Alí Rodríguez Araque: “Cuando se es revolucionario se vive siempre en zafarrancho de combate”
La muerte de Rodríguez Araque fue recibida con bastante pesar por quienes en las filas de la Revolución Bolivariana conocieron la entrega de este hombre a la causa de los pobres y la fibra de que estaba hecho como ser humano. La mayoría lo recordó como el “Comandante Fausto”, seudónimo utilizado en sus tiempos de guerrillero cuando combatía en las montañas al régimen puntofijista.
Alí Rodríguez Araque nacio en la localidad de Ejido, estado Mérida, el 9 de septiembre de 1937. En 1961 se graduó de abogado en la UCV como miembro de la promoción Fidel Castro. Como abogado, en aquellos años iniciales, funge como asesor de sindicatos y defensor de los trabajadores.
Sometido a persecución política, permanece en la clandestinidad hasta 1979. En 1983 abandona la lucha armada y es electo diputado suplente en el Congreso. En 1993 es elegido como diputado principal por las Causa R. Es designado presidente de la Comisión de Energía y Minas del Parlamento Nacional en 1994. En ese mismo año es designado vicepresidente de la Comisión de Energía Conjunta del Congreso, y se opone decididamente a los llamados contratos de la Apertura Petrolera, cuya nulidad demanda ante la Corte Suprema de Justicia, junto a otras personalidades. Entre 1994 y 1997 participa regularmente como invitado del US Energy Council como analista petrolero, y entre 1993 y 1999 es miembro del Consejo Nacional de la Energía y de la Comisión de Energía y Minas del Parlamento Latinoamericano. En 1998 integra la Comisión Programática del candidato presidencial Hugo Chávez Frías. En los comicios nacionales del propio año fue electo senador al Congreso de la República por el estado Bolívar.
Como canciller emprendió una tenaz defensa del Gobierno de Chávez en organismos internacionales como la ONU y la OEA ante las presiones diplomáticas de Estados Unidos.
Araque se opuso firmemente a la implantación del tratado de comercio ALCA, promovió el acuerdo de comercio ALBA entre Venezuela, Cuba y Bolivia. Durante su ejercicio como canciller, Venezuela accedió como miembro de pleno derecho a Mercosur. El 1 de septiembre de 2006 fue designado embajador de Venezuela en La Habana, Cuba. En junio de 2008 cesó en el cargo de embajador y regresó al gabinete ministerial del presidente Chávez como ministro de Economía y Finanzas. Posteriormente fue nombrado ministro de Energía Eléctrica. En 2012 ocupa la Secretaría General de Unasur hasta 2014, cuando se encarga de la embajada venezolana en La Habana.
El eterno zafarrancho
Rosa Miriam Elizalde es autora del libro Antes de que se me olvide, con prólogo de Hugo Chávez, en el que Alí Rodríguez Araque habla de su vida.
En la entrevista con la periodista cubana, donde aborda el periodo de violencia de estos años, se refiere al plan imperial para aniquilar las fuerzas progresistas del continente.
“Después de muchos años de avances democráticos y populares en nuestra América, hay una contraofensiva imperial y oligárquica, que ha tenido victorias importantes en Argentina y en Brasil, país que ayer vivió la experiencia de que 61 individuos en el Senado echaran por tierra 54 millones de electores brasileños que reeligieron en el 2014 a la presidenta Dilma Rousseff”. “Hay una contraofensiva general”, advirtió.
Ilustró los vaivenes que ha vivido la economía venezolana, con un auge de precios que coincidió con el Gobierno de Hugo Chávez, y luego una caída brutal durante la gestión del presidente Maduro, que “le ha tocado lidiar con un problema severo y aun así no ha renunciado al mejoramiento de las condiciones sociales de la población, aunque son inevitables ciertos impactos en la capacidad de importación, por ejemplo”.
“Hasta ahora se mostrado una gran conciencia del pueblo venezolano, que tiene que ver con la gigantesca labor pedagógica del presidente Chávez… También el pueblo ha mostrado comprensión hacia esta realidad y reconocimiento a la labor del Gobierno en la solución de problemas sociales”, y puso como ejemplo la construcción de más de 1.100.000 viviendas (cifras de 2016).
“Es una batalla campal la que estamos viviendo, pero pese a todos los pesares, vamos avanzando, vamos venciendo”, concluyó.
Antes de que se me olvide
“Hay vidas que al volver a ellas nos van iluminando una época, nos revelan una historia al punto que la persona que la vivió, sin proponérselo, acaba siendo el testigo de una conciencia vigilante, de un pulso existencial que impulsa y esclarece. Tal es el caso de Alí Rodríguez Araque, quien, al desnudar su memoria y dar cuenta de lo que en ella conserva, nos la convierte en una experiencia – como la consideraba el poeta Rainer María Rilke – que ya no es solo suya: una experiencia que sirve para reconocemos y reconocer a la Venezuela de nuestros desvelos; la Venezuela bolivariana que tiene en este hombre a uno de sus hijos más ilustres y abnegados”, señala el Comandante.
“Y puedo dar fe, igualmente, de su condición de cultor de la amistad: el más diáfano afecto y la más plena identificación nacieron entre Alí y este servidor desde que nos conocimos allá por el año 1988. (Siempre rememoro con emoción aquel primer encuentro entre el curtido guerrillero y el joven militar revolucionario). Nos ha tocado enfrentar toda clase de vicisitudes, nos ha tocado batallar incesantemente, y nuestra amistad no ha tenido ni una sombra, ni una grieta. Me honra sentir y saber que este hombre, tan valiente como lúcido, es uno de mis seres más cercanos”.
“Voy a culminar este prólogo citando unas palabras de Alí que me conmueven profundamente. Haciendo un balance puntual de su vida como revolucionario, nos dice: «Lo mejor es lo que he hecho, actuar en cada momento de acuerdo con mi conciencia, de acuerdo con mis principios y de acuerdo con mis convicciones, que han guiado las decisiones de mi vida, tratando siempre dé hacerlo con la mayor humildad, y siempre pensando en la suerte de la gran mayoría de nuestra gente, un pueblo que en el pasado apenas si recibía migajas de la gran riqueza extraída de las entrañas de su propia tierra. Aún hoy, con todo lo que se ha mejorado, es duro y empinado el trayecto que falta por recorrer. Hablar de lo que habría hecho mejor sería especular, pues hoy tengo mucha mayor experiencia y sentido de la realidad, sin renunciar a los sueños, que siguen siendo los mismo”.
T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
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