de mis compañeros de trabajo a quienes nos robaron una de las grandes victorias en la historia de las luchas de clases en Venezuela.

Noviembre 21 de 1968

(Tomado del Semanario Nueva Voz Popular N° 30 del 26 de Noviembre de 1968)

Jesús Faría, insigne combatiente por las causas de los obreros del país y promotor de la organización de la masa trabajadora para alcanzar los fines supremos de la instauración de una Revolución socialista que derrocara la ignominia de la democracia adeco-copeyana que solo había dejado hambre, represión y muerte. 

Nacido en Borojó, estado Falcón, el 27 de junio de 1910, Faría fue fundador de los primeros sindicatos petroleros de Venezuela, desde donde fue parte del comité promotor de las huelgas petroleras de 1925 y 1937, hasta llegar a encabezar la huelga de este sector en 1950. 

Militó durante 60 años en el PCV, partido del cual fue secretario general por más de 30 años. En 1960 es electo como diputado del extinto Congreso, desde donde denunció los planes del gobierno de Rómulo Betancourt, de violar la Constitución

Tras la disolución del Congreso por parte del gobierno adeco, en 1963 Faría es detenido y puesto en prisión y expulsado del país en 1966, dada la delicada situación de salud que presentaba producto de las condiciones inhumanas que afrontaban en su centro de detención. 

A 24 años de su siembra, el pueblo bolivariano, recuerda a este revolucionario insigne y con su ejemplo sigue luchando por la construcción de la victoria definitiva tal como lo avizoró Faría en discurso con motivo al Bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar. 

"Los comunistas, hombres y mujeres de probada abnegación, en nuestra lucha permanente también nos guiaremos siempre por la estela luminosa de nuestro héroe nacional, por su moral cristalina, por su firmeza ejemplar, por su valor personal en el combate. Si podemos cumplir en el futuro con esta obligación patriótica, estamos seguros de que nuestra victoria brillará tarde o temprano como brilló la estrella de Bolívar.”

Jesús Faría, 24 de julio de 1983

https://prensapcv.wordpress.com/2014/09/02/jesus-faria-asi-fue-como-ingrese-al-partido-comunista-de-venezuela/

https://www.conelmazodando.com.ve/jesus-faria-insigne-combatiente-por-los-derechos-y-dignidad-del-pueblo-trabajador

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