jueves, 3 de septiembre de 2020

3 Septiembre 1905 Natalicio de Alberto Arvelo Torrealba. Venezuela


ALBERTO ARVELO TORREALBA
EL LLANO HECHO POESIA

Clavelito Colorado (Tonada) Alberto Arvelo Torrealba-Simón Díaz


Corría el año 1905. Ya desde el mes de marzo el general Cipriano Castro había sido declarado el presidente constitucional de los Estados Unidos de Venezuela y gozaba del título Restaurador de Venezuela. Por allá en Barinas en la tierra de Zamora, ese año, 4 de septiembre nació el abogado, escritor y poeta Alberto Arvelo Torrealba. Sus padres fueron Pompeyo Arvelo y Atilia Torrealba de Arvelo. Alberto nació en casa de poetas, pues su madre, al igual que sus tíos paternos, Enriqueta Arvelo y Alfredo Arvelo Larriva eran poetas; así que fue parte de una familia donde el amor por la cultura, la palabra y la metáfora, tenían un lugar privilegiado.



Nació en el seno de una familia de poetas. Fue también Poeta, político, diplomático, crítico literario, abogado, educador y ensayista, además de desempeñar varios cargos públicos, entre ellos el de gobernador en su tierra natal. Es principalmente conocido por el poema Florentino y el Diablo, publicado en 1940, de este poema hace dos versiones más, en 1950 y 1957.

Estudió primaria en su ciudad natal y secundaria en Caracas, graduándose de bachiller en 1927. En la Universidad Central de Venezuela obtuvo el grado de doctor en Ciencias Políticas en 1935.


En 1928 publicó su primer libro de versos titulado Música de cuatro, a través del cual comenzó a exponer la geografía y el modo de vida del llano. Sobre su obra diría José Ramón Medina: “Es un poeta de la tierra y el más notable de los cultos del nuevo nativismo venezolano (…). Desde Cantos, su primer libro, hasta Glosas al cancionero, el último, mantiene una maestría indiscutible en la recreación de una temática popular propia de nuestros llanos, dándole categoría estética a la copla, a la décima y al romance criollo, y rescatando fecundos motivos de nuestro folclore para la función culta de la poesía”. 

Dedicado a la docencia, imparte clases de castellano y literatura en varios colegios y liceos de la zona metropolitana (1935-1936): colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Los Dos Caminos, colegio Sucre, Instituto Pedagógico, liceo Caracas, Andrés Bello y Fermín Toro. Inspector técnico de educación secundaria en el Distrito Federal e inspector de primaria en Barinas y Apure (1936), es luego nombrado secretario de gobierno del estado Portuguesa (1937). Presidente del Consejo Técnico de Educación (1940). En ese mismo año publica sus Glosas al cancionero, que constituye un modelo de poesía con raíz popular y en donde además, publicó la primera versión de su poema Florentino y el diablo.

Entre 1941 y 1944 se desempeñó como presidente del estado Barinas. Durante su gobierno, limpia los cauces de los ríos Pagüey y Masparro y restablece las rutas comerciales en el territorio de los llanos de occidente. Miembro de la Corte de Apelación (1948), embajador de Venezuela en Bolivia (1951-1952) y en Italia (1952), es nombrado ministro de Agricultura y Cría (1952-1955). Retirado de la política, se dedicó al ejercicio de su profesión y a su vocación literaria. Traductor de Giuseppe Ungaretti (1969), publica un estudio sobre el poeta guariqueño Francisco Lazo Martí (1965) y reúne sus poemas en Obra Poética (1967). 


El 31 de mayo de 1968 fue incorporado como Individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. Entre los principales trabajos de Arvelo Torrealba figuran Caminos que andan; Cantas: poemas; Florentino y el diablo; Lazo Martí: vigencia en lejanía; Música de Cuatro y Obra Poética. En 1974 Orlando Arujo publicó un libro sobre Arvelo Torrealba titulado Contrapunto de la vida y muerte: ensayo sobre la poesía de Alberto Arvelo Torrealba.

Además de heredar la pasión por ese género literario, Arvelo Torrealba sustenta su obra en el amor por su tierra de origen. Resaltó la idiosincrasia de los llanos venezolanos, con un enfoque a la recuperación de la poesía popular, folclórica y con el uso de formas como la copla, el corrido, la décima y el romance.

El ensayista Alexis Márquez Rodríguez (1931-2015) en su texto “Aquellos Mundos Tersos” indica que la poesía de Arvelo “se manifiesta en la conjunción de tres elementos que en su caso resultan indisolubles: el tema popular, específicamente extraído del llano venezolano y de la vida del llanero (Hombre, Afán y paisaje); las formas métricas y estróficas populares, de ámbito nacional”.

Esa vocación literaria se demostró en “Música de cuatro” (1928), “Cantas” (1932), “Caminos que andan” (1952); “Lazo Martí: vigencia en lejanía” (1965), “Obra poética” (1967) y “Glosas al cancionero” (1940).


Entre sus poemas más reconocidos se encuentra “Florentino y el Diablo”, cuya primera versión se publicó en 1940. En esta obra se recrea la lucha entre el bien y el mal, que se dirime a través de una tradición que requiere sagacidad y rapidez: el contrapunteo.

Florentino es un llanero alegre, valiente y coplero. Cuando se dirige al pueblo de Santa Inés de Barinas a una fiesta, se percata de que un hombre vestido de negro lo persigue. Es el Diablo, quien lo reta a un contrapunteo para disputarse el alma del llamado “Catire quitapesares”.

En este encuentro, un contrapunteo tuvo lugar por allá en el pueblo de Santa Inés, donde Zamora, general del pueblo soberano, triunfó contra el ejército realista, y en el cual, entre verso y verso, Florentino, el catire quitapesares, se enfrentó y venció al Diablo, enviándolo de vuelta al Infierno.

Se dice que el poeta Arvelo Torrealba dedicó 30 años a esta obra, de la cual realizó varias versiones y cuya leyenda recogió de la tradición oral. La primera versión es de 1940 con 280 versos, la segunda de 1950 con 460 versos y formó parte de Glosas al cancionero, con nombres distintos: El reto y La porfía.



ANTONIO ESTEVEZ

La tercera, con 1.500 versos, que fue publicada en 1957 por la editorial Rex bajo el nombre de Florentino y el Diablo. Esta obra magistral fue el punto de partida de la Cantata criolla, obra sinfónica de Antonio Estévez y, a su vez, el escritor Rómulo Gallegos también rindió homenaje a Arvelo y su obra en su novela Cantaclaro.

Se dice que es en el medio del contrapunteo cuando Florentino se da cuenta de que su adversario es el Diablo. Fue así que cruzando hábilmente las coplas, e improvisando, mantuvo al Diablo distraído hasta el amanecer. La luz del día espantó al Maligno y fue derrotado. Esta importante obra sobre el llano y la valoración del llanero y su mundo, se desarrolla en varias escenas: la primera corresponde a El reto; en un paraje desolado el Diablo se cruza con Florentino y lo desafía a un contrapunteo. La segunda, Florentino en el sitio convenido, cantando y a la espera del retador, quien llega y se inicia el contrapunteo con bandola o arpa, cuatro y maracas; y el tercero, en el cual el Diablo es derrotado. Para algunos es la salida del sol, para otros un conjuro de los santos mientras se desarrolla el contrapunteo. Dicen que luego del encuentro, Florentino nunca más volvió a cantar.

FLORENTINO Y EL DIABLO (ORIGINAL)

“Florentino y el Diablo” le brindó tal fama a Arvelo Torrealba que en 1965 el cantante y compositor Juan de los Santos Contreras, “El Carrao de Palmarito”, junto al cantautor Juan Romero Bello grabaron el poema como pieza musical.


En 2004, el comandante Hugo Chávez rescató esta pieza para integrarla a la campaña para el referendo del 15 de agosto de aquel año, como una forma de representar la disputa en juego: el avance de un sistema de justicia social frente a factores que pretendían el retroceso del país.

El poeta Alberto Arvelo Torrealba murió en Caracas el 28 de marzo de 1971.  Estuvo casado con doña Rosa Dolores Ramos Calles, hermana de Raúl Ramos Calles, escritor y  uno de los más reconocidos psiquiatras del país, de esa unión nacieron Alberto y Mariela Arvelo Ramos, sus amados hijos.

La gran popularidad de sus versos se explica por los temas sacados de la vida y del paisaje cotidiano del habitante de las llanuras venezolanas, y por el uso de formas métricas y estróficas de atractiva sonoridad y de larga tradición popular, heredada de nuestro pasado hispánico: el octosílabo, la copla, la décima o espinela, el romance... Pero sus imágenes son muchas veces herméticas, producto de una elaboración poética rica y compleja, con los recursos de una vasta cultura.

Sus versos, además, responden a una vocación profundamente humana y universal. Un profundo contenido reflexivo, netamente existencial, que universaliza la angustia del poeta ante el mundo y la vida, y la expresión estética ricamente elaborada, trasvasada en imágenes de la más variada especie, aun sin dejar de apoyarse en un lenguaje a veces, pero no siempre, típicamente popular, y muy frecuentemente traducida en imágenes herméticas, cuya forma popular esconde la dificultad para captar plenamente su sentido.

La riqueza creadora de Arvelo Torrealba es tal, en efecto, que es frecuente encontrar décimas, por ejemplo, en las cuales prácticamente todos sus versos contienen imágenes de hermosísima factura, aunque a menudo de difícil comprensión.


El 13 de julio del 2019, un trabajador de la Biblioteca Nacional rescató un libro de Alberto Arvelo Torrealba dedicado de su puño y letra al compositor venezolano Vicente Emilio Sojo. El hallazgo ocurrió en un puesto de libros nuevos y usados ubicado en la avenida Fuerzas Armadas, en el centro de Caracas.

Actualmente este texto se encuentra en proceso de restauración y de autentificación de la identidad de la firma del poeta en el Servicio Técnico de Preservación y Conservación de la Biblioteca Nacional.

En caso de confirmarse la autenticidad de la letra, el texto podría pasar a la Colección de Libros Raros y Manuscritos de esta institución, donde ya reposan manuscritos de Arvelo Torrealba, así como su archivo personal, que contiene documentos personales, recortes de prensa y correspondencia recibida por él.

La Colección de Libros Raros y Manuscritos se encuentra en la Biblioteca Nacional, al final de la avenida Panteón, parroquia Altagracia, Cuerpo de los Servicios, nivel AP-2.

 OBRAS PUBLICADAS POR ALBERTO ARVELO TORREALBA
  • 1928. Música de Cuatro.
  • 1933. Cantas. Caracas. Lit. y Tip. La Torre 1932.
  • 1940. Glosas al Cancionero. Caracas. Lit. y Tip. 1942.
  • 1940-1950-1957. Florentino y El Diablo. (Tres versiones). Barinas. Comisión Aniversaria de los 90 años de Arvelo. 1995.
  • 1952. Caminos que andan. Barinas. Edición aumentada. Asamblea Legislativa.1971.
  • 1965. Lazo Martí. Vigencia en Lejanía. Caracas. Biblioteca Popular Venezolana.
  • 1967. Obra Poética. Caracas. UCV.

OBRAS SOBRE ALBERTO ARVELO.
  • ARAUJO, Orlando. Contrapunteo de la vida y la muerte. Ensayos sobre la poesía de Alberto Arvelo Torrealba. Caracas. Edic. En la raya. 1975.
  • MARQUEZ RODRIGUEZ, Alexis. Aquellos mundos tersos. Análisis de la poesía de Alberto Arvelo Torrealba. Caracas. Edit. Arte.1966.
  • MAZZEI GONZALEZ, Víctor. Los Florentinos. Caracas. Casa Bello. 1987.
  • FEBRES, Humberto. En negra orilla del mundo. Barinas. Fundación Cultural Barinas.1995.
Obras:
  • Florentino y el Diablo
  • CANTAS I
  • CANTAS II
  • Antología

Poema de Alberto Arvelo Torrealba, recitado por el Presidente Hugo Chávez, acompañado por el Cantautor Cubano Silvio Rodríguez, en Los Proceres, durante la campaña del Referendum Presidencial donde el Comandante de la Revolución fue ratificado.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario