VICTOR JARA, POR EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ
Víctor Lidio Jara Martínez (1932-1973), conocido como Víctor Jara fue un músico, cantautor, profesor, escritor, actor y director de teatro chileno.
La figura de Víctor Jara es un referente internacional de la canción protesta, aunque él nunca se sintió del todo identificado con esa definición. Fue uno de los más emblemáticos del movimiento músico-social llamado «Nueva canción chilena», y uno de los pilares en la música latinoamericana.
Tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre 1973, Jara fue detenido por las Fuerzas Armadas de la dictadura militar recién establecida, debido a su militancia en el Partido Comunista de Chile. Fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile, que con el retorno de la democracia fue renombrado «Estadio Víctor Jara».
Infancia
Víctor Jara nació el 28 de septiembre de 1932. Su lugar de nacimiento es controvertido. Algunas fuentes señalan que nació en el pueblo de San Ignacio, que formaba parte del entonces departamento de Bulnes. Otras fuentes señalan el pueblo de Quiriquina, uno de los cuatro pueblos de la comuna de San Ignacio. En cualquier caso, habría nacido dentro de la provincia de Ñuble. Luego, de pequeño, se habría trasladado con su familia a Lonquén.
Al respecto, existe la grabación de una entrevista que dio el cantautor en Moscú en 1970:
Yo nací en el sur de Chile, en la provincia de Ñuble, es una provincia muy lluviosa y también sacudida por terremotos. Mis padres eran inquilinos de un fundo y mi madre fue la que me estimuló en la música porque ella cantaba, en la casa siempre había una guitarra. Más adelante, cuando yo contaba con unos 12 años y por razones de trabajo, nos acercamos a la capital.|Víctor Jara
Nació en el seno de una familia de padres campesinos, caracterizada por un arraigado folclore. Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda Martínez, originaria del sur de Chile, además de dedicarse a las labores domésticas, tocaba la guitarra y cantaba. Víctor tenía cuatro hermanos: María, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo) y Roberto.
Por causa de las necesidades familiares, Víctor se vio obligado desde niño a ayudar a la familia en los trabajos del campo. Influenciado por su madre, tomó también contacto a temprana edad con la música, además de asistir al colegio.
Juventud
Por consejo de un sacerdote, ingresó en el seminario de la Congregación del Santísimo Redentor, en San Bernardo. Víctor recordó así su decisión:
Para mí fue una decisión muy importante ingresar en el seminario. Al pensarlo ahora, desde una perspectiva más dura, creo que lo hice por razones íntimas y emocionales, por la soledad y la desaparición de un mundo que hasta entonces había sido sólido y perdurable, simbolizado por un hogar y el amor de mi madre. Yo ya estaba relacionado con la Iglesia, y en aquel momento busqué refugio en ella. Entonces pensaba que ese refugio me guiaría hacia otros valores y me ayudaría a encontrar un amor diferente y más profundo que quizá compensaría la ausencia de amor humano. Creía que hallaría ese amor en la religión, dedicándome al sacerdocio.|Víctor Jara
Ingresó en el coro de la Universidad de Chile, participando en el montaje de Carmina burana, comenzando así su trabajo de investigación y recopilación folclórica. Con 24 años se unió a una compañía teatral, la Compañía de Mimos de Noisvander, e inició los estudios de actuación y dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. A modo de anécdota, como no tenía dónde dormir, pernoctaba en inmediaciones de la escuela.
Violeta Parra y Víctor |
Con 27 años, en 1959 dirigió su primera obra de teatro: Parecido a la felicidad, de Alejandro Sieveking, haciendo giras por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo folclórico Cuncumen, grabó su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos. Al año siguiente, participó como asistente de dirección en el montaje de la obra teatral La viuda de Apablaza, de Germán Luco Cruchaga, cuyo director era Pedro de la Barra, y dirigió la obra La mandrágora, de Maquiavelo. En 1961, y como director artístico del grupo Cuncumén viajó por Países Bajos, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.
En 1961 compuso su primera canción, Paloma quiero contarte y continuó trabajando como asistente de dirección en el montaje de La madre de los conejos, de Alejandro Sieveking. Al año siguiente, en 1962, dirigiría para el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH) la obra Ánimas de día claro, también de Sieveking.
Quinto álbum del Conjunto Cuncumén, Volumen IX de la serie “El folklore de Chile” que editó el sello EMI-Odeón. Fue publicado en 1962 y en él Cuncumén realiza un viaje a través de los ritmos característicos de las distintas zonas del país, los que en su mayoría son recreados con maestría por Rolando Alarcón. El álbum además incluye las primeras composiciones de Víctor Jara.
Integraban Cuncumén al momento de esta grabación: Gabriela Yáñez, Nancy Báez, Mariela Ferreira, Lucila Tapia, Clemente Izurieta, Jaime Rojas, Rolando Alarcón y Víctor Jara.
Dice en la contraportada del LP:
Hay dos posibilidades extremas para enfrentar el folklore. Una: someterse rigurosamente a sus formas tradicionales. Otra: tomarlas sólo como un punto de partida para una recreación libre. En el primer caso se encuentran aquellos que respetan sus contenidos y sus expresiones como un mundo inamovible, permanente, incluso anquilosado, hasta muerto. Entre estos están muchos de los investigadores cuya actitud es la de una antropología de academia o museo. Entre los segundos se cuentan aquellos para quienes el folklore es un cuerpo vivo, vigente, actuante; es decir, sometido a las condiciones de cambio y desarrollo de todo lo vivo, de todo lo que obedece a las leyes de las estructuras orgánicas con un constante devenir de formas nuevas, aunque sean formas que obligatoriamente han surgido de otras anteriores, que en ellas tengan sus raíces y sus moldes más generales.
El conjunto CUNCUMEN inició sus primeros pasos como un grupo del primer tipo. Durante su relativamente corta existencia, tan exitosa, ha manifestado una tendencia cada vez más acentuada hacia una actitud opuesta. Entre la posición conservadora y la renovadora, ha preferido la segunda. Pero aclaremos: no se trata, de ningún modo, de un planteamiento revolucionario, iconoclástico. Su auténtico contacto con lo originario les impide caer en la mera originalidad. Son intérpretes vivos, y, como tales, determinan una impronta personal (aunque en este caso sea de grupo), como siempre sucede en todo intérprete o creador verdadero, una impronta que, sin embargo, no se desdice, que respeta profundamente el espíritu nutricio popular, pero que lo expresa en variantes expresamente válidas de los patrones magistrales. Esto fue claro, por ejemplo, en el recital que nos ofrecieron antes de partir en su segunda gira por Europa, en el Teatro Municipal, en compañía de esa figura máxima que es Margot Loyola. (Curiosamente también en el caso de Margot Loyola se anudan en forma muy sólida lo tradicional y lo personal, lo primero expresado en un sometimiento preciso a los cánones colectivos; lo segundo, en un nivel excepcional por su altísima calidad individual.)
Hemos dicho más arriba intérprete o creador verdadero. Lo hemos dicho porque en el grupo se dan a la vez los intérpretes y los creadores, y, en ambas posibilidades, se da en ellos el problema que hemos comentado: rigor y libertad. Así, como simples intérpretes, respetan totalmente la forma y el espíritu de un parabién como QUE BONITA ESTÁ ESA MESA, pero lo varían, enriqueciéndolo, al alternar las voces femeninas y masculinas, una modalidad que puede perfectamente ser el punto de partida de una manera que llegue a ser tradicional. Lo mismo vale para la forma canónica que han empleado para cantar la Entrada de los Cantos a la Virgen de La Tirana. Ejemplos de esta misma actitud de creadores libres a la vez que sometidos (recreadores vivos, en verdad) tenemos en la CANCIÓN DEL MINERO, de Víctor Jara, donde el autor nos brinda una forma original, pero indudablemente surgida de un fondo colectivo al cual él pertenece casi orgullosamente. En el mismo caso está Rolando Alarcón al componer POR LOS CANALES SUREÑOS, donde el punteo, el ritmo y la intervalación, aunque libres respecto a una tradición rígida, obedecen profundamente al espíritu del hombre de esa región, por una especie de simpatía esencial con su vida y el paisaje que lo rodea.
Puede discutirse la validez de nuevos cauces en el folklore, no hay duda. Pero nos parece respetable en extremo; nos parece incluso una aventura que debemos defender cuando ella está tan seriamente articulada, tan orgánicamente enraizada con la planta primitiva, como lo está en el grupo CUNCUMEN en todo momento. Quizás de una actitud así dependa el futuro si lo queremos especioso y fértil.
Que esta libertad en el rigor no determina menoscabo en la autenticidad lo demuestra la unidad de este disco, una unidad hecha en base, muy probablemente, del hecho de partir o de emplear un aspecto psicológico típico del hombre chileno. Nos referimos a su melancolía. No queremos postular, por cierto, que la melancolía sea su única característica, ni siquiera que sea la más acusada. Pero es, reconozcámoslo, muy nuestra y muy general. Ella va de Norte a Sur, de mar a cordillera, y tiñe tanto una cueca —como en ÁGUILA QUE VAS VOLANDO— como una tonada —como en PADEZCO GRAVE DOLOR—; tanto una pequeña obra maestra del canto a lo divino, como es ADIÓS MUNDO INDINO, como la canción a lo profano, que es AL PIE DE LA CRUZ DEL VALLE; tanto una expresión del Norte, como con los cantos religiosos de La Tirana, como las expresiones del Centro (ADIÓS MUNDO INDINO) o del Sur (ÁGUILA QUE VAS VOLANDO); tanto lo auténticamente folklórico (PALOMO DESMEMORIADO) como lo creado por algunos integrantes del CUNCUMEN (LOS ARENEROS o ACURRACADITA TE ESTOY MIRANDO).
Para terminar, señalemos una virtud del grupo CUNCUMEN que no todos nuestros intérpretes folklóricos tienen. Nos referimos a su habilidad, a su capacidad para adaptarse naturalmente, sin esfuerzo visible y permaneciendo a la vez sinceros y diferentes para cada caso, al espíritu de cada región, de cada zona de nuestro país; esa capacidad de compenetración simpatética de la que es ejemplo señero entre nuestros artistas la ya nombrada Margot Loyola.
El disco aquí presentado ha distribuido nuestras diferentes regiones artístico-espirituales según su ordenación geográfica. Va, así, de Norte a Sur. Esto lo coloca, a la vez que en un recital puramente musical, en un buen muestrario pedagógico, antropológico, de estudio. Esto es algo que también debemos agradecer al grupo CUNCUMEN.
CÉSAR CECCHI DIAZ
Lista de temas y autores:
01. Caliche [Calatambo Albarracín] (1:26)
02. Cantos a la Virgen de La Tirana [Tradicional chilena. Versión de Rolando Alarcón] (3:58)
03. Canción del minero [Víctor Jara] (2:03)
04. Al pie de la cruz del valle [Canción tradicional recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (2:33)
05. En Santiago está la gloria [Cueca recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (1:26)
06. Palomo desmemoriado [Polca recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (3:11)
07. Adiós, adiós mundo indino [Canto a lo divino recogido en Melipilla. Versión de Rolando Alarcón] (3:01)
08. Los areneros [Rolando Alarcón] (1:48)
09. Palomita, verte quiero [Víctor Jara] (3:17)
10. Águila que vas volando [Cueca punteada recogida en Traiguén. Versión de Rolando Alarcón] (1:29)
11. Qué bonita está esa mesa [Parabién de novios recogido en Chillán. Versión de Rolando Alarcón] (1:54)
12. Padezco grave dolor [Tonada de desengaño recogida en Ñuble. Versión de Rolando Alarcón] (3:08)
13. Acurrucadita te estoy mirando [Víctor Jara] (2:49)
14. Por los canales sureños [Rolando Alarcón] (1:55)
15. Busca tu vida, mozo [Danza de Chiloé recogida de Arturo Vallega] (1:39)
16. En la punta de un muelle [Cueca chilota. Versión de Rolando Alarcón] (1:42)
en este link puedes escuchar el disco completo
Grabó con Cuncumén el LP Folclore chileno, con dos canciones propias: «Paloma quiero contarte» y «La canción del minero», en la época en que comenzó a desempeñar la función de director en la Academia de Folclore de la Casa de la Cultura de Ñuñoa, labor que desempeñaría hasta 1968. Desde esa época, y hasta 1970, formó parte del equipo estable de directores del ITUCH, además de trabajar, entre 1964 y 1967, como profesor de actuación en la universidad.
También llevó a cabo, bien como asistente de dirección o como director, varios montajes, entre ellos uno para el canal de televisión de la Universidad de Chile, realizando además una gira por Argentina, Uruguay y Paraguay con la citada Ánimas de día claro, de Sieveking. En 1963 fue asistente de dirección de Atahualpa del Cioppo en el montaje de El círculo de tiza caucasiano, de Bertolt Brecht, protagonizada por Marés González para el ITUCH.
Compaginó su actividad teatral con la composición musical, y en 1965 dirigió La remolienda, de Sieveking, así como el montaje de La maña, de Ann Jellicoe, por las que recibió el Laurel de Oro y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas.
Cantautor
Ejerció como director artístico del grupo Quilapayún entre 1966 y 1969, y hasta 1970 actuó como solista en la Peña de los Parra. Sin abandonar el teatro, en 1966 grabó su primer LP como solista, Víctor Jara: Víctor Jara (Canto a lo humano) (1967).
Víctor Jara: Víctor Jara (Canto a lo humano) (1967) Primer larga duración de Víctor Jara en solitario. Fue grabado durante 1966 y publicado en abril de 1967 por el sello Demon, con el número de serie LPD-034-X . Posteriormente sería reeditado con el nombre de “Canto a lo Humano” (RCA Víctor, 1975; Movieplay, 1979; Dicap, 1981), dando en ocasiones un distinto orden a los temas. En 2001 Warner, en el marco de la reedición de la obra integral de Víctor Jara, publicó nuevamente este disco, al que le agregó varios bonus tracks, la mayoría de ellos composiciones que Víctor había grabado con el Conjunto Cuncumén. Todas las canciones le pertenecen en letra y música a Víctor Jara, excepto tres temas de origen popular: La flor que anda de mano en mano (popular chilena); Ojitos verdes (popular andina); La cocinerita (popular argentina). Acompañaron a Víctor en esta grabación: Ángel Parra: Charango (track 1 y 6) Quilapayún (track 12) y Eduardo Carrasco: Quena (track 10) Dice en la contraportada del LP Fue el nuevo más importante del sello DEMON a nuestro movimiento folklórico durante 1966. Desde su primer disco (“El Cigarrito”, “La Cocinerita”) quedó establecido como la más grata revelación de nuestro ambiente folklórico. Excelente guitarrista, expresiva voz, dúctil personalidad, Víctor Jara se caracterizó desde el primer momento por su extraordinaria capacidad para verter a través de su personalidad los estilos folklóricos que pueblan nuestra geografía humana. En este su primer álbum, sus atributos artísticos están claramente expuestos y uno no sabe si entusiasmarse más con Víctor Jara el cantante y guitarrista o Víctor Jara el autor. La elección queda entregada a Uds. aunque esta dualidad es aspecto de una sola importante realidad. Para Demon fue una honrosa distinción aportar a nuestra música folklórica esta rica personalidad. en este link puedes escuchar el disco completo https://perrerac.org/chile/vctor-jara-vctor-jara-canto-a-lo-humano-1966/1382/ |
Usted debe responder, señor Pérez Zújovic, por qué al pueblo indefenso, contestaron con fusil. Señor Pérez, su conciencia la enterró en un ataúd y no limpiará sus manos toda la lluvia del sur.
Plegaria De Un Labrador
Preguntas Por Puerto Montt
Al asumir Salvador Allende como presidente de Chile, Jara fue nombrado embajador cultural, y en 1971 compuso la música, junto con Celso Garrido Lecca, para el ballet Los siete estados, de Patricio Bunster que se puso en el Ballet Nacional (Banch). Junto con Isabel Parra e Inti-Illimani, entró en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado. Con la discográfica Dicap, editó el disco El derecho de vivir en paz, que le valió el Laurel de Oro a la mejor composición del año.
Víctor con Inti-illimani |
Los campesinos de Ránquil lo invitaron a la realización de una obra musical sobre el lugar, y dentro de su compromiso social, participó parte en los trabajos voluntarios para impedir la paralización del país causada por una huelga de camioneros.
Ese compromiso lo llevará en 1973 a diferentes actos a favor de los candidatos de la Unidad Popular durante la campaña electoral para las elecciones al parlamento y, respondiendo a un llamado de Neruda, colaboró como director y cantante en un ciclo de programas de televisión contra la guerra y el fascismo. Trabajó en simultáneo en la preparación de varios álbumes que no podría grabar, de los que alcanzó a realizar solo Canto por travesura.
Su última presentación lo dio en el canal de televisión peruano Panamericana Televisión el 17 de julio de 1973.
Concierto Víctor Jara en Perú - 17 de Julio de 1973 (Recital Completo)
Tortura y asesinato
El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, encabezado por una junta militar contra el presidente Salvador Allende, lo sorprendió en la Universidad Técnica del Estado, donde fue detenido junto a otros profesores y alumnos. Lo llevaron al Estadio Chile, convertido en campo de concentración por los militares (actual Estadio Víctor Jara, lugar en el que hay una placa en su honor con su último poema), donde permaneció cuatro días. Lo torturaron durante horas (le realizaron quemaduras con cigarrillo, le rompieron los dedos, le cortaron la lengua y lo sometieron a simulacros de fusilamiento). El 16 de septiembre lo acribillaron junto al director de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado. El cuerpo fue encontrado el día 19 por vecinos de la Población Santa Olga en las cercanías del Cementerio Metropolitano, con 44 impactos de bala, junto a los cuerpos de Littré Quiroga, director de Gendarmería, y Eduardo «Coco» Paredes, director de la Policía de Investigaciones.
Durante su internamiento en el Estadio Chile escribió su último poema y testimonio «Somos cinco mil», también conocido como «Estadio Chile».
Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron en el espacio de las estrellas. Un muerto, un golpeado como jamás creí se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores, uno saltando al vacío, otro golpeándose la cabeza contra el muro, pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y México, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del Compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento hará brotar el momento...
—Víctor Jara, "Estadio Chile
Alí Primera.Canción Para Los Valientes
Reconocimiento del asesinato
En 1990, la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano (en su costado norte se extiende el parque Víctor Jara), a orillas de la carretera 5 Sur. Luego fue llevado al depósito de cadáveres, donde le asignaron las siglas NN, y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa de origen británico Joan Turner. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio General. La viuda, años después, mencionaría que el diario chileno La Segunda, al día siguiente del entierro, publicó un párrafo que daba a entender que Jara había muerto sin violencia y que su sepelio había sido de carácter privado.
Como homenaje a su memoria, 30 años después del golpe militar, en septiembre de 2003, se puso su nombre al hasta entonces Estadio Chile.
Silvio Rodríguez habla de Victor Jara
El 29 de mayo de 2009, la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile ratificó el encarcelamiento del exsoldado José Paredes Márquez, quien fue acusado del asesinato del cantante. En el momento de la ejecución, Paredes Márquez era un recluta del ejército chileno que tenía 18 años. Paredes Márquez confesó la coautoría del asesinato, y confirmó que a Jara se le fracturaron las manos a culatazos en los interrogatorios. Declaró que cuando le tirotearon, Jara ya había fallecido, debido a un disparo en la cabeza efectuado por un oficial de ejército, por lo que el juez encargado del caso ordenó la exhumación de sus restos, con el fin de practicarle una segunda autopsia.
En junio de 2009 se exhumaron por orden judicial los restos mortales de Jara para la realización de un estudio que determinara las causas precisas de la muerte. En la exhumación participó el antropólogo forense español Francisco Etxeberria. El 27 de noviembre, la Fundación Víctor Jara hizo público el resultado del estudio. Según el mismo, efectuado por el Servicio Médico Legal y ratificado por el Instituto Genético de Innsbruck, el artista murió a consecuencia de «múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un choque hemorrágico en un contexto de tipo homicida» y que fue golpeado y torturado durante su paso por el Estadio Chile, donde estuvo detenido. El texto destaca que se encontraron más de 30 lesiones óseas producto de fracturas provocadas por heridas de proyectil y otras provocadas por objetos contundentes, diferentes a las heridas de bala.
Carta de Ángel Parra a Victor Jara
Querido Víctor:
Me despierto con ganas tremendas de escribirte para contarte lo que me sucedió anoche 24 de diciembre. Serían como las 12:10 cuando sonó el teléfono, nosotros dormíamos profundo, lo de siempre cuando te despiertas antes de haber terminado su noche, ¿quién será? ¿Porqué tan tarde? etc. La llamada era de Chile, para decirme que formaba parte de los perdonados, que era parte del paquete de regalo de pascua que la dictadura ofrecía este año.
La voz querida de mi hermana sonaba radiante, ¿te acuerdas Víctor de su voz? ¡Se te acabó el exilio hermano, se te acabó el exilio! Por un segundo compartí de corazón su alegría, la alegría de tantos otros que pelean todos los días a brazo partido por el fin del exilio y que en mi caso consiguieron mi perdón. Perdón, ¿pero de qué, Dios mío me pregunto?
¿Me están perdonando tus 40 balas por la espalda?
¿Mi padre a quien no volveré a ver?
Ellos me están perdonando nuestros 30 mil muertos y ¿el río Mapocho ensangrentado?
¿Me perdonarán acaso los cadáveres que traía el Renaico en Mulchén? ¿Los fusilados de Calama (al quinteo, es decir 1-2-3-4-5-tú), el director de la Sinfónica Infantil de La Serena? ¿El padre Jarlan símbolo de los pobladores torturados violados relegados expulsados encarcelados desaparecidos?¿Carmen Gloria, Rodrigo? Parece que debo hacer una reverencia y agradecer el perdón. aquí no ha pasado nada y tan amigos como antes.
¿Qué te parece Víctor? A veces pienso que es mucha la generosidad, y que soy un mal agradecido.
Me perdonan Marta Ugarte, Tucapel, el Chino Díaz, Weibell, los degollados, Pepe Carrasco, Corpu Cristi y yo no se agradecer.
¿Me siguen perdonando los cinco jóvenes desaparecidos en septiembre del '87, mi pueblo hambriento, la cesantía, la Prostitución infantil y este nudo en la garganta permanente desde hace 14 años tamblén me lo perdonan? Me pregunto si en este gesto están incluidos mis amigos muertos en el exilio, Lira Massi, Ramírez Necochea, Guillermo Atias,Vega Queratt.
Estas en la lista, ¿Cuál lista?, la de los que pueden reír, pensar, circular, amar, morir, vivir.
En fin Víctor amigo, mucho tiempo que quería escribirte pero ya me conoces soy un poco flojo. Te contaré que estoy componiendo mucho, entre merengues, tonadas, cumbias y cuecas, oratorios y pasiones, el tiempo pasa y se queda inscrito en el alma.
Quiero hablarte un poco de mi mujer a quien no conociste, pero conocerás algún día o no, mejor lo verás en ella cuando llegue el momento. Ella me ha dado algo que yo no sé como se llama, pero que se traduce en una cierta seguridad equilibrio y alegría de vivir, la misma que tú tenías junto a tu mujer. Me acuerdo perfectamente de tu claridad y seguridad en tus pasos, aventuras y destinos. Y eso se reflejaba en tu trabajo, el teatro, la peña, el partido, los sindicatos y los amigos. Siempre tenías tiempo para todo (yo me cansaba de mirarte). Me acuerdo que la Viola me decía, aprende, aprende. Espero haber aprendido algo.
Por ejemplo :
La humildad, el heroismo no se venden ni se compran que la amistad es el amor en desarrollo que los hombres son libres solamente cuando cantan, flojean o trabajan chutean el domingo la pelota o se toman sus vinitos en las tardes le cambien los pañales a su guaguas distinguen las ortigas del cilantro cuando rezan en silencio porque creen y son fieles a su pueblo eternamente como tú y como miles de anónimos maestros somnolientos de domésticas, mineros, profesores, bailarinas, guitarreras de la Patria. También quiero decirte al despedirme que París está bello en este invierno que no acepto los perdones ofrecidos que mi patria la contengo en una lágrima que vendré a visitarte en primavera que saludes a mis padres cuando puedas que tengo la memoria de la historia y que todo crimen que se haya cometido deberá ser juzgado sin demora que la dignidad es esencial al ser humano que el año que comienza será ancho de emociones esperanzas y trabajos sobre todo para Uds. Víctor Jara que siembran trigo y paz en nuestros campos.
ANGEL PARRA, París, diciembre 1987.
EN SOLITARIO
Víctor Jara (Víctor Jara) [1967]Víctor Jara (Odeón) (Víctor Jara) [1967]
Canciones folklóricas de América (Quilapayún + Víctor Jara) [1968]
Pongo en tus manos abiertas (Víctor Jara) [1969]
Canto libre (Víctor Jara) [1970]
El derecho de vivir en paz (Víctor Jara) [1971]
La población (Víctor Jara) [1972]
Canto por travesura (Víctor Jara) [1973]
Tiempos que cambian (Víctor Jara) [1974]
Víctor Jara en vivo (Víctor Jara) [1974]
El recital (Víctor Jara) [1983]
Todo Víctor Jara (Víctor Jara) [1992]
Víctor Jara en México (Víctor Jara) [1996]
Habla y canta en vivo en casa (Víctor Jara) [1996]
En vivo en el Aula Magna de la Universidad de Valparaíso (Víctor Jara) [2003]
El canto libre de Víctor Jara (Víctor Jara) [2009]
SINGLES Y EP
La cocinerita/El cigarrito (Víctor Jara) [1965]La beata/Paloma quiero contarte (Víctor Jara) [1966]
Ja Jai/La flor que anda de mano en mano (Víctor Jara) [1967]
El aparecido / Solo (Víctor Jara con Sergio Ortega y su orquesta) [1967]
Plegaria a un labrador/Te recuerdo Amanda (Víctor Jara) [1969]
Ni chicha ni limoná/B.R.P. (Víctor Jara) [1971]
Oiga pues m'hijita/Muchachas del telar (Víctor Jara) [1971]
Venían del desierto/Poema 15 (Víctor Jara) [1972]
La bala/Qué lindo es ser voluntario (Víctor Jara) [1972]
Una guitarra, un fusil (EP) (Víctor Jara) [1973]
Caicaivilú/Doncella encantada (Víctor Jara) [1973]
Marcha de los trabajadores de la construcción/Parando los tijerales (Víctor Jara) [1973]
INTEGRANTE DE OTROS GRUPOS
El folklore de Chile Vol. 5 (Cuncumén) [1959]Villancicos Chilenos (Cuncumén) [1959]
Folklore por el Conjunto Cuncumén (Cuncumén) [1961]
Fiesta chilena, vol. 6 (Obra colectiva) [1961]
El folklore de Chile Vol. 9 (Cuncumén) [1962]
Quilapayún (Quilapayún) [1966]
COLECTIVOS
Cincuenta años de lucha (Quilapayún + Víctor Jara) [1969]Hasta la victoria siempre, Che Querido (Obra colectiva) [1969]
Chile Pueblo (en el 2º Año del Gobierno Popular) (Obra colectiva) [1972]
Encuentro de música latinoamericana, Casa de las Américas / Sep. 1972 (Obra colectiva) [1972]
No volveremos atrás (Obra colectiva) [1973]
Testimonio (Obra colectiva) [1990]
REEDICIONES DE LA OBRA INTEGRAL
Víctor Jara (WARNER) (Víctor Jara) [2001]Pongo en tus manos abiertas (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
El derecho de vivir en paz (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
En México (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
La población (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
Habla y canta en vivo en la Habana Cuba (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
Canto por travesura (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
Manifiesto (WARNER) (Víctor Jara) [2001]
1959-1969 (EMI) (Víctor Jara) [2001]
CANCIONES ESCRITAS POR VÍCTOR JARA en orden alfabetico
Se han encontrado 96 canciones.
A Cochabamba me voy (Víctor Jara)
A Cuba (Víctor Jara)
A Luis Emilio Recabarren (Víctor Jara)
Abre la ventana (Víctor Jara)
Acurrucadita te estoy mirando (Víctor Jara)
Anduve (Víctor Jara)
Angelita Huenumán (Víctor Jara)
Aquí me quedo (Pablo Neruda - Víctor Jara - Patricio Castillo)
Arauco (Víctor Jara)
Ay, canto, qué mal me sales (Víctor Jara - Isabel Parra)
A Cuba (Víctor Jara)
A Luis Emilio Recabarren (Víctor Jara)
Abre la ventana (Víctor Jara)
Acurrucadita te estoy mirando (Víctor Jara)
Anduve (Víctor Jara)
Angelita Huenumán (Víctor Jara)
Aquí me quedo (Pablo Neruda - Víctor Jara - Patricio Castillo)
Arauco (Víctor Jara)
Ay, canto, qué mal me sales (Víctor Jara - Isabel Parra)
CANCIONEROS DONDE APARECEN CANCIONES ESCRITAS POR VÍCTOR JARA
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