domingo, 6 de septiembre de 2020

6 Septiembre 1971 Fuga del Penal Punta Carreta. Uruguay

 

Operativo "El Abuso" La Fuga de Punta Carretas









Los Tupamaros Cantan 1972 Disco completo. LUCHANDO APRENDI A CANTAR

00:00 01.- Poema 2 - Huella de la victoria; 
03:40 02.- Poema 3 - Pericón 
08:03 03.- Poema 14 - La manija 
11:45 04.- Poema 23 - Los Tupa 
17:56 05.- Poema 28 - Chamarrita 
23:44 06.- Poemas 8 y 9 - Candombe (AQUI RELATAN LA FUGA DE PUNTA CARRETA)
29:00 07.- Poema 11 - Estrella roja - Poema 36


“Varias son ya las fugas protagonizadas por los Tupamaros desde las cárceles estatales. En marzo, trece guerrilleras fueron rescatadas de la penitenciaria de mujeres… En mayo y junio últimos dos calificados Tupamaros recuperaron su libertad mediante hábiles estratagemas… Por ultimo el treinta de julio, las treinta y ocho tupamaras recluidas en la cárcel de mujeres la dejaron vacía al escapar por la red del alcantarillado”. AFP


En la madrugada del seis de setiembre de 1971, 106 tupamaros y 5 presos comunes (107 y 4 según la fuente) fueron saliendo por un pequeño boquete de 50 cms. Por 60 aproximadamente, boca del túnel que se iniciaba en la celda inferior, No. 73 en el Penal de Punta Carretas y terminaba en una casa del otro lado de la calle Solano García.
El plan había comenzado meses antes con la denominación de Mangangá, pero fue frustrado por una gran lluvia que arrastro los implementos a usarse al punto de ser descubierto por la represión.

Sin embargo parte del trabajo quedo hecho y sirvió para la gran fuga masiva. Consistía en la comunicación entre las celdas que se logro abriendo unos pequeños boquetes entre cada una de ellas que servían para el traslado de personas o materiales y que se les denomino “heladeras”. Estos fueron hechos con una varilla que perforaba el muro, por donde se pasaba un alambre torneado, sacado de los elásticos de las camas y que servían para serruchar. Posteriormente se los revocaba para pasar las requisas.

Sin embargo hubo que hacer un cambio importante ya que por problemas técnicos, la fuga tuvo que hacerse de adentro para afuera. Y es en la celda inferior, la numero 73, donde se comienza la construcción del túnel que los llevaría a la casa del otro lado de la calle Solano García. Este tenía 3 mts. De hondo, 46 de largo y 3 de profundidad, con alguna corrección, resulto de un total de mts.

El trabajo empezó el día 5 de agosto y tenían 30 días para terminarlo. El cro. Ingeniero llevaba un estudio minucioso del terreno. Un problema serio que se presento fue el de la ventilación. Esto fue resuelto por un compañero que invento un tipo de fuello que daba aire a través de una cañería hecha con hojas de revista y diarios. Termino de solucionarse cuando a cierta altura, apareció, según lo previsto por el ingeniero, un caño que abasteció de aire suficiente.


El tema de la iluminación fue solucionado con jaboneras con dos pilas grandes que hacían de linternas y daban tanta luz como cualquiera.
Con respecto a la tierra que era depositada en bolsitas, se la ponía en una sola celda, cuando esta estaba repleta se pasaba a la otra en horas del recreo para ocultar el tema del ruido.

A último momento se supo que 48 presos comunes sabían del plan de fuga, pero esto se pudo parar, gracias al trabajo político interno hecho en el penal.


Los momentos previos a que se encontraran los que excavaban desde la casa y los que lo hacían desde abajo fueron de gran tensión. En el momento de la salida muchos dejaron cosas escritas en los muros: SE ALQUILA, SE EXIGE BUENA REFERENCIA, POR LA TIERRA Y CON SENDIC…Y donde se cruzaron con el túnel de aquellos cros. Anarquistas de 1931 se leyó después: AQUÍ SE CRUZAN DOS GENERACIONES, DOS IDEOLOGIAS Y UN MISMO DESTINO: LA LIBERTAD.

Llegando a la casa de Solano García, pasaban a otra de la calle Joaquín Núñez (previamente copadas las dos), adonde los esperaban los vehículos para distribuirlos en los locales que les darían cobertura.
Mientras esto ocurría, en los barrios Cerro y La Teja, distantes del lugar, un grupo de apoyo protagonizo serios disturbios para distraer la atención policial.— en Punta Carretas Mdeo.

A los que pasaron por el Penal de Libertad, recordaran al Billy Rial. Imagino cual habra sido su sorpresa cuando salieron por un buco de su casa los 111 del ABUSO, que así se llamó la fuga.
Creo que en esta tuvo mucho que ver Juancito Almiratti



Por sus características épicas y de ribetes cinematográficos, fue considerada la fuga de presos políticos más grande de Uruguay y del mundo, y hasta ocupó un lugar en el Guinness. Mientras se organizaba un levantamiento en la Teja, con el propósito de distraer a las fuerzas de seguridad, en la madrugada del 6 de septiembre de 1971 la Operación Abuso ponía fin al encierro de 111 militantes políticos –entre ellos, la cúpula del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros– y cinco presos comunes detenidos en la prisión de Punta Carretas. El gobierno de Jorge Pacheco Areco, que se sobreponía al mal trago provocado por la huida de 38 prisioneras de la cárcel de mujeres, recibía un nuevo golpe. A cuarenta años de aquella jornada, Página/12 habló con dos protagonistas de la masiva fuga.

El penal de Punta Carretas tenía cuatro pisos, con 48 celdas por planta. Alojaba a detenidos por crímenes comunes y a un centenar de presos políticos ubicados entre el segundo y tercer piso. El presidente José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro, actual ministro de Defensa de Uruguay, también escaparon de la cárcel. Construida a principios del siglo XX, la prisión se hizo célebre en 1931 cuando un grupo de ocho anarquistas huyó cavando un túnel.
“Aquello fue un orgasmo nacional, una epopeya”, recuerda en diálogo telefónico el ex tupamaro Mauricio Rosencof. Para facilitar la huida, el escritor y otros compañeros ocuparon la casa ubicada en Solano García 2535, frente al penal de Punta Carretas. “Por ahí tenía que salir el túnel, a nosotros nos tocaba distribuir a los compañeros y ponerlos a resguardo. Al salir, el Ñato (se refiere a Fernández Huidobro) contaba un montón de anécdotas”, señala. En un momento, los presos sintieron un soplo de aire que llegaba desde el túnel utilizado por los anarquistas. Los tupamaros bautizaron “Lenin” a su excavación y llamaron “Kropotkin” al primer túnel, en alusión al pensador ruso creador del anarco-comunismo. Sellaron aquel momento con un cartel que colocaron en el camino, y que rezaba “Dos ideologías y un mismo objetivo: la libertad”.

Para que los presos pudieran escapar, perforaron las celdas desde el tercer piso. Al serruchar los barrotes, el polvillo que se desprendía era barrido con yerba mate lavada para que no quedara rastro alguno. “Hubo una cosa formidable, cuando le preguntaron a Raúl Sendic cuántos debíamos escapar, él respondió: ‘Todos'”, subraya.
“A poco de salir, el Pepe vuelve a caer. Tiempo después se hace otro operativo llamado El Gallo, donde huyen 22 compañeros. El Pepe también salió, rajó dos veces, y ahora mirá dónde lo tenemos”, dice Rosencof y explica que la primera reacción del preso es pensar por dónde va a zafar. “La libertad está en el que busca alcanzarla –afirma el ex director de Cultura de Montevideo–. Fuimos derrotados militarmente, pero la ética, las ideas, la energía de la militancia y el reconocimiento de la gente nos permitió estar donde estamos, integrando una fuerza como el Frente Amplio, donde la sabiduría de los fundadores permite mantener en una dignidad de acción a bolches, demócratas cristianos y viejos tupas; somos gobierno con todos ellos, estamos muy bien acompañados y los acompañamos muy bien.”
Jorge ‘el Tambero’ Zabalza fue uno de los detenidos que escapó de Punta Carretas. Su hermano fue asesinado durante la toma de la cárcel de Pando y es considerado uno de los hombres de confianza de Sendic. A los 68 años sostiene que el deber de un prisionero es escaparse para continuar la lucha. “Desde que fuimos trasladados a Punta Carretas, los proyectos de fuga estuvieron a la orden del día”, afirma y recuerda que contaron con el apoyo del resto de la población carcelaria. “Un túnel de 44 metros es algo que no pasa desapercibido en ninguna cárcel; eso tiene que ver con un trabajo político que siempre se hizo, nos fuimos sin disparar ni un solo tiro; buscamos la forma de escaparnos sin poner en riesgo a nadie.”

Según Zabalza, en un primer momento la fuga tuvo un significado político muy grande. “La liberación de los 111 tupamaros, entre ellos los principales cuadros, daba la sensación de que en cualquier momento podíamos derrocar al régimen”, evalúa. Sin embargo, días después de la Operación Abuso, el gobierno convocó al ejército para que interviniese en la lucha contra los grupos armados. “En cierto modo, ése fue el comienzo del golpe de Estado.”
A los 68 años continúa militando. Junto a movimientos sociales, Zabalza entregará hoy un petitorio a Mujica por algunos desalojos. “Queremos ver si se acuerda de sus orígenes y conserva en la memoria el ideario de Raúl Sendic y de los trabajadores cañeros; también saber si en algún rincón del corazón conserva aquellos sentimientos que tuvo cuarenta años atrás”, señala. Zabalza considera que la impunidad de los militares que actuaron durante la dictadura se refleja en los excesos de las fuerzas armadas que participan de la Misión de Paz en Haití.
10 de septiembre de 2011
9 de septiembre de 2011
©página 12

No hay comentarios.:

Publicar un comentario